¿Por qué Ansu Fati tiene que ir a Madrid a recuperarse?

El Barça paga dos fisioterapeutas externos a instancia de Jorge Mendes para que el delantero vuelva a jugar

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Gesto cariñoso de Ansu Fati con Joan Laporta en presencia de Caroline Graham Hansen.

BarcelonaAdemás del casi renovado Leo Messi y de los recién llegados Memphis Depay y Kun Agüero, el cuarto delantero intransferible para Ronald Koeman de cara a la temporada que viene es Ansu Fati. Con Antoine Griezmann y Martin Braithwaite en la rampa de salida y Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho lesionados y marcados por cobrar mucho y rendir muy poco, el joven hispano-guineano se prepara para reaparecer después de muchos meses de gimnasio, quirófanos y recaídas. Se lesionó a principios de noviembre de 2020 en su mejor momento. Con Leo Messi amodorrado, había cogido la responsabilidad del gol (marcó cinco en diez partidos) antes de que Aïssa Mandi, central del Betis, le rompiera el menisco con una entrada desafortunada. Ahora, después de perder la oportunidad de consolidarse en el primer equipo azulgrana y de faltar en una Eurocopa en la que Pedri, joven como él, ha estado excelente a las órdenes de Luis Enrique, espera que la rodilla le responda de una vez.

A instancia de su representante, Jorge Mendes, Fati se puso en manos del doctor portugués José Carlos Noronha para someterse a una meniscectomía. Quitarle parte del menisco al jugador fue la solución definitiva en los planes frustrados de los servicios médicos del Barça para reconstruir el tejido afectado y recuperar toda la articulación. Tres operaciones en Barcelona no solo no sirvieron para cumplir los pronósticos iniciales, que preveían el alta médica en la primavera, sino que comportaron toda una serie de reproches internos, con el departamento de comunicación culé ofreciendo información incompleta sobre la evolución de la lesión.

Ya recuperado de la cuarta operación, Fati pasó hace seis días los controles rutinarios en Sant Joan Despí antes de empezar la pretemporada. Pero fue una visita relámpago, porque el atacante de La Masía ha trasladado a Madrid el muelle de su recuperación. Hace semanas que Ansu vive solo en la capital española porque Mendes prefiere que el peso de la readaptación lo lleven expertos de su confianza antes que los profesionales del Barça. El club lo acepta y se ocupa de los honorarios de Joaquín Juan y Raúl Martínez. El uno ha trabajado con deportistas de primer nivel como Cristiano Ronaldo, Radamel Falcão (los dos representados por Mendes) y Pau Gasol, mientras que el otro es el fisio de cabecera de la Federación Española de Fútbol (RFEF). Su criterio pasa por encima del del responsable de los recuperadores del primer equipo azulgrana, Juanjo Brau, que solo verá la evolución del jugador una vez por semana. La vuelta del futbolista a la dinámica de grupo va para largo.

Juanjo Brau, con Jordi Alba en un entrenamiento del Barça.

Desavenencias internas al Barça

El problema de Fati ha dejado tocada la confianza entre médicos y recuperadores. Internamente, uno de los argumentos que los médicos usaban para volver a intervenir la rodilla del jugador atacaba las pautas definidas por los fisios. Ramon Canal, jefe de los servicios médicos del Barça desde 2006; Lluís Til, médico del primer equipo, y Ramon Cugat, traumatólogo adscrito para lesiones de rodilla, cuestionaban las rutinas planteadas por los recuperadores, que también han levantado quejas entre los jugadores. De hecho, el caso del Ansu no ha sido el único motivo de fricción que ha habido este año: los problemas de tobillo de Araújo han ido y vuelto desde que el central cayó en el campo del Betis, mientras que Sergi Roberto se ha perdido más de veinte partidos oficiales por una lesión mal curada en el recto femoral. El de Reus ha tenido dos recaídas.

Fruto de la desconfianza acumulada, y en medio de la reestructuración interna vinculada al cambio de junta directiva, el Barça abrió negociaciones a finales de temporada con David Álvarez, actual responsable de los recuperadores del Betis, para que sustituyera a Brau, empleado del club desde finales de los años 90 y jefe de los fisios del primer equipo desde principios de siglo. Álvarez no habría necesitado mucho adaptación, porque trabajó en el Barça entre 2008 y 2010, coincidiendo con el sexteto de Guardiola. Aun así, las conversaciones no fructificaron y Brau, de momento, sobrevive en una posición que le reporta anualmente, incluyendo sueldos y complementos, una cifra análoga a la de un miembro del comité de dirección. Históricamente relacionado con las recuperaciones del primer Messi y del último Puyol, estos días trabaja sobre todo con Coutinho que, a diferencia de Fati, sí que se pone en sus manos para curarse la lesión de menisco.

Pese a la supervivencia de Brau, todavía no se sabe al 100% cómo quedará la plantilla de médicos y recuperadores la temporada que viene. De hecho, según informó el As, Laporta y su directiva planteaban pasar de los diez efectivos actuales –entre médicos y fisios– a solo siete. El cambio, siempre según el diario madrileño, implicaría que el doctor Daniel Florit pasara al Barça femenino y que el cuerpo de fisioterapeutas perdiera dos piezas con dedicación exclusiva al primer equipo. También supondría un recorte de todos los sueldos para ajustarse a la delicada situación económica del club.

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