Un Barça incomprensible cae en el último segundo ante el demonio de Europa

BarcelonaLa concatenación de partidos sin tiempo para digerir las vivencias del anterior y la irregularidad del Barça de Joan Peñarroya provocan que el aficionado culer viva en una constante montaña rusa emocional. Si el domingo el Palau Blaugrana se quejó con una pañolada de la imagen del equipo después de perder ante el Baxi Manresa, el miércoles disfrutó de una paliza al Maccabi Tel-Aviv y este viernes vibró pese a la derrota en el último segundo (88-90) ante el conjunto más en forma de Europa, el Olympiacos de un viejo conocido, Georgios Bartzokas. Es difícil encontrar razones para explicarlo.

Otro exazulgrana, Sasha Vezenkov, mostró su naturaleza de líder del Olympiacos en pista desde el inicio y, con sus 9 puntos (acabó como máximo anotador del partido con 24), propició la ventaja de 18-22 que el equipo griego reunió en el primer cuarto. El Barça pudo ajustar un poco más el marcador, pero el triple de Juan Núñez desde media pista fue fuera de tiempo. A partir de entonces, el conjunto del discutido Peñarroya fue momentáneamente a remolque, sobreviviendo a la contundencia ofensiva visitante gracias a las inspiraciones individuales, como los triples de Darío Brizuela.

Peñarroya, en la banda, expuso su rabia cada vez que el Barça perdía la oportunidad de dar la vuelta al marcador, consciente del peligro de regalar ante el Olympiacos. Un triple de Justin Anderson a poco más de un minuto para el descanso rompió la barrera mental y el Barça se marchó al descanso con la alegría de un 47-45. Uno de los principales responsables de la buena noticia fue Chimezie Metu con sus 12 puntos en ese momento.

El Barça inició el tercer cuarto con un arrebato de tres triples consecutivos que dieron la máxima ventaja del partido para los azulgranas (56-47), que el Olympiacos secó con un parcial de 0-10. La igualdad se mantuvo para dejarlo todo abierto de cara al último cuarto (65-66), que los griegos cogieron con las mismas ganas con las que el Barça erraba lanzamientos mientras protestaba decisiones arbitrales y Peñarroya amagaba con quitarse la americana. Pero los catalanes lograron llegar con un 88-88 a la última jugada del partido. Evan Fournier, con una acción individual para quitarse el sombrero, se encargó de evitar la prórroga.

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