Francis Kéré gana el Pritzker y se convierte en el primer africano que recibe el Nobel de los arquitectos
Ha obtenido el galardón por "empoderar y transformar las comunidades a través de la arquitectura"
BarcelonaEl palmarés del premio Pritzker, el Nobel de los arquitectos, ha reconocido a menudo a los arquitectos con un carácter social más marcado, que han trabajado en la periferia y que han construido en las condiciones más difíciles. Lo hicieron con el chileno Alejandro Aravena en 2016 y el indio Balkrishna Doshi en 2018, y este martes han vuelto con Diébédo Francis Kéré (Gando, Burkina Faso, 1960), que se convierte en el primer africano en ganar el premio, que está dotado con 100.000 dólares. “Todo el trabajo de Francis Kéré nos muestra el poder de la materialidad arraigada en el lugar”, se puede leer en el acta del jurado, presidido precisamente por Alejandro Aravena. “Sus edificios, hechos por y con las comunidades, son directamente de estas comunidades: en su fabricación, sus materiales, sus programas y su carácter único”, añaden. Otros de los valores que el jurado destaca en los edificios de Kéré son el carácter global y la responsabilidad ambiental; también que "empodera y transforma las comunidades a través de la arquitectura".
“Quiero cambiar el paradigma, empujar a la gente que sueñe y asuma riesgos –ha dicho Kéré al conocer que le concedían el premio–. Porque seas rico no tienes que derrochar los materiales y porque seas pobre no tienes que dejar de intentar crear calidad. Todo el mundo se merece calidad, lujo y confort. Estamos interconectados y las preocupaciones sobre el clima, la democracia y la pobreza nos atañen a todos”.
Francis Kéré es el hijo mayor del jefe de un poblado y el primer niño de la familia que fue a la escuela, por lo cual marchó de casa cuando era niño. Más adelante emigró a Berlín, donde está establecido, para continuar su formación y fue también en la capital alemana donde estudió arquitectura. Aun así, ha continuado fuertemente ligado a sus raíces porque creó una fundación para conseguir financiación para hacer obras como su primer edificio, una escuela de primaria en Gando que recibió el prestigioso premio de la Fundación Aga Kan. “Consideré mi trabajo como un deber hacia esta comunidad”, dijo Kéré.
Años después de acabar la escuela construyó unas viviendas para los maestros, amplió la escuela y en 2019 hizo una biblioteca. Más allá de Gando, Kéré ha hecho otras obras en su país, como un centro de salud y bienestar social en Laongo y el Instituto de Tecnología Burkina, en Koudougou. También ha trabajado en otros países africanos como Kenia y Mozambique. “Él sabe que la arquitectura no es el objeto sino el objetivo, no el producto sino el proceso”, dice el jurado. Tiene una decena de proyectos en curso en diferentes países africanos, entre los cuales están la Asamblea Nacional de Burkina Faso, que sustituirá la que fue destruida en 2014, y la Asamblea Nacional del Benín.
La proyección internacional de Francis Kéré no ha dejado de crecer y uno de los edificios con los cuales se consagró fue el pabellón efímero de la Serpentine Gallery del 2017, en el cual mezcló los recuerdos de su localidad natal con métodos de construcción experimentales. De hecho, Kéré mantiene elementos simbólicos tradicionales africanos en sus edificios como pasó con las instalaciones que hizo en la edición del festival Coachella del 2019, una retahíla de torres hechas con tela evocadoras de los baobabs y de cómo las comunidades se reúnen bajo los árboles que consideran sagrados, y un pabellón permanente en el Centro de Arte Tippet Rise en Fishtail, en el Parque Nacional de Yellowstone.
La ceremonia de entrega del premio se celebrará próximamente en el edificio Marshall, el más grande de la London School of Economics. Es obra de Yvonne Farrell y Shelley McNamara, las ganadoras del premio Pritzker en 2020.