Barça

El poder medio a la sombra de la dirección deportiva del Barça

Jorge Mendes tiene un papel activo y propositivo en la planificación de la plantilla azulgrana

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Jorge Mendes

BarcelonaAterrizó en la terminal corporativa de El Prat con un avión privado y tenía una furgoneta negra esperándolo en la puerta –también privada, como estas que tanto se utilizan durante el Mobile World Congress–. Enganchado al teléfono móvil y acompañado de parte de su staff de confianza, Jorge Mendes saludó a los curiosos apenas levantando las cejas y, rápidamente, entró en el vehículo que lo llevaría a cenar al célebre Via Veneto. En la mesa, veteranos compañeros de negocios: Joan Laporta, Rafa Yuste y Mateu Alemany. Esta vez no les importaba que trascendiera el encuentro en este sofisticado restaurante de la zona alta. Otras veces –y no escasean– prefieren el secretismo y se reúnen para hablar de futuras operaciones de mercado fuera de los focos en establecimientos más modestos, como por ejemplo el Café Europa, justo debajo del despacho profesional de Laporta. "Mendes es uno de los hombres a quien más escucha Jan", apuntan desde fuentes muy cercanas al presidente ejecutivo azulgrana.

Pero ¿por qué tiene tanta ascendencia en el Barça actual Jorge Mendes, el representante de jugadores más famoso del planeta? El portugués, amante de la gomina y del fasto, tutela carreras futbolísticas desde finales de la década de los 90 y ahora es el amo de un imperio que sigue alimentando a copia de cuidar relaciones como las que tiene con Laporta, Yuste y Alemany. Se gana la vida moviendo jugadores y, consciente de la crisis y la necesidad que hay en el Camp Nou, aprovecha la complicidad que tiene con los dirigentes culés para conseguir soluciones para el bien de todo el mundo, incluido el suyo. En el pasado, Laporta definió al ínclito Mendes, que no hace tanto con Josep Maria Bartomeu impulsó los fichajes de André Gomes o Nélson Semedo, como "un tío encantador, dinámico y muy listo". Su historial negociador nació en 2003, cuando el agente hizo su primer agosto con el Barça colocando a Rafa Márquez y Ricardo Quaresma. El verano siguiente acordarían la llegada de Anderson Deco, una figura clave para explicar cómo de consolidado está el vínculo entre Laporta y Mendes después de casi dos décadas de vigencia.

A pesar de que el exfutbolista brasileño forma parte de la órbita de Gestifute –así se llama la empresa del representante–, el presidente del Barça insistió en buscarle una posición en la estructura deportiva de la entidad. Así, días después de la renuncia voluntaria de Ramon Planes, le ofreció la secretaría técnica, pero rechazó la propuesta porque implicaba fijar su residencia en Barcelona y dejar de trabajar con futbolistas como Raphinha Dias, que figura en la agenda de futuribles para reforzar el primer equipo azulgrana desde hace meses. Finalmente, la solución fue convertir a Deco en el observador de cabecera en el Brasil, cargo que ostenta sin cobrar ningún sueldo –apuntan desde Arístides Maillol–, y contratar al desconocido Paulo Araújo, también del entorno Mendes, como miembro estable del departamento de scouting del club. A pesar de esta última incorporación, Xavi Hernández, que mantiene una gran sintonía con Jordi Cruyff y Alemany, llama frecuentemente a su amigo Fernando Navarro, integrante del equipo ejecutivo de Monchi en el Sevilla, para preguntar sobre jugadores de los cuales no tiene informes.

Xavi pide consejo a Fernando Navarro

Laporta le ha abierto las puertas del área deportiva a Mendes, que el verano pasado, el de la salida a regañadientes de Messi, sugirió la venta de Ansu Fati –a quien representa– para poder arreglar los números del Barça, pero Alemany no lo consideró una buena idea. Tampoco cuajó la operación de última hora para fichar a Joao Félix –otro de sus cachorros– porque el Atlético de Madrid era reticente a reforzar un rival directo. Por lo tanto, la única transacción que pudo hacer en el fondo fue un favor: llevarse a Francisco Trincao –también suyo– al vivero particular que tiene montado en el Wolverhampton. En el mercado de invierno, este movimiento facilitó la cesión con opción de compra de Adama, que volverá a la Premier League porque no ha convencido a Xavi los últimos meses. De hecho, el entrenador prefiere el perfil de Trincao, a quien quiere dirigir esta pretemporada y todavía no ha descartado a pesar del interés de Mendes en volverlo a mover. Nico González también entra en los planes del egarense, pero, por si acaso, su nuevo y mediático representante ya le busca posibles destinos.

La actividad de Mendes no se restringe solo a los jugadores que figuran en su cartera. Según avanzó Jijantes y confirmó el ARA, el superagente también se ha postulado para buscar compradores para Clément Lenglet, transferible. Cobrará comisión como intermediario si el central francés se marcha al Oporto, que se ha interesado por él. Así mismo, se ha puesto a disposición del Valencia para arreglarle los números antes del 30 de junio. Ha hecho muchos tratos con el club desde que lo rige Peter Lim y ahora explora soluciones que implican al Barça y que no necesariamente cuadrarían con las preferencias de los técnicos azulgranas. En este sentido, si finalmente el ché Carlos Soler acabara aterrizando en el Camp Nou, la operación llevaría el sello de Mendes, un negociador con recursos e imaginación para convencer a los dirigentes de que la mejor opción siempre será la suya. ¿Lo conseguirá también con Di María, libre después de acabar contrato con el PSG? El verano lo dirá.

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