Un doble exilio

El doble exilio de los Pujadas: escaparon de Franco y fueron asesinados en Argentina

La familia se ha reencontrado en Barcelona, ​​más de 40 años después de la tragedia

De izquierda a derecha Maria Angels, Maria Eugenia y Victor
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BarcelonaMaría Eugenia Pujadas, nacida en Argentina y limpia deexiliados catalanes, tenía un año y medio cuando prácticamente toda su familia desapareció. Ella estaba en la cuna cuando, una noche de agosto de 1975, el comando paramilitar y criminal Libertadores de América entró en el domicilio familiar, secuestró a sus abuelos, sus padres y dos tíos, y los llevaron a un descampado para matar -los. En la casa, sólo quedaron ella y su tío Víctor, de once años. Víctor regresó a Barcelona, ​​ella se quedó en las afueras de la ciudad de Córdoba con su abuelo materno y su madre, Mirta Yolanda Bustos, que milagrosamente sobrevivió pero muy malherida. Casi 50 años después de aquella tragedia, María Eugenia ha venido por primera vez a Catalunya y se ha reencontrado con los primos y tíos en el recinto modernista de Sant Pau. Una reunión que ha sido posible, en parte, gracias al Memorial Democràtic.

Reencuentro de la familia Pujadas en el Recinto Modernista de Sant Pau

"Crecí sin saber nada de esta historia. Cuando preguntaba me decían que habían muerto en un accidente. Mi madre se marchó a Barcelona en septiembre de 1975, se sometió a muchas operaciones, y regresó a Argentina en 1978, en plena dictadura, porque quería estar conmigo. Murió cuatro años después. Mientras pude estar con ella, oí algunos recortes de conversaciones y le preguntaba en qué película pasaba todo aquello. Qué inocente que era", explica María Eugenia Pujadas, que ha publicado con Miguel Cabrera La mujer que se hizo hilvanando retazos. Mamá nunca le habló de aquella noche terrible. "Siempre estaba contenta cuando estaba conmigo. Me hablaba de cómo amaba a papá y me decía que me parecía. Me contaba lo que hacían juntos, y que a él le gustaba mucho leer y era muy culto. A mamá le costaba andar y mover un brazo, no recuerdo que me pudiera acompañar nunca a la escuela". Cuando hace pocos días cogió el avión para venir a Barcelona, ​​María Eugenia no pudo evitar pensar en cómo se sentiría su madre cuando vino a la capital catalana en septiembre de 1975. "Pensaba y no podía dejar de llorar ".

El exilio español

Los abuelos de María Eugenia Pujadas eran médicos. Josep Maria Pujadas y Josefa Badell se conocieron mientras estudiaban medicina en la Universidad de Barcelona y se licenciaron en 1944. Trabajaron en el Hospital de Santa Cruz y Santa Pau y se especializaron en hematología pero llegó un momento que no podían vivir bajo el régimen franquista. Tampoco querían que sus tres hijos crecieran en esa España tan oscura. Decidieron exiliarse en Argentina, en las afueras de Córdoba, y renunciaron a la medicina. Montaron una granja de reproducción avícola y tuvieron otros tres hijos: Maria Àngels, María José y Víctor. Aquella noche trágica murieron asesinados María José y Josep Maria, el padre de María Eugenia. Maria Àngels, que no estaba en el domicilio familiar, se marchó a Barcelona con su marido argentino.

¿Por qué esa masacre de agosto de 1975? Mariano Pujadas era uno de los tres hijos del matrimonio de médicos nacidos en Barcelona. En Argentina se vinculó a la lucha política, fue un dirigente de la juventud peronista y al grupo guerrillero Montoneros. Fue detenido y trasladado al penal de Trelew en la Patagonia y asesinado poco tiempo después. Murió fusilado, con diecinueve otros presos, el 22 de agosto de 1972, bajo el gobierno militar del general Lanusse. "No creo que mis abuelos estuvieran politizados pero sí eran muy solidarios y se organizaron para ayudar a las familias de otros presos. En ese momento tardabas tres o cuatro días en llegar a la Patagonia desde Córdoba. Fue una represalia", explica María Eugenia, que ha ido reconstruyendo la historia familiar haciendo búsqueda en los archivos y, sobre todo, con los recuerdos de quienes conocieron a sus abuelos y sus padres. "Muchos recuerdan a los padres porque eran personas solidarias, que ayudaban cuando alguien lo necesitaba", relata. María Eugenia ha crecido sobre todo con el abuelo. "Es lo que me crió, lo que lo dio todo por mí. Él hizo un cambio radical de vida, era un hombre tosco, rudo, duro, del campo. Cuando fui a esa casa él cambió radicalmente", afirma.

La familia que volvió

Beatrice es la hija de Maria Àngels. Es médico, como sus abuelos, y se ha especializado en inmunología. Nació en Lleida pero ha ido a Argentina tantas veces como ha podido: "La primera vez fue en 1985, tenía ocho años, y fui con la tía porque los padres no se atrevían todavía a poner los pies en Argentina. Lo recuerdo como un viaje muy bonito y extraño, porque tenía parte de su familia. Era como si perteneciera en parte allí, como si fuera el lugar donde debería haber nacido y crecido", dice.

" Mis abuelos vivieron en Argentina durante veinte años y estuvieron muy felices, mis padres siempre me dijeron que habían venido a Cataluña porque los abuelos habían muerto, pero no supe nada de la tragedia familiar hasta que fui adolescente y vi un reportaje en TV3", añade Beatrice. En los primeros años, la familia fue apátrida, no los reconocían ni el gobierno español ni el argentino. "Ahora tengo la doble nacionalidad. Los padres siempre han tenido mucha entereza, nunca los he visto deprimidos. Han salido adelante y nos han educado valorando mucho a la familia, porque cuando volvieron fue la familia de aquí que nos ayudó y nos acogió", dice Beatrice.

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