Literatura

"Los valencianos somos los camareros de los madrileños y los geriatras de los norteeuropeos"

El articulista y politólogo Ricard Chulià publica el ensayo 'País Valencià. Salida de emergencia', lleno de frases vistosas y memorablemente explicativas

2 min
Una imagen aérea de la playa de Benidorm.
  • Ricard Chulià
  • Editorial Asuntos
  • 250 páginas / 16 euros

Durante décadas, y todavía ahora, los catalanes del Principado han observado lo que ocurría en la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares con una mezcla de curiosidad orientalizante, de paternalismo y de solidaridad poco o nada implicada. Sin embargo, estos últimos tiempos están comprobando que todo lo que ha pasado y ocurre en el PV y las IB –terremotos del turismo de masas, desvertebración territorial, retroceso de la lengua y la cultura propias, castellanización acelerada...– también les pasa a ellos. O les ocurrirá en un futuro inmediato. En este sentido, los lectores catalanes a la fuerza deberían estar interesados ​​en un libro como País Valenciano. Salida de emergencia (Editorial Asuntos), del articulista y politólogo Ricard Chulià (Torrent, 1983). Porque todo lo que lean, desde el diagnóstico de los males hasta las propuestas de solución, pasando por las reflexiones, los datos y las anécdotas, tiene que ver con ellos. Chulià habla específicamente del PV, pero todos los territorios de los Països Catalans luchan la misma guerra. Así como van las cosas, el presente del País Valencià es el futuro de Catalunya.

Chulià es un militante activo de Compromís, leal pero abiertamente crítico con las renuncias nacionales de su partido. También es un independentista valencianista que tiene presentes todos los males –externos e internos– que minan su país: el trato colonial que le dispensa España (infrafinanciación crónica, boicot de infraestructuras); un sistema de medios de comunicación castellano y castellanizador; una flagrante falta de recursos (infradotación de personal básico: maestros, médicos); la corrupción sistémica tanto en las estructuras del Estado como en las sucursales valencianas de Madrid; unos salarios inferiores a la media y una temporalidad muy acusada y mayor desempleo... Chulià sabe que abordar estos problemas requiere una caja de herramientas variada. Su mirada lleva incorporadas todas las lentes: la económica, la social, la política, la lingüística, la medioambiental, la demoscópica y la electoral.

Pagar por ser español

Construido a base de capítulos cortos, el libro está tan lleno de datos y de informaciones objetivas y contrastadas como de frases vistosas y memorablemente explicativas. Por ejemplo: "Los groenlandeses y los feroeses cobran por ser daneses, pero los valencianos pagamos por ser españoles". Y también: "Los valencianos somos los camareros de los madrileños y los geriatras de los norteeuropeos". Consciente de que el turismo de masas depreda territorio y personas, y que además no sólo no genera riqueza sino que produce pobreza y la enquista, consciente también de que el estado español centralista es irreformable gobierne quien gobierne, Chulià propugna un nacionalismo valencianista autocentrado , que huya del monocultivo turístico, que construya nacionalmente el país y aspire a la independencia, y que sea posibilista sin renunciar a la ambición ni a la épica porque, tal y como escribe él mismo con malicia exacta, “sólo existe una utopía más irrealizable que la independencia: la España federal”.

Que los medios de comunicación de Barcelona supuestamente catalanistas opten antes por tener opinadores madrileños que por tener valencianos como Ricard Chulià –lúcido, elocuente, valiente, informado– dice muchas cosas del tipo de país que somos, y ninguna de ellas es buena.

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