Literatura

Edicions 62: sesenta años revolucionando la edición catalana

Con un catálogo de más de 6.000 títulos, la editorial fundada por Max Cahner y Ramon Bastardes sigue ocupando un lugar central en el sector editorial del país

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Pilar Beltran, directora de Ediciones 62, fotografiada a su despacho, al edificio del Grupo Planeta

Barcelona"Una editorial es una empresa compleja en la que hay que comprar, vender y fabricar un producto. Lo que se compra y se vende es la imaginación de los otros, los materiales con los que se hacen los libros, así como una serie de derechos legales. Lo que se fabrica nunca es lo mismo de un libro al otro". Estas palabras de la emblemática editora Diana Athill –que escribió en las memorias Stet (Vale lo tachado) (2000) son una de las divisas de Pilar Beltran, que desde 2002 dirige Edicions 62. "No parece que haya pasado tanto tiempo", asegura desde su despacho en Barcelona, situado en la sexta planta de Planeta, que desde 2013 es accionista mayoritaria de Grup 62, que incluye, además de Edicions 62, Proa, Columna, Empúries y Pòrtic.

Su etapa cubre un tercio de la historia de la editorial que fundaron Max Cahner y Ramon Bastardes en 1962. El primer título, Nosaltres, els valencianos, de Joan Fuster, era toda una declaración de intenciones: Edicions 62 nacía con vocación de representar todos los territorios de habla catalana con colecciones de ensayo y de ficción. "Fue la primera editorial que consiguió superar la fase de ser una cultura resistente –explica el crítico literario y escritor Julià Guillamon, que en 2011 dedicó una exposición y un libro en los primeros años de la editorial, El compromís pop–. Se consiguió ofrecer una sensación de normalidad gracias a un programa editorial ambicioso, donde se podía leer literatura catalana moderna, teatro, poesía y traducciones de autores de primera línea hasta entonces solo disponibles en castellano, desde Italo Calvino a Günter Grass, Elio Vittorini, Marguerite Duras y Friedrich Dürrenmatt".

J.M. Castellet, en la sede de Ediciones 62 de la calle Peu de la Creu

Un catálogo y un diseño ejemplares

J.M. Castellet fue director literario de la casa durante tres décadas

La incorporación de Josep Maria Castellet en 1964 como director literario de la casa –cargo que ocuparía hasta 1996– fue decisiva. "Además del catálogo, que era muy ambicioso y que se encontró con menos público del que esperaba, uno de los grandes aciertos de Edicions 62 fue el diseño de Jordi Fornas. La tristeza gráfica que imperaba en el sector se acabó gracias a los diseños golosos y vistosos de Fornas", dice Guillamon. Solo hay que recordar las cubiertas de colecciones como El Balancí y La Cua de Palla, especializada en novela negra, y que se convirtió en todo un referente en la década de los 60. "En ensayo también lo hacían muy bien –añade Guillamon–. Había desde textos cristianos a aproximaciones marxistas, ensayos de arte y de economía, y libros sobre temas sociales de actualidad. La visión era periodística y de divulgación".

Entre los primeros éxitos de Llibres a l'Abast, colección todavía abierta, están Els altres catalans, de Francesc Candel –del cual se vendieron 25.000 ejemplares solo en 1964–; La por a la llibertat, de Erich Fromm, y Eros i civilització, de Herbert Marcuse. El panorama editorial en catalán del momento era sin duda más modesto que el actual: destacaban Proa, Pòrtic y Club Editor. "La gran competencia de Ediciones 62 era Proa, que relanzó Joan Baptista Cendrós en 1964", continúa Guillamon.

La importancia troncal de 62 se puede comprobar no solo repasando los títulos que aparecían los primeros años –desde La meva Cristina i altres contes, de Mercè Rodoreda (1967), hasta las tiras cómicas de Charlie Brown–, sino también con el lanzamiento del Enciclopèdia Catalana. La crisis de 1969, que hirió gravemente el sector editorial, escindió los dos proyectos.

Montserrat Roig, retratada por Pilar Aymerich

Catalanes canónicos y contemporáneos

Colecciones como la MOLC conviven con Montserrat Roig y Jordi Coca

La reorientación hacia los autores catalanes en la década de los 70 hizo que se incorporaran en el catálogo nombres como Montserrat Roig y Jordi Coca. "Había quedado finalista en el premio Sant Jordi con Els Lluïsos, y a través de Xavier Fàbregas, del Institut del Teatre, llevé el libro a 62 –recuerda Coca–. Castellet me pidió vernos porque estaba muy contento con la novela. El informe más positivo me lo había hecho Pere Gimferrer. Els Lluïsos se acabó publicando en 1971, cuando tenía solo 24 años". Desde entonces, Coca ha publicado una decena de títulos más en Ediciones 62. "Este octubre saldrá El darrer dia", avanza. Hacía diez años de su último libro allí: entremedias ha publicado en Galaxia Gutenberg, Comanegra y Edicions de 1984. "Llamé a Pilar y le dije que quería volver a casa, porque afuera hacía demasiado frío", dice.

