Jo Nesbo: "Si el amor es una dulce psicosis, los celos son un mal viaje"
El escritor reúne una docena de relatos versátiles en el libro 'El hombre celoso'
BarcelonaLo que más ilusión le hace al escritor noruego Jo Nesbo (Oslo, 1960) para este Sant Jordi no es pasear por Barcelona ni regalar libros y rosas, sino ir a escalar de buena mañana a Sant Llorenç del Munt. Sin embargo, las previsiones meteorológicas le han estropeado los planes. "Parece que cada vez que quiero ir a escalar a Catalunya, hace mal tiempo", lamenta Nesbo, que todavía no sabe a qué dedicará la mañana de la Diada. La tarde la tiene planificada al minuto, con firmas de libros en diferentes espacios de Barcelona. Nesbo firmará sobre todo El hombre celoso, su último libro, que acaba de salir publicado por Proa en catalán con traducción de Laura Segarra Vidal y Reservoir Books en castellano con traducción de Lotte Katrine Tollefsen. Se trata de una compilación de diez relatos y dos novelas breves enlazados por los celos, el deseo, la infidelidad y la muerte.
"Cuando miramos nuestro repertorio de emociones, la gran mayoría nos parecen útiles. Los celos es una excepción, una emoción para ser amputada. Resulta difícil encontrar nada bueno", explica Nesbo. En la gran mayoría de los relatos, esta emoción va vinculada a triángulos amorosos y enamoramientos no correspondidos que empujan a los protagonistas hacia el pozo más profundo de la violencia. "No me considero un hombre muy celoso, pero, como todo el mundo, lo he experimentado y sé qué es. Si el amor es una dulce psicosis, los celos son un mal viaje", añade el escritor. En una de las narraciones centrales del libro, la homónima El hombre celoso, imagina a dos hermanos gemelos enamorados de la misma mujer. Cuando uno de ellos aparece asesinado, todas las miradas se centran en el otro hermano, pero encontrar al culpable no será tan fácil. "El amor y los celos son dos caras de la misma moneda", insiste Nesbo.
Un mundo transformado por una pandemia
La violencia está presente en los relatos del escritor noruego, pero no siempre predomina. En el cuento Odd, por ejemplo, Nesbo narra con una ironía afilada las peripecias de un escritor bestseller que decide desaparecer del mundo. "A veces me han criticado por ser demasiado gráfico en los libros, pero cada historia determina el grado de violencia que necesita. No pongo cuando siento que no hace falta", defiende Nesbo. La isla de las ratas es uno de los relatos más truculentos del volumen. Explica cómo el mundo se ha transformado completamente después de una pandemia. Los gobiernos han perdido todo su poder y los humanos se han organizado en bandas violentas que luchan por su supervivencia. La policía, el ejército y los tribunales se han quedado sin autoridad y solo impera la ley del más fuerte.
"Podría parecer que me basé en la pandemia del coronavirus y el asalto al Capitolio, que nos enseñó como la democracia más consolidada puede ser puesta en riesgo por un grupo excéntrico de gente. Pero este relato viene de hace tiempo. Me inspiré en el conflicto de Yugoslavia de los años 90", señala Nesbo. De joven visitó el país, que le pareció "un lugar muy estable", y poco después estalló la guerra civil. "En menos de seis meses, Milosevic consiguió volver en contra a serbios y bosnios. De un día para el otro estaban enfrentados –dice el escritor–. Nuestra civilización está en riesgo, las reglas sociales pueden cambiar de hoy para mañana".
Nesbo se siente cómodo en los relatos breves. Hace años que trabaja en ello –desde principios de 2000, dice– y tiene un buen puñado en el cajón. "Estoy acostumbrado a las versiones cortas. Cuando era adolescente, escribía canciones para la banda que tenía", dice el autor, que cita una afirmación de su madre, librera y crítica literaria: "Todo el mundo puede hacer una buena novela, pero solo los maestros pueden escribir historias cortas".