Crítica de cine

'El último late night': una entrevista al demonio en horario de máxima audiencia

Los hermanos Cairnes dirigen un brillante y terrorífico ejercicio de estilo

1 min
Una imagen de la película 'El último late night'.
  • Dirección y guión: Cameron y Colin Cairnes
  • 93 minutos. Australia, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos (2023)
  • Con David Dastmalchian, Laura Gordon, Ian Bliss y Fayssal Bazzi

Hay pocas cosas más inquietantes que presenciar como un espectáculo que asumimos perfectamente guionizado descarrila para ir a caer en territorio desconocido. Es el terror que un actor olvide sus líneas, que el pacto con la ficción se rompa y, con él, también colapse nuestro sentido de la realidad. Es un territorio goloso para el fantástico, y ha dado resultados tan memorables como Ghostwatch, que la noche de Todos los Santos de 1992 retransmitió una terrorífica sesión de espiritismo para toda Inglaterra y la hicieron pasar por un programa en directo de la BBC. Éste es el modelo del que bebe El último late night, que se nos presenta como el hallazgo de las cintas de la última y trágica emisión de un show nocturno de los años 70, cuyo presentador estaba dispuesto a hacerlo todo por la audiencia, incluso invocar al demonio.

El encanto de la propuesta pasa, pues, por la imitación del formato televisivo, que el tándem de directores formado por los hermanos Colin y Cameron Cairnes hace verosímil gracias a la textura levemente difuminada de las imágenes, pero también a un conjunto de actores cómplices con el registro de invitados en un plató televisivo, ya una estructura que respeta los tiempos del programa ficticio mientras pone a hervir el crescendo de golpes de efecto. El ejercicio de estilo es brillante en la superficie, pero también se permite hacer un tirabuzón en forma de gag sanguinario para poner en evidencia la forma en que la pantalla de televisor nos puede hipnotizar y hacernos creer lo que más le convenga al poder (oa las fuerzas ocultas).

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