La Vella Dixieland: 45 años de "música bien hecha y temple"
La formación barcelonesa protagoniza el retrato de artista del Festival de Jazz de Barcelona
BarcelonaSecretos, los justos. "Música bien hecha, temple y ya está", dice el trompetista Pep Gol (Barcelona, 1959), uno de los fundadores de La Vella Dixieland. "Y que llegue a la gente", añade para completar el lema de una formación nacida en 1980 por amor al jazz clásico en un sentido amplio, primero instrumental y después también vocal. Tal y como lo entienden en Nueva Orleans, donde lo que cuenta es tocar y no "la manía ésta de intelectualizar el discurso que tenemos en Europa". Para celebrar el 45 aniversario de La Vella Dixieland, el Festival de Jazz de Barcelona le dedica un retrato de artista que se desplegará en cuatro conciertos diferentes: tres en el Jamboree los días 11 y 24 de octubre y 7 de noviembre, y uno en La Paloma el 4 de diciembre. Es la primera vez que el festival retrato un colectivo y no un solista.
Curiosamente, el retrato no fue una idea del Festival de Jazz, que, sin embargo, recibió la propuesta con los brazos abiertos. "Estaba hablando con Joan Mas [el dueño del Jamboree] sobre la posibilidad de hacer algo para celebrar los 45 años. Y fue él quien me dijo que lo hablara con The Project [la promotora del Festival del Jazz]", recuerda Pep Gol. Para honrar la historia, una parte de la celebración debía satisfacer "la añoranza de club". "La Vella empezamos a tocar en La Boîte [el club que funcionaba junto a El Corte Inglés de la plaza Francesc Macià], y después estuvimos 25 años en Luz de Gas. Y si tocabas allí no podías tocar en el Jamboree", explica. La otra parte de la celebración debía ser una fiesta con amigos, y se celebrará en La Paloma, que "hace pachoca", celebra Gol.
El retrato de La Vella Dixieland comienza el 10 de octubre compartiendo el escenario del Jamboree con Ricard Gili, el legendario trompetista de La Locomotora Negra, otra formación esencial en la historia del jazz catalán y sobre todo en la popularización del jazz en nuestro país. "Cuando empezamos en 1980, Ricard ya estaba. No había muchas cosas, en Barcelona. Había Francesc Burrull, Tete Montoliu, los de Terrassa y la Locomotora Negra. Con él siempre hemos tenido relación –dice Gol–. Cuando con Pau Casares [otro fundador de la Vella Dixieland] buscà Oriol Bordas", un histórico de la escena jazzística del país, fallecido en el 2024. De aquellos primeros años, Gol recuerda momentos como una batalla de swing con la Locomotora Negra. El invitado del concierto del 24 de octubre es el trompetista Joan Marc Sauqué, de 29 años, de la generación de los hijos de Pau Casares, los también músicos Lluc y Joan Casares. "Hagamos bastantes bolos con ellos", dice Gol. De Sauqué habla maravillas: "Es un joven superpreparado y muy talentoso. Cualquier invitado es un estímulo para nosotros".
El acceso a una formación musical de primer nivel es una de las grandes diferencias entre el presente y la época de juventud de La Vella Dixieland, cuando pioneros como el mayor Manel Camp trataban de establecer un método docente en el Aula de Música Moderna y Jazz de Barcelona y cuando apenas Lluís Cabrera ponía en marcha el Taller de Músics. "Piensa que cuando empezamos había uno que tenía un vinilo que iba pasando de uno a otro para aprender a tocar los temas. Quedábamos un día para hacer el tema 2 de la cara A, por ejemplo, y cada uno se aprendía su parte", recuerda Gol. De esa época nace el sentido de "tribu" de La Vella Dixieland y el compromiso de directo: "Enseguida tuvimos muy claro el ritual del bolo, que es como una ceremonia en la que compartes el escenario con el propósito de dejar a la gente contenta. Esto lo encuentran los músicos jóvenes en nosotros, si no, no vendrían a tocar con nosotros". Aunque lo "petaron mucho", no todo eran flores y violas. "En 1989 hicimos un disco con Manel Joseph [el cantante de la Orquesta Platería], en el que había temas en catalán, pero no lo ponían en las radios porque era en catalán y decían que sonaba antiguo. ¡En pleno pujolismo! ¿Es fuerte, verdad? En cambio, sí ponían los temas instrumentales", explica.
La colaboración del concierto del 7 de noviembre es con la cantautora Namina, con quien Pep Gol forma equipo desde hace tiempo. "Hemos trabajado con muchos cantantes de aquí y americanos, y más o menos ves en quienes se inspiran. Con Namina no pasa, eso, porque va a su bola. «A ver, ¿quieres decir que hace jazz?», dicen al principio. Escúchala. Cuenta historias, canta en catalán, y artísticamente y por actitud encaja muy bien con nosotros" repertorio que combinará piezas de La Vella Dixieland y de Namina. Es un concierto que explica la libertad con la que ha trabajado la formación barcelonesa, y que ya en los ochenta les hacía sonar "frescos y con marcha" cuando interpretaban jazz clásico.
Finalmente, el 4 de diciembre La Paloma acogerá "la final party", que le dice Gol. Será un concierto con invitados como Ricard Gili, Joan Marc Sauqué, Namina, la saxofonista Irene Reig, el trombonista Pablo Martín y el guitarrista Josep Traver. Músicos de diferentes generaciones que compartirán el escenario con la formación actual de La Vieja Dixieland: Pep Gol (trompeta), Pau Casa ' (saxo alto), Xavier Manau (trombón), Gerard Nieto (piano), Josemi Moraleda (contrabajo) y Pinyu Martí (batería) El retrato de artista del Festival de Jazz coincide con la publicación de 45, un disco que reúne grabaciones inéditas en directo y en estudio realizadas entre los años 2000 y 2020. Historia viva y vibrante.