Análisis

¿Por qué le cuesta tanto a Araujo brillar con Flick?

El central uruguayo fue sustituido en el descanso del partido contra el Alavés

Ronald Araujo pugnante con Jon Guridi durante el Barça-Alabès.
04/02/2025
3 min
Regala este articulo

BarcelonaCuando Hans-Dieter Flick aterrizó en Barcelona, ​​los amantes del fútbol empezamos a cavilar sobre qué encaje tendrían los futbolistas de la plantilla azulgrana con el estilo de juego habitual del entrenador alemán. De Ronald Araujo se apreciaban sus capacidades condicionales y se apuntaba que éstas podrían ser de vital importancia dado que el equipo jugaría con la línea defensiva muy alta.

El marcador uruguayo es fuerte, rápido, tiene zancada y se muestra imponente a la hora de correr y chocar. Un central corrector como él parecía del todo indicado para situar la línea defensiva lo más arriba posible. El problema es que, a menudo, Araujo corrige sus propios errores. A base de piernas y potencial físico acaba apagando fuegos que él mismo ha encendido. Son cuestiones puramente de concepto defensivo: por ejemplo, el posicionamiento a la hora de trazar bien la línea y provocar que el rival caiga en fuera de juego o el perfil corporal cuando toca marcar y defender centros. Araujo nunca ha necesitado adquirir ciertas nociones porque siempre se ha impuesto por físico. El problema es que ahora juega en la élite y no es suficiente con un torso de personaje de Musculman o las piernas de un centauro. Toca insistir, y mucho, en los aspectos tácticos que todavía no domina.

En lo técnico, y especialmente con el balón en los pies, Araujo también tiene un problema. No es creativo ni atrevido en el pase, y Flick siempre quiere que sus centrales lo sean. En el Bayern jugaba con Boateng y Alaba. Ambos eran rápidos y potentes, pero también ofrecían al equipo una paleta de recursos formidable a la hora de salir desde atrás: pases tensos por dentro que superaban líneas de su rival, diagonales también interiores para conectar con los centrocampistas ofensivos, combinaciones con Lewandowski para que dejara de cara o cambios de orientación para activar el extremo opuesto. El Barça tiene a Eric, Iñigo y, sobre todo, a Cubarsí, tres centrales de gran nivel con balón, pero Araujo no lo es y eso le limita a él y al equipo.

El lenguaje del pase de Araujo

Frente al Alavés, por ejemplo, su acción más repetida fue acercarse a Kounde, que le tenía al lado ya campo propio, y darle el pase. Lo hizo 17 veces durante la primera parte antes de ser sustituido en el descanso. Su incapacidad para ver o intentar pases interiores y progresivos hacía muy difícil en el Barça establecerse en campo contrario. No era toda responsabilidad suya, pero el equipo mejoró en dinámica e intención cuando Eric le relevó para jugar la segunda parte. El conjunto azulgrana, por fin, pudo vivir en la otra mitad del campo y recuperar el juego interior.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de buscar la mejora de Araujo con pelota es el del lenguaje de las pasadas. El pase es la forma que tienen los jugadores de comunicarse y también de ayudarse entre ellos. Ayudar a un compañero no es, sólo, hacerle una buena cobertura defensiva. Por ejemplo, y eso también ocurre con frecuencia: los pases de Araujo a Lamine Yamal casi nunca son para que ya reciba enfocado hacia portería. Cuando lo busca y encuentra, a menudo es con el extremo de espaldas y presionado. Claro que puede girarse, irse de sed y hacer su jugada, pero sería mucho mejor si el pase se hiciera en el momento que él ya orienta el cuerpo hacia dentro y en dirección a portería, así le regalas ventaja y aún lo haces más difícil de frenar por el rival.

Araujo tiene muchas cosas que mejorar, pero también la voluntad de aprenderlas. Veremos qué recorrido tendrá en el Barça de Flick.

stats