Cubo de agua fría en el Palau Blaugrana

Un equipo para hacer contra un rival hecho. El Barça estrenó la eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga con una derrota ante el Olympiacos (75-77). El conjunto griego aprovechó su buena defensa para alterar el nivel de juego de los hombres de Roger Grimau, quienes no tuvieron el acierto habitual. Los 19 balones perdidos fueron una losa para los locales, que no estuvieron cómodos con el criterio arbitral y perdieron el factor cancha.

"Hemos mejorado la defensa en la segunda mitad, pero no hemos sido cómodos en ataque", analizó Roger Grimau, que descartó a Oriol Paulí y Joel Parra y dejó sin jugar a Darío Bizuela y James Nnaji.

El partido entre el Barça y el Olympiacos fue un duelo de estilos. Mientras el equipo catalán intentaba sacudir el juego y acelerar el ritmo, el conjunto griego buscaba la forma de bajar el duelo al barro. Georgios Bartzokas, que tuvo la baja de Kostas Papanikolau, intentó colapsar la pintura para limitar la anotación local. El técnico jugó durante muchas fases del partido con tres pequeños exteriores.

El Olympiacos exhibió defensa y músculo durante una primera mitad que al Barça se le hizo larga. El equipo azulgrana tardó más de cinco minutos en anotar su primera canasta, y el conjunto griego aprovechó la situación para construirse una diferencia de siete puntos (4-11). La reacción de los locales tardó en llegar y estuvo relacionada con una mejora defensiva. Cuando los hombres de Grimau se sintieron seguros atrás, su juego ofensivo también mejoró (25-23).

Los balones perdidos y los bajos porcentajes de tiro fueron una losa para el Barça, que no tuvo continuidad ofensiva. Los triples de Àlex Abrines fueron una de las únicas noticias positivas durante un tramo de partido de claro dominio visitante. Sin correr, la energía azulgrana fue demasiado intermitente. El Olympiacos fue más eficaz en los ataques estáticos, lo que le permitió obtener una ventaja de diez puntos antes del descanso (34-44). Filip Petrusev anotó 12 puntos en sólo 10 minutos (35-44).

Lejos de relajarse, el Olympiacos acentuó su defensa durante un tercer cuarto en el que la diferencia visitante llegó a ser de 13 puntos (47-60). Un parcial final de 7-1 del Barça ajustó el marcador (54-61). El equipo azulgrana se acercó a tres puntos de distancia, pero no completó la remontada y los nervios se apoderaron del Palau Blaugrana. Más maduro, el conjunto griego supo mantener la calma en un tramo final que se convirtió en una montaña rusa de emociones. Los fallos impidieron el triunfo local.

Antes de que la eliminatoria se traslade al Pireo, el segundo partido de los cuartos de final se jugará este viernes, de nuevo en el Palau Blaugrana, donde el Barça sólo ha perdido tres partidos de Euroliga esta temporada: contra el AS Mónaco , el EA7 Emporio Armani de Milán y el Olympiacos.

Un Palacio entregado

El Palau Blaugrana vivió un ambiente mágico, en el que sus seguidores empezaron la noche cantando el himno culé a capella. El club regaló una bufanda con el lema "Camino hacia Berlín" a cada aficionado. Uno de los jugadores visitantes más abucheados fue Isaiah Canaan, que ya se las hubo con la grada culé en el 2021, cuando durante un partido con el Unics Kazan pretendió silenciar a los seguidores con un polémico gesto.