Mishima y los poetas inauguran el día de Sant Jordi en La Paloma
Jordi Puntí, Blanca Luz Vidal, Mireia Calafell y Pol Guasch participan en la segunda edición de 'La nit de les roses'
BarcelonaParejas que comparten paraguas bajo el chaparrón, amigos que pasean sus reflejos por las calles mojadas de Barcelona... A pesar de la lluvia, unos y otros han viajado hacia la sala La Paloma, en el barrio del Raval, para celebrar el Sant Jordi ( un poco antes de tiempo) con un concierto de Mishima en el que han participado como invitados especiales los escritores Jordi Puntí, Blanca Llum Vidal, Mireia Calafell y Pol Guasch. "Hoy tendremos cuatro voces privilegiadas de la literatura catalana", dice David Carabén, el cantante del grupo, al principio de la velada. Aunque arrancó el año pasado, La noche de las rosas ya parece una tradición perfectamente instaurada en los actos literarios de Sant Jordi: buena parte del sector cultural asiste fielmente a hacer la previa antes de pasar el día entre tenderetes y actividades. Durante más de dos horas, el público se entrega a una fiesta primaveral que, ante todo, sirve para reivindicar que las letras de las canciones pueden ser literatura y los poemas grandes obras sonoras.
Jordi Puntí es el primer escritor en subir al escenario de La Paloma. Acompañado de melodías glamorosas, recita algunos fragmentos de la novela Confete, con qué ha ganado el premio Sant Jordi de este año. "Broadway era como nuestra casa, pero a veces mirábamos más arriba, hacia Harlem", lee Puntí, que evoca la Nueva York en la que se introdujo el músico catalán Xavier Cugat. Blanca Llum Vidal, que esta temporada ha publicado No cometerás adulterio y Leer pequeño, invoca un "amor que no es U" y recupera algunos fragmentos de La princesa sois Tú.
Mireia Calafell, que se ha llevado el premio Carles Riba con Si una emergencia, recuerda el cambio climático con unos versos secos y dulces. "La lluvia fuera es pedrada de nuevo", recita, cuya contundencia hace resonar la sala. Con el poema No es verdad, Calafell hace estallar unos aplausos que mantiene Pol Guasch, acto seguido, con un poema inédito escrito expresamente para la ocasión: "Pon que empecé a escuchar a Mishima una tarde de invierno porque una amiga me preguntó «¿Qué haremos del deseo ahora que hemos encontrado el amor?» y me dijo «Es canción de Mishima»".
Tras el recital, Carabén (el quinto poeta, al fin y al cabo) entona las canciones más populares de Mishima, como No existe el amor feliz, Miente la primavera, Chispa, estrella o caricia, Quien ha bebido y Volverás a temblar, uno de los temas más aplaudidos de la noche. Sin embargo, el propio Carabén explica que para este concierto han querido "recuperar canciones antiguas" que hacía tiempo que no tocaban en directo, como por ejemplo Lo extraño. En el repertorio no faltan algunas canciones recientes del grupo, como Un sitio que no recuerde y La diablesa, una versión de La diabla, de Xavi. Ni tampoco Rosas, la versión catalana de Flowers, de Miley Cyrus, que ya se ha convertido en todo un himno primaveral. Tanto si este martes llueve o no, las rosas de Sant Jordi ya están bien regadas. Y el amor y la poesía también.