Para Jordi Coca, el catálogo de Edicions 62 ha sido "modélico en un país como el nuestro". Elogia "la apertura ideológica". Guillamon admite que durante "una larga época fue una editorial líder". Entre los aciertos menciona la colección de bolsillo El Cangur, iniciada en 1974 e integrada, a partir de 2001, en el sello Butxaca (actualmente labutxaca). A finales de los 70, Joaquim Molas asumió el reto de dirigir la colección de las Millors Obres de la Literatura Catalana (MOLC). "En aquellos momentos no había una jerarquización clara y Molas consiguió poner de relieve que había un centenar de clásicos catalanes –explica Guillamon–. Lástima que la ejecución de la colección fuera pésima, con un cuerpo de letra y un interlineado que no invitaban a leer los libros". Pasaría lo mismo a principios de los 80 con otro proyecto de vocación canónica, las Millors Obres de la Literatura Universal (MOLU).

Manuel de Pedrolo

De los grandes éxitos al presente

Novela, ensayo y poesía: tres patas fundamentales del catálogo actual

El libro más vendido de la editorial es Mecanoscrit del segon origen, de Manuel de Pedrolo. "Desde 1974 hemos vendido más de un millón –recuerda Pilar Beltran–. Sigue siendo un clásico que fascina a los adolescentes". A una distancia muy significativa están los dos libros que ocupan la segunda y la tercera posición de los récords de ventas: Cròniques de la veritat oculta, de Pere Calders –con más de 200.000 ejemplares–, y Aloma, de Mercè Rodoreda, que supera los 100.000, igual que Joc brut y Trajecte final, de Manuel de Pedrolo.

A pesar de que la creación del Grup 62 se remonta a 1996 –a Ediciones 62 se sumó entonces Empúries–, fue en 2006, con la entrada en el accionariado de Enciclopèdia Catalana y Planeta, que se creó el primero gran grupo editorial en lengua catalana, que incluía también sellos como Columna, Proa y Destino. "En estos veinte años al frente de la editorial, el sector se ha hecho más complejo –dice Pilar Beltran–. Ni había tanta competencia como ahora, lo que enriquece el panorama, ni había una variabilidad de formatos como hoy. Al libro físico y al electrónico hay que añadir el audiolibro. Los estamos haciendo desde 2020. Un gran grupo te permite abrir camino en este terreno".

Najat el Hachmi en una imagen de archivo.

Hay tres grandes frentes que Beltran coordina. "Cuando llegué, me pidieron que continuara el catálogo internacional y creo que en este sentido hemos hecho un muy buen trabajo", asegura antes de mencionar nombres como Paul Auster, Edna O'Brien, David Grossman y Cormac McCarthy, de quienes en octubre publicarán la nueva y esperada El passatger / Stella Maris. "En narrativa, además de publicar autoras como Carme Riera y Najat el Hachmi, hemos releído el catálogo para actualizar los clásicos con vocación de llegar a todos los públicos", continúa. En este punto menciona las recuperaciones de Montserrat Roig, Mercè Rodoreda y Víctor Català. "En estos veinte años, hemos incorporado a muchas mujeres en el catálogo –dice–. Hasta entonces costaba que la literatura escrita por mujeres viajara y se tradujera, y tampoco se apostaba tanto por las autoras catalanas". En ensayo, "una otra pata importante", Edicions 62 ha tenido éxitos recientes como Sàpiens (2014), de Yuval Noah Harari, la Història mundial de Catalunya coordinada por Borja de Riquer en 2018 y los libros sobre feminismo de Siri Hustvedt.

No podemos olvidar el trabajo de Jordi Cornudella en las colecciones de poesía –con nombres como Enric Casasses, Narcís Comadira y Maria Mercè Marçal– y con las obras completas de autores como Josep Carner y Joan Maragall. "El corazón del editor sigue siendo buscar historias con calidad y saber comunicarlas a los lectores –afirma Beltran–. En Ediciones 62 lo hacemos con voluntad profesional y con vocación de perdurar en el tiempo".

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