Minucias

El peor daño que nos espera no es el cambio climático

Cambia climático , sequía, lluvias
14/11/2024
2 min

BarcelonaBaruch Spinoza (1632-1677) es un autor poco leído entre nosotros, aunque disponemos al menos de dos libros suyos traducidos al catalán: El tratado político, libro inacabado (Talón de Aquiles, 2024), y elÉtica, traducción de Josep Olesti (Marbot, 2013). Ésta Ética fue escrita a la manera euclídea, geométricamente, y no resulta fácil de leer. Por el contrario, el primero, y también el Tratado teológico-político (hay muchas ediciones), son libros que no presentan ninguna dificultad, y muestran cómo, más allá de Descartes, Spinoza señaló el camino del racionalismo que después practicarían los grandes filósofos de la Ilustración europea.

Si uno quiere entrar en el pensamiento “claro y distinto”, pero enrevesado, delÉtica, podrá acudir a un libro casi insuperable: Alexandre Matheron, Individu te communauté chez Spinoza (Ed. de Minuit, 1969). Gracias a este libro entenderemos que el propósito más “político” del filósofo judío-portugués-holandés consistía en suponer que sólo se “salvarán” aquéllos que hayan ordenado racionalmente sus vidas, su conocimiento de las cosas, el comportamiento en sociedad y la contribución al bienestar de un país (él llama “estado”).

El esfuerzo de "catequizar" a los demás

Todo ser humano, siempre dotado de inteligencia, debe ser capaz de adecuar a la razón sus ideas y acciones, pero debe hacer, también, el esfuerzo de “catequizar” a todo el mundo que encuentre y llevarlo por ese camino. El estado, como se ha dicho, es el que debe asegurar que las instituciones colaboren en esta tarea: la educación, la libertad o el libre juego de ideas a través de los partidos políticos son fundamentales.

Sin embargo, desde Spinoza, el mundo y la comunicación entre las personas, y entre el estado y la sociedad, han cambiado mucho. Quizás el estado, en el mejor de los casos, ofrece las garantías de la democracia; pero el estado actual de la ciudadanía, hoy más interesada, en gran medida, por las mentiras y fantasías de las redes que por el análisis racional de las cosas, ha hecho que ya sea muy difícil que un ser racional pueda llevar hacia la razón muchos de sus conciudadanos. Por eso el peor daño que nos espera no es, por ejemplo, el cambio climático. El peor mal será (previamente) el descrédito de la razón.

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