Literatura

"¡Paguémosles una comida a los viejitos, a ver si palman de una vez!"

La Institución de las Letras Catalanas homenajea a seis autores que celebran 80 y 90 años

2 min
Sèniors literarios a Palau Robert

BarcelonaA medida que se van sumando años se pierde la salud y se ganan problemas. "Cuando ya era muy mayor, Ingmar Bergman contaba cuántas lacras tenía aquel día y, si pasaba de las ocho, no se levantaba", recordaba este martes Dolors Oller, ensayista y excatedrática de teoría de la literatura.

Lo acompañaban cinco autores más, todos ellos homenajeados por la Institución de las Letras Catalanas en el "primer encuentro informal de seniors literarios", según decía su directora, Izaskun Arretxe. "Entre todos suman casi 500 años –añadía–, pero lo que los hace importantes es su contribución a la literatura catalana". Cinco de ellos han celebrado o celebrarán los 80 años este 2022 –Margarita Ballester, Narcís Comadira, Josep Espunyes, Carles-Jordi Guardiola y Dolors Oller–; el sexto cumplirá 90 en agosto, Joaquim Carbó. Ha sido el más veterano de esta pandilla involuntaria –algunos se acababan de conocer y pocos se habían leído entre ellos– el encargado de soplar las velas al final de la comida en el restaurante Roig Rubí de Barcelona. Han abundado las quejas sobre el estado precario del catalán, el poco interés por los clásicos y la falta de unas instituciones con capacidad ejecutiva y transformadora real. "¡Paguémosles una comida a los viejitos, a ver si palman de una vez!", exclamaba Carbó, risueño, para tratar de quitar hierro al asunto. De vez en cuando, la ironía sacaba la cabeza entre el diagnóstico dramático del presente y del futuro. "Tenia un tío que decía: «Cuando me muera, mierda para los vivos»", exclamaba Comadira, empequeñeciendo los ojos.

Pequeño pero vivaracho

"Somos un país pequeño, pero rico y vivaracho", aseguraba Espunyes, pocas horas después de saber que había sido condecorado con la Creu de Sant Jordi. "Cuando llegué a Barcelona a los 20 años desde Peramola [Alt Urgell] solo había estudiado en castellano. Fue entonces cuando me di cuenta del genocidio cultural", explicaba. Espunyes ha publicado poesía, narrativa, ensayos históricos y antropológicos y volúmenes como 1000 dites ponentines (Edicions de 1984, 2021).

"Todos hicimos inmersión, a la fuerza, en castellano –decía Comadira–. En mi caso, iba de excursión con los escoltas y leíamos a Joan Maragall con admiración. No estudiábamos catalán, pero sabíamos más que ahora". En enero, Comadira publicó el libro de poemas Els moviments humans (Edicions 62).

Carles-Jordi Guardiola, además de dirigir La Magrana entre 1975 y 2001, ha estudiado a Carles Riba y ha publicado varios volúmenes sobre el literato. "Iniciativas no han faltado estas décadas, pero en general somos un país desconjuntado", decía. "En Catalunya, siempre que sale alguien bueno levantamos un muro a su alrededor", añadía Dolors Oller.

Completaba el grupo Margarita Ballester, que en 2018 reunió sus tres libros de poemas, Després de la pluja (Cafè Central/Eumo). "Tengo algo empezado, pero ahora mismo no escribo", decía. Habían faltado al compromiso, por motivos de salud, la filóloga y bibliotecaria Joana Escobedo (Barcelona, 1942), y el poeta y traductor Salvador Oliva (Banyoles, 1942).

Ninguno de ellos, sin embargo, es el decano actual de la literatura catalana: los superan Josep Vallverdú, que el próximo año cumplirá 100 años, y Teresa Juvé, que celebró el centenario publicando La ruta de la mort (Meteora, 2021). Juvé cumplió 101 años el 7 de febrero y todavía escribe.

stats