Baloncesto - Euroliga

El futuro incierto del Barça de baloncesto al día siguiente de la decepción en la Euroliga

La mayor reducción presupuestaria de la historia de la sección condiciona la planificación

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Roger Grimau, tras la derrota del miércoles

BarcelonaDespués de ser protagonista de las últimas tres final fours, el Barça verá el desenlace de la Euroliga a través de la televisión. A pesar de realizar una temporada regular por encima de las expectativas internas, el equipo azulgrana fue eliminado el miércoles por un Olympiacos más maduro. "Es duro mirar al futuro, pero no hay más remedio que intentar buscar nuestra mejor versión para el final de la temporada", reconoce Roger Grimau, un entrenador que vive cada derrota con el mismo sufrimiento que el más culé de los aficionados. Cuando se hizo cargo del banquillo azulgrana, el técnico siguió el consejo de su círculo de confianza para aislarse del entorno y alejarse de las opiniones tanto de los medios de comunicación como de las redes sociales.

Aunque el Barça tuvo músculo económico para pagar la cláusula de jugadores como Darío Brizuela y Joel Parra, Grimau ha sufrido los recortes de presupuesto de una sección que vivió por encima de sus posibilidades durante la etapa de Josep Maria Bartomeu. Los nuevos gestores se marcaron el objetivo de rebajar la masa salarial de su equipo de baloncesto en más de 12 millones de euros. De los casi 40 millones de euros invertidos la pasada temporada, la entidad presupuesta sólo 27,2. El mayor recorte de la historia de la sección precipitó la salida de Sarunas Jasikevicius, que disputará la final four con el Fenerbahce. El entrenador lituano tenía un sueldo de 3,7 millones de euros y su propuesta de rebaja era mucho menor que la que la entidad necesitaba. La diferencia entre ambas partes era de casi un millón de euros. Aunque la continuidad de Saras era la primera opción, las discrepancias aparecieron cuando su representante, Igor Crespo, el mismo que asesoraba a Nikola Mirotic, dio un ultimátum de 24 horas.

El desafío no gustó en los despachos del Barça, que activaron la opción de Grimau. El nombre del excapitán, un hombre de la confianza de Joan Laporta, llevaba tiempo sobre la mesa, pero el desenlace se produjo con mucha celeridad. La desavenencia por el salario no fue el único distanciamiento entre el Barça y Saras, que llevaban tiempo comprobando cómo su planificación no coincidía demasiado. El interés por fichar a Kevin Punter fue otro motivo de desacuerdo.

Los primeros meses de Grimau han sido irregulares, pero después de tocar fondo durante el mes de diciembre el equipo logró un buen tono competitivo. Una de las críticas que recibió el entrenador fue la excesiva utilización de jugadores como Laprovittola, Kalinic, Parker o Vesely, que llegaron fundidos a una de las semanas más decisivas de la temporada. La ilusionante incorporación de Ricky Rubio ha alterado también algunos de los automatismos que el equipo tenía interiorizados.

Grimau mantiene la confianza

Aunque todavía no conoce la cantidad final que tendrá que pagar para el descuelgue de Nikola Mirotic y Cory Higgins, pero animado por el aumento de ingresos generado por una mejor gestión del ticketing y de las zonas VIP del Palau, el Barça ha empezado a hacer movimientos de cara a la próxima temporada. Las renovaciones de Jan Vesely y Jabari Parker hasta 2026 fueron los primeros movimientos de unos despachos que mantienen la confianza en Roger Grimau. El balance final se hará cuando acabe la Liga Endesa, pero la continuidad del técnico no estaba ligada a la clasificación.

Rokas Jokubaitis y Ricky Rubio.

Grimau tiene un núcleo de trabajo muy fiel. "Por mi forma de trabajar y de ser, esto es fundamental. No podría hacer las cosas de otra manera. Necesito gente muy cercana a mí, que me conozca mucho. Víctor Sada y Xavi Beltran llevan conmigo muchos años .La incorporación de Rafa Martínez ha sido como agua bendita para todo el mundo. Òscar Orellana nos aporta un valor increíble con su experiencia y Carles Marco también nos está ayudando mucho. lado", argumenta en el AHORA.

La confección de equipo que se realizó en verano potenció mucho el núcleo de jugadores españoles. "Más que la nacionalidad, buscamos un núcleo de gente que se mantenga años aquí y que entiendan el club. Cuando yo era jugador, había gente como Lakovic, Basile, Mickeal o Ndong que entendían perfectamente eso. Ya lo dice el himno, no importa de dónde venimos, si del sur o del norte, pero la clave es consolidar un grupo. Los equipos que llevan años trabajando juntos se convierten en ganadores", opina el entrenador, que no ha podido dar tantos minutos como habría querido a jugadores jóvenes como Joel Parra o James Nnaji. "Es difícil porque tenemos una plantilla de 14 jugadores muy buenos y siempre tengo que descartar a dos jugadores. De los 12 que entran en la convocatoria no todos tienen minutos, porque matemáticamente es imposible. Cada momento de la temporada exige unas decisiones en función de muchos condicionantes ", recuerda. El club ve con buenos ojos la evolución de Sergi Martínez (Baloncesto Girona) y Rafa Vilar (ICG Força Lleida), dos de los jugadores que tiene cedidos.

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