Con Ter Stegen no hay 'fair play'
Marc-André ter Stegen es el último vestigio de la plantilla que ganó la Liga de Campeones de Berlín hace diez años. También es uno de los tres únicos supervivientes de las renovaciones con diferimientos que Josep Maria Bartomeu hizo con nocturnidad y alevosía antes de dimitir en octubre del 2020, de espaldas al vestuario liderado por Leo Messi. Actualmente primer capitán por antigüedad, es la figura arqueológica de un equipo que se derrumbó entre Anfield y Lisboa y empezó a levantarse con la Liga de Xavi, en la que él fue clave bajo palos. En la cúpula del Barça, lícitamente, creen que le ha llegado la hora de decir adiós para poder mirar hacia adelante con un portero de futuro: lo han hablado en las reuniones de junta directiva y en círculos de confianza con periodistas. Oficialmente, el mensaje es que no quieren forzarlo a irse, pero una vez fichado Joan Garcia, no hace falta hacerle tragar la verdura haciendo el avión con el tenedor.
El pressing Ter Stegen es infinito y nada elegante. Frenkie de Jong le podría dar consejos sobre cómo encarar este tipo de campañas, también presentes en las insoportables redes sociales. Cada verano hay alguien en el punto de mira para hacerlo saltar del barco y el neerlandés, ahora a punto de renovar –¡qué cosas!–, es un experto en ello. Ter Stegen firmó –ya con Joan Laporta, hace dos años– una ampliación hasta el 2028. No es menor un pequeño detalle: volvió a hacerlo con diferimientos, al estilo de Bartomeu. Por tanto, hablando coloquialmente, el club debe abonarle pasta gansa y él tiene la sartén por el mango. De momento ya se ha encargado de decir que está convencido de que va a seguir en el Barça. El conflicto está servido y no es fácil de resolver, porque el club azulgrana, además, necesita que el alemán salga para facilitar la inscripción de Joan Garcia.
¡Es el fair play, amigos! Tanto el económico como el de las formas. El Barça de Laporta, de nuevo, lucha a contrarreloj víctima de sus propias palancas de humo y, al mismo tiempo, ha puesto en marcha una maquinaria muy desagradable antes de sentarse cara a cara con el portero. Es cierto que Ter Stegen no jugó limpio cuando apretaba para recuperar la titularidad tras la lesión con entrevistas insistentes, pero el club debería estar por encima de todo esto. Es justo elogiar la capacidad de anticipación del Barça para ligar el potencial de Joan Garcia, pero la inteligencia de Deco es inversamente proporcional a la de la cúpula del club ensuciando a Ter Stegen off the record. Hansi, te tocará arreglarlo. Seguro que Flick habría agradecido más discreción y menos barro.