El enamoramiento de Hansi Flick con Barcelona
De perfil discreto, el técnico disfruta paseando en familia por algunos lugares de la capital, así como de la gastronomía tradicional catalana


BarcelonaHansi Flick es "un hombre normal". Así lo definen dentro del club, donde destacan su talante agradable y remarcan su carácter "trabajador" y su pasión por "la discreción". Flick no es solo un hombre normal, también es un hombre feliz en Barcelona. Su fichaje estuvo marcado por las idas y venidas que sufrió cuando parecía tener asegurado el banquillo azulgrana para, después, ver cómo se anunciaba la continuidad de Xavi Hernández y tomaba a regañadientes que se le escapaba una oportunidad que hacía tiempo que deseaba: ser el entrenador del Barça. Finalmente, en otro giro de guión que le enseñó lo cambiantes que pueden ser las cosas en el club, Deco y Bojan le citaban en un viaje relámpago a Londres a mediados de mayo. Xavi contactó personalmente con Flick durante esos días para confirmarle lo que leía en la prensa: le relevaría en el cargo.
Tras la derrota en Girona, desde el club se empezó a destilar a los medios que Xavi sería despedido pese a haber sido ratificado como técnico un mes antes, en la recordada noche del sushi en casa del presidente Laporta. Desde los altos mandos de la entidad azulgrana nadie aseguraba nada al de Terrassa, que vivía angustiado leyendo las informaciones que explicaban que tenía un pie y medio fuera del banquillo a pesar de que desde el club nadie se lo hubiera comunicado de forma oficial. Tras el viaje de Deco y Bojan a la capital inglesa para reunirse con Flick, Xavi contactó por mensajería instantánea directamente a Flick, que le conocía ligeramente por cuestiones publicitarias de la marca Adidas. El exentrenador lo hizo porque no obtenía explicaciones por parte del Barça, tal y como publicó The Athletic.
Por confidencialidad respecto a su fichaje del Barça, el técnico alemán negó a Xavi que fuera el escogido, aunque Deco, como emisario de Laporta, ya le había convencido para aceptar el cargo. Laporta tenía entre ceja y ceja que quería Flick, que además está representado por Pini Zahavi, el mismo agente que Lewandowski y que mantiene una estrecha relación con el máximo dirigente azulgrana. Este episodio abrió heridas entre el catalán y el alemán. Ambos acabarían haciendo las paces al cabo de unos meses. Sería poco después del acto de despedida de Andrés Iniesta organizado conjuntamente con el Barça el pasado 8 de octubre. En aquella celebración, ambos estaban invitados, pero Xavi en calidad de excompañero y amigo de Iniesta, unas sillas más allá de la plana mayor azulgrana, donde estaban Laporta y Flick, entre otros ejecutivos y directivos del club, así como algunos jugadores del primer equipo.
La vida tranquila de Hansi Flick en Barcelona
Flick, incómodo con esa tensión con Xavi, el entrenador saliente y una leyenda del club, quiso resolver el problema. El alemán decidió contactar con él y tener un encuentro, que finalmente se celebró en el domicilio del egarense. Esta quedada amistosa la hizo pública el propio Xavi en las redes sociales. Pese a estar dolido por su salida del Barça, el exentrenador quiso poner ante su barcelonismo y, como un culé más, desear lo mejor a su sucesor en el banquillo. De hecho, Xavi y Flick son vecinos. Viven a poca a distancia a pie. Ambos tienen la residencia ubicada en la zona alta de Barcelona, cerca del Turó Park.
Allí, el técnico alemán disfruta en familia de la capital catalana. Al entrenador del Barça le gusta pasear, precisamente, por el Turó Park. Lo hace acompañado de su esposa Silke, con la que llevan casi 40 años casados, ya veces también de sus hijas Kathtrin y Hannah. Con Silke regentaron un negocio fundado en 1995 en la ciudad alemana de Bammental y bautizado como Hansi Flick Sport und Freizeit (deporte y ocio). Era una tienda de equipamiento deportivo que poco a poco se convirtió en un establecimiento de referencia en toda la región. La aventura duró 22 años, hasta que Flick descolgó la llamada del Bayern de Múnic.
El entrenador azulgrana es también un amante de la gastronomía catalana. En Barcelona, el primer restaurante que pisó fue Can Ugal. Un amigo en común de Múnic le recomendó que fuera a ver al chef Víctor Pardo y su equipo, y el técnico alemán no lo dudó. Frecuenta a menudo el Colmado Wilmot, igualmente de cocina tradicional catalana y propiedad del chef Eugeni de Diego, que también tiene el restaurante Lombo en la capital barcelonesa.
El aterrizaje de Hansi Flick en el vestuario del Barça
Su llegada, el pasado verano, fue sin hacer ruido. La institución le protegió de la mirada pública en un momento crispado por la temporada en blanco, la mala situación económica y la truculenta salida de Xavi. No en vano, su presentación llegó a los dos meses de anunciar su fichaje. 60 días en los que trabajó completamente en silencio. Llegó acompañado de sus escuderos de confianza: Marcus Sorg y Toni Tapalovic, con los que mantiene una estrecha relación. Flick es de los primeros en llegar a la Ciudad Deportiva cada mañana. "Cuida todos los detalles", explican en el ARA desde Sant Joan Despí. Aunque tiene la mano rota con sus futbolistas y se les ha ganado con un discurso y una gestión directas –"está bajo, caballo y rey", definen desde el vestuario–, tiene una línea roja innegociable: no tolera la impuntualidad. Precisión alemana al saque del Barça.