Barça

El Barça se entrega al negocio de los bocadillos para inscribir a Dani Olmo (y seguir soñando con Nico Williams)

Aramark, una empresa de catering, paga 40 millones del agujero de Barça Vision pese a no tener experiencia en el negocio digital

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Laporta repasó la economía del Barça en su última comparecencia, durante la presentación de Flick.

BarcelonaA tres semanas de cierre del mercado de fichajes, la planificación deportiva del Barça sigue dependiendo del fair play financiero. Hace algunos meses que desde el club y desde la Liga envían mensajes positivos para decir que la salud económica azulgrana ha mejorado y que este verano se podía llegar a la norma 1:1. Pero para pasar de las palabras a los hechos era necesario cerrar una serie de operaciones que habían quedado colgadas.

Tras muchas reuniones y algunos giros de guión, ha tenido que esperar hasta agosto para empezar a firmar contratos. Uno de ellos, con la empresa estadounidense Aramark, con una importante presencia en Catalunya y el resto del Estado, que abonará los 40 millones de euros que había dejado de pagar el fondo Libero por Barça Vision y contribuirá a que el club inscriba Dani Olmo, el primero –y de momento único– gran fichaje azulgrana de esta temporada, Pau Víctor aparte.

No se trata de una empresa recién llegada para el Barça. Aramark, especializada en servicios de restauración y catering, llevaba años siendo uno de los patrocinadores del club y se encargaba de la gestión de buena parte de los bares de las instalaciones azulgranas. El acuerdo se sellaba el lunes, según avanzaba el ¿Qué te juegas?, y está pendiente de que se haga oficial. El dinero, que se ingresará de forma inmediata en la cuenta corriente azulgrana, irá a cubrir los 40 millones que estaban pendientes de ingresar desde el 31 de diciembre del 2023 (tras ser pospuestos seis meses). Pese a recibirlos ahora, se computarán en el ejercicio 2023-2024. Esto ayudará a evitar un cierre con pérdidas, si bien todavía se necesitan más operaciones para acabar de cuadrar los números y fichar con normalidad, por ejemplo, la renovación del acuerdo con Nike, que adelantará alrededor de 100 millones del dinero que el club debería percibir los próximos años.

Ferran Olivé, el tesorero del Barça, trabaja para cerrar los acuerdos

Cuando el Barça salió a buscar compradores para el 49% de Barça Vision, el club tenía como objetivo prioritario encontrar "socios estratégicos" que, además de aportar capital, ayudaran a agrandar el negocio. Un requisito que no cumple precisamente Aramark. Pero las prisas por conseguir dinero y poder fichar han pasado por delante de las demás premisas. La empresa estadounidense no tiene experiencia en el campo digital, pero sí está muy vinculada al deporte: se encarga de la restauración en nueve estadios de la Liga y en noviembre firmó un acuerdo con la patronal para convertirse en en un proveedor preferente, de tal modo que, si algún club contrataba sus servicios, la multinacional no sólo se encargaba de los bares o del catering, sino también de invertir para modernizar las instalaciones.

La vinculación del Barça con Aramark se ha visto reforzada este verano, puesto que la empresa se ha quedado la concesión de bares, restaurantes y caterings de lujo del futuro Camp Nou. El último convenio se había firmado en 2022 y el acuerdo entre las partes estaba pendiente de renovarse, en un año condicionado por el exilio en Montjuïc, que dura desde agosto de 2023 y que se alargará todavía unos meses, al menos hasta diciembre. De hecho, las relaciones entre club y empresa estuvieron a punto de romperse hace un año por la estancia en Lluís Companys, de donde Aramark ya tiene la concesión –según el contrato firmado con BSM, la empresa municipal que gestiona los equipamientos del anillo olímpico–. El Barça pidió cobrar un canon alegando que hacía negocio a propósito de los partidos de los azulgranas. Pero la empresa dijo que ya pagaba por la concesión a BSM y se negó en redondo. Posteriormente, el club intentó compartir los beneficios con BSM, pero tampoco salió adelante. Ahora Aramark capitalizará una rama de negocio del Barça mientras sirve bocadillos y canapés. Habrá que saber si los 40 millones que inyecta dejará de pagarlos más adelante, coincidiendo con la apertura del nuevo Camp Nou.

Más carpetas para resolver

Cobrar ese dinero por el agujero de Barça Vision era un objetivo prioritario para el club, pero eso no resuelve el problema, ya que todavía restarán para ingresar 60 millones más previstos antes de mediados de septiembre y otros 60 en junio del 2025. Lejos quedan las promesas de hacer de Barça Media –la división empresarial a la que pertenece Barça Vision– un producto atractivo para la bolsa de Nueva York valorado en 1.000 millones.

De la llegada del capital pendiente y de rubricarse todas las operaciones a tiempo –el presidente ejecutivo, Joan Laporta, garantizó durante la presentación de Hansi Flick que se cerrarían en breve–, dependerá la capacidad del Barça de hacer más movimientos en el mercado de verano. Uno de los nombres propios es el de Nico Williams, que cuesta también unos 60 millones de euros y que esta semana ha vuelto a los entrenamientos con el Athletic Club. Aunque en Bilbao dan por sentado que el extremo no hará las maletas, en el área deportiva azulgrana mantienen viva la llama de la operación. Tienen tiempo hasta el 30 de agosto.

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