Los vínculos de Laporta en Israel propician un acuerdo del Barça para lanzar sus NFT
El Barça se alía con Ownix, empresa propiedad de Moshe Hogeg, amigo y antiguo socio del presidente azulgrana
BarcelonaEl Barça ha hecho oficial este jueves un acuerdo con Ownix, empresa del israelí Moshe Hogeg, el propietario del club de fútbol Beitar de Jerusalén, para lanzar su colección de NFT (archivos digitales coleccionables). Es una vía de negocio que triunfa en los Estados Unidos y que los expertos pronostican que puede comportar muchos millones de euros al deporte durante los próximos años. De hecho, en el mundo del arte, las subastas de NFT ya están rivalizando en números con las del arte físico y durante los primeros seis meses de 2021 en los Estados Unidos se han producido ventas de NFT por valor de 2.500 millones de dólares (2.158 millones de euros).
La negociación del Barça con la empresa israelí hace meses que se cocina, puesto que Hogeg y el presidente culé, Joan Laporta, no son desconocidos. El 4 de agosto el club estuvo a punto de disputar un partido contra el equipo del empresario, el Beitar, el preferido de la derecha política y con aficionados radicales de ideología antimusulmana, en tierras hebreas. Finalmente, sin embargo, la rivalidad entre las dos principales empresas promotoras de partidos en Israel lo evitó. Antes de la aparición de Hogeg y el Beitar, el club azulgrana ya había cerrado con Comtec Group, con la empresa barcelonesa Proximma Sports como intermediaria, un Villarreal - Barça en Tel Aviv para las mismas fechas. Comtec quería la exclusividad de la visita catalana.
Posibles conflictos con los mercados árabes y chinos
De hecho, esta empresa fue la organizadora del clásico en Tel Aviv entre los veteranos del Real Madrid y los Barça Legends del 20 de julio que supuso la primera visita internacional de Laporta en su segundo mandato en la entidad. Además de este conflicto entre empresas, la suspensión del partido también tuvo un claro trasfondo político. El amistoso frustrado entre el Barça y el Beitar se tenía que disputar en el Estadio Teddy Kollek, en el barrio de Malha, conflictivo porque cuando se creó el estado de Israel en 1948 había un poblado palestino. Esto ofendió a Palestina y, según fuentes del mismo Barça, otros actores políticos también presionaron en privado para que no se disputara. La Asociación Palestina de Fútbol, directamente, hizo público su rechazo mediante una carta. Por otro lado, desde el departamento comercial del club temían que la disputa del encuentro pudiera afectar los patrocinios y las relaciones con los mercados árabe y chino.
“Soy amigo de Israel y me siento muy querido siempre que vengo. Haré todo lo posible para que el Barça juegue en Jerusalén y será un gran honor para nosotros”, sentenció Laporta el 18 de julio cuando se supo que finalmente el partido no se disputaría. La alternativa de última hora fue ir a jugar un partido en Salzburgo (Austria) ante el Red Bull Salzburg, que acabó con derrota azulgrana por 2-1. Desde el verano, públicamente no se había sabido nada más en clave azulgrana de Hogeg, que el 18 de marzo pasado, el día siguiente de la toma de posesión de la nueva directiva, publicó en su cuenta de Twitter que él era quien tenía más criptomonedas del Barça en BitClout, incluso más que la misma institución.