Literatura

Vuelve el poeta latino más salvaje (y esta vez sin censura)

Adesiara publica una nueva y ejemplar traducción de Catulo a cargo de Jaume Juan Castelló

Detalle de un fresco donde aparece representado Catulo y que se puede ver en Sirmió
04/07/2025
3 min

BarcelonaAunque los viejos poetas suelen ser "una fuente inagotable de reflexiones profundas y valiosos pensamientos", los poetas jóvenes van por otra parte. "No suelen creer demasiado ni en la sacralidad ni en las instituciones humanas", les atraen "los sentimientos apasionados, como los amores o los odios profundos e inconciliables" y "poco o nada les capfica saber si van a convertirse en un día clásicos o si sus escritos servirán de modelo a las generaciones futuras". Éstas son las consideraciones iniciales que se hace Jaume Juan Castelló, traductor y profesor titular del Departamento de Filología Latina de la Universidad de Barcelona, alrededor de Catulo, uno de los autores latinos más salvajes, de quien acaba de presentar una nueva versión catalana deLos poemas en Adesiara.

Nacido en Verona el 87 aC y fallecido en Roma hacia el 58 aC, cuando rondaba los 30 años, Gai Valeri Catul ha conseguido pasar a la posteridad gracias a una voz directa, inflamada y eternamente joven. "Dejó escritos en la memoria occidental los besos más célebres de toda la literatura –sigue Castelló–, los lamentos más conmovedores, e imitados por la posteridad de una mujer traicionada abandonada por su amante, o los insultos más groseros dirigidos al primero que se le planta por delante". De los 116 poemas que han sobrevivido del autor, uno de los que ha levantado más polvareda y ha sido motivo de múltiples censuras ha sido el decimosexto. Empieza así, en la nueva traducción: "Por el culo os la joderé, y hasta la garganta, / par de maricones mamones, Aurelio / y Furi. Como son un poco lascivos, / mis versos, me tilda de indecente. / Un poeta, sin duda, debe ser púdico, / pero no hace falta que lo sean los suyos.

"En una traducción castellana, el traductor Joan Petit sustituía los dos versos iniciales del poema por '"Os daré a probar mi virilidad'“ –recuerda Castelló–. Esto no es un insulto, es una cursilada". Petit hizo equipo con Josep Vergés para la primera traducción catalana de Catul, publicada en 1928 en la Fundación Bernat Metge. "El criterio de esta colección siempre fue evitar las palabras malsonantes y la escatología –opina el editor de Adesiara, Jordi Raventós–. El problema es que en algunos casos quizás se actuó con un exceso de prudencia". Castellón, que hace tres años presentó una traducción esplendorosa de los Epigramas de Marcial, todavía tiene presentes las múltiples omisiones de la edición de Marcial en la Bernat Metge. "¿Por qué debían traducirlo, si de los 1.500 poemas que escribió tiene más de 150 que son de sexo y bastante cerdos? –se pide–. La respuesta probablemente sea que quisieron traducirlo porque era un poeta romano de origen hispano".

Versos lascivos, de amor y cáusticos

Antoni Seva revisó y retradujo la primera versión catalana para Bernat Metge en 1990, que más tarde apareció en Quaderns Crema (Poemas, 1999). El poema decimosexto de Catulo, presentado en prosa, ya había ganado parte de la contundencia con la que los lectores pueden leerlo ahora: "Os la joderé por el culo, yo, y por la boca, mariquita de Aurelio y primo de Furi, vosotros que, por mis versos, porque son un poco lascivos", me'.

Catul cuenta, como mínimo, con otras tres versiones catalanas: la de Jordi Parramon para Edicions 62 (Poesías completas, 1999), la de Eduard Sanahuja Yll para AdiA (51 poemas, 2024) y la que Jaume Juan Castelló hizo, junto con Josep Ignasi Ciruelo, para Edhasa (Poemas, 1982). "Cuando los de Edhasa nos pedimos más adelante reeditarla dijimos que no, porque había que hacer cambios importantes –recuerda Castelló–. En el 2020, Josep Ignasi murió a consecuencia del cóvido y decidí volver a ponerme. Me lo tomé como una locura que quizá acabaría desgarrando". El libro ha terminado publicado en Adesiara en una versión que, además de ser estrictamente fiel al original, respeta todos los pies métricos latinos.

"Algunos de los poemas más conocidos de Catulo son los que dedica a Lesbia, su gran amor –explica el traductor–. Marca la cima de exaltación personal y el más alto grado de expresión poética". "Vivamos, Lebia mía, y hagamos el amor, / que los murmullos hipócritas de los viejos, / ni todos juntos, no valen un triste as!", comienza el poema 5. A otra amada, Ipsitila, no le pide amor, sino que se quede en casa con él para hacer "nuevo clavos seguidos." La parte más cáustica del poeta aparece en poemas como el 94: "Se va de putas, Verga! ¿Qué dices? ¿Una verga, putas? / Bien cierto! Como se suele decir: «Las hortalizas, en el huerto»". Entre ataques, críticas y proposiciones obscenas, de vez en cuando Catulo se ablanda y dedica versos emocionados al gorrión muerto de su novia: "¡Maldidas tinieblas odiosas / del Orc, que devorad todo lo bello! / ¡Que era, de bufón, el gorrión que habéis tomado! / ¡Qué dis! tuya, se sonrojan / los ojos llorosos de mi chica".

El poema más polémico de Catulo

Por el culo se la joderé, y hasta la garganta,

par de maricones mamones, Aurelio

y Furio. Al ser un poco lascivos,

mis versos, me tilda de indecente.

Un poeta, sin duda, debe ser púdico,

pero no es necesario que lo sean sus versos;

al fin y al cabo, sólo tienen ingenio

y sal si son lascivos y poco decentes,

si llegan a animar y poner calientes,

no sólo los chicos, sino los hombres con barba

que no mueven los lomos entumecidos.

Y ahora, porque ha leído varios miles

de besos, ¿os atrevéis a creerme poco macho?

Por el culo se la joderé, ¡y hasta la garganta!

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