De Rosa Fabregat a Jordi Casanovas: los Premios Nacionales de Cultura 2022
El PEN Català, Càntut y Núria Guiu completan los galardones entregados este viernes
BarcelonaDe la más joven a la más mayor, de la coreógrafa y bailarina Núria Guiu (37 años) a la farmacéutica y escritora Rosa Fabregat (89 años), los cinco artistas e instituciones que este viernes han recibido el máximo reconocimiento por la “ejemplaridad y excelencia” de su trabajo artístico, es decir, el premio Nacional de Cultura, han defendido con vehemencia la importancia política de la cultura, que tan a menudo se quiere arrinconar como un gesto estético inocuo. Núria Guiu ha afirmado que, en un contexto de precariedad y dificultad, “hoy ser bailarín o creador es un acto político, un acto de resistencia”. Pero también lo venía a decir Rosa Fabregat cuando ha recordado como leía poemas de Jacint Verdaguer en la cocina de casa. “Empecé jovenísima. No era con mi lengua, era con la otra”, ha señalado la farmacéutica y escritora, que llegó a dirigir un laboratorio trabajando en el extranjero. Su discurso ha acabado con un potente “¡Visca Catalunya lliure i feminista!” que ha hecho poner en pie al auditorio de la Fundación Miró, donde se ha celebrado la gala oficial de anuncio y entrega de los Premios Nacionales de Cultura 2022.
También el propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha destacado el valor político y social de la cultura: “Es la mejor forma de empoderar la ciudadanía para acontecer realmente libres y, por lo tanto, para impulsar una sociedad mejor, inconformista y con ganas de avanzar”, ha dicho Aragonès, que ha disculpado la ausencia de la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, que no había vuelto a tiempo del Festival de Cannes, donde Albert Serra presentaba su último film. La presidenta del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes (CoNCA), Vinyet Panyella, ha destacado “la riqueza y complejidad” de la cultura catalana, pero también “los déficits endémicos” como el infrafinanciamiento que nos deja lejos de los estándares otros países. “Hacen falta muchos cambios y de muchos tipos para conseguir el sistema cultural de referencia que queremos y que el país merece”, defiende.
El dramaturgo Jordi Casanovas, el proyecto de recuperación musical Càntut y el PEN Catalán son los otros galardonados con el premio Nacional que otorga anualmente el CoNCA formado, además de Panyella, per Margarida Troguet, Jordi Font, Tania Safura Adam, Jaume Ayats, Salvador Casals y Núria Iceta. Desde hace dos años los premiados son cinco, que reciben 15.000 euros cada uno. ¿Quiénes son los galardonados de este año?
Núria Guiu: bailar para superar la anorexia
Con 20 años, Núria Guiu (Mollet del Vallès, 1985) entró en la compañía IT Danza llevando una camiseta de Extremoduro que decía “Iros todos a tomar por culo”. Este viernes, en su discurso ha admitido que entonces tenía anorexia y cuando entró en la compañía por fin se pudo reconocer. “Dejar de comer para mí era una especie de protesta para borrar unos códigos que se aplicaban sobre mi cuerpo”, dice. Guiu trabajó en varias compañías en países nórdicos de los 22 a los 32 años y, cuando volvió, se dedicó a sus propias creaciones, que exploran la relación cuerpo-imagen-virtualidad. “Por internet encontré una forma de hacerme reaparecer”, asegura. Este año ha estrenado el espectáculo con tiktokers Cyberexorcisme en el Mercat de les Flors, de donde es artista residente.
Jordi Casanovas: el motor teatral más prolífico
Más que un autor y director de teatro, Jordi Casanovas (Vilafranca del Penedès, 1978) es un motor hiperactivo del teatro catalán. Ha recordado que, después de dejar ingeniería, hizo su primera obra de teatro en el garaje de casa. Después abriría una sala de pequeño formato, la FlyHard, se inventaría el torneo de dramaturgia del Festival Temporada Alta, crearía una productora de autoría catalana (Hause & Richman) y montaría simposios, radioteatro y lo que haga falta. Pero, además, ha escrito cerca de 40 textos teatrales siempre ligados a la realidad (como la Trilogia catalana) y, últimamente, en la actualidad (como Jauría sobre la Mandada y Alguns dies d’ahir sobre el Procés; y el próximo, sobre la pandemia). Casanovas, que ya tiene el premio Ciutat de Barcelona, celebra el nivel de la dramaturgia catalana, que se abre fronteras al mundo: “Vale la pena que seamos conscientes”.
Rosa Fabregat: vocación científica y literaria
“Perdonad que no lea, pero es que en esta sala se concentra toda mi vida, trepidante”, ha dicho este viernes Rosa Fabregat (Cervera, 1933). Miembro de la Real Academia de Farmacia y también la primera presidenta de la Sociedad Catalana de Ciencia-Ficción y Fantasía, Rosa Fabregat empezó a publicar en 1979 con Estelles, pero escribía desde los 14 años. Ha firmado ocho novelas, veinte poemarios y una compilación de narraciones escritos “desde lugares innovadores para su generación, como por ejemplo la ciencia ficción y el feminismo”, destaca el CoNCA. “Cuando me dijeron que ganaba el premio Nacional, pensé: ahora ya me puedo morir”, dice a sus 89 años esta Creu de Sant Jordi. Confiesa que había caído en una depresión y con el premio esperaba recuperar la vitalidad. El grito en defensa de que “las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes” y de una “Catalunya libre y feminista” hacen intuir que será así.
PEN Català: 100 años con la lengua y la libertad
El PEN Català fue creado en 1922 por Josep Maria López-Picó y Carles Riba, y fue el tercero que se fundaba en el mundo en defensa del rol social de la literatura, la libertad de expresión y la diversidad lingüística. Siguieron la tarea Pompeu Fabra, J.V. Foix, Joan Oliver y Maria Aurèlia Capmany, y este viernes la actual presidenta, Àngels Gregori, ha recordado algunos nombres propios de estos “100 años de mantener con firmeza la responsabilidad y el compromiso con la palabra”.
Càntut: no perdamos la voz de nuestros abuelos
“No hace demasiado tiempo se cantaba todo y en todas partes. Nuestros abuelos lo hacían con normalidad y hoy lo hemos delegado a los profesionales, con el desconocimiento que esto implica de nuestro patrimonio. Somos lo que cantamos”, defiende Albert Massip. Hace diez años, este maestro de Banyoles empezó a recoger y difundir la música popular y tradicional que recordaba a la gente más mayor de las comarcas gerundenses. Hoy, a través de Alter Sinergies, ya tienen en la web más de 1.500 canciones recogidas por 60 personas y cantadas por la gente mayor y también impulsan el festival Càntut en Cassà de la Selva (con músicos como Germà Negre, Sanjosex, Carles Belda y Joan Garriga). Es un proyecto colaborativo, patrimonial e intergeneracional que prestigia la cultura catalana y que continúa el trabajo de personas como Artur Blasco, Jaume Arnella, Jaume Ayats, Ramon Manent o Lluís Puig. “Tenemos la responsabilidad de ser eslabón”, dicen.