Fútbol

Thibaut Courtois, sobrenatural, regala la 'decimocuarta' (0-1)

El Real Madrid gana la Champions gracias a una actuación superlativa del portero belga

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Courtois salvo una ocasión clarísima de Salah.

BarcelonaEl esoterismo del Real Madrid en Europa no tiene fin. La decimocuarta, tan temida por el barcelonismo, es una realidad después del enésimo ejercicio de resistencia competitiva blanca en la máxima competición. En París, donde la final empezó con retraso por culpa de graves problemas de orden público, el equipo de Carlo Ancelotti tuvo bastante con tres chutes para derrotar a un Liverpool que, jugando así, habría ganado en cualquier circunstancia, contra cualquier finalista con menos aura y sin Thibaut Courtois, un portero que ha llegado a la madurez a un nivel superlativo. 23 chutes generaron los ingleses para intentar ganar la Copa de Europa. El plan no les funcionó.

Con la situación normalizada en la grada, la pelota empezó a rodar para ofrecer una primera mitad en la que el Madrid, fiel a su retórica continental, ya perdió todas las batallas menos la del marcador. El Liverpool, exuberante y dominador, superó a los blancos en todas las líneas. Los reds, con Van Dijk defendiendo muy arriba, Thiago marcando la pauta en medio y Mané volviendo loca la cobertura rival, se merecieron llegar al descanso con el resultado favorable. Solo tuvieron un problema para lograrlo: Courtois. Si la Liga de Campeones del portero belga ya era excelente, en París se propuso llegar a la matrícula. Hasta cinco paradas tuvo que hacer para mantener el cero en su portería en el primer parcial, una de las cuales de enorme mérito para frustrar un gran gesto de Mané en el minuto 21. El equipo de Jürgen Klopp tuvo una decena de oportunidades antes del descanso, pero quien estuvo más cerca de mover la igualdad inicial fue –¡oh, sorpresa!– el Madrid. En la única jugada atrevida de los de Ancelotti antes de la media parte, Alaba habilitó a Benzema en el espacio y el francés creó un lío que ni Alisson ni la defensa inglesa supieron abortar. La pelota acabó en la red después de la clásica concesión que siempre sonríe al madridismo, pero el VAR acabó anulando la secuencia por un fuera de juego muy interpretable.

Los blancos, claramente superados hasta entonces, usaron la polémica para espabilarse. Avanzaron la presión y combinaron con más velocidad para volver a activar Benzema. Pero no fue el ariete el encargado de castigar la imprudente suficiencia del Liverpool, sino el siempre vigoroso Fede Valverde. Falso extremo derecho, el uruguayo progresó por la banda y convirtió un mal chute en una asistencia excepcional para Vinícius, que arrancó en línea con Alexander-Arnold y solo tuvo que empujar la bola hacia dentro. Con media hora todavía para jugarse, el Madrid amortizaba un arrebato marca de la casa para someter a un rival que, igual que el City en las semis o el Chelsea en los cuartos, no tuvo suficiente con ser objetivamente mejor para tener el resultado a favor. A pesar de la bofetada, el equipo británico no dejó de insistir para imponer la lógica que vale para todo el mundo menos para el Madrid. Pero siguió estrellándose con el imperial Courtois, autor de cuatro paradas memorables más que valen una Copa de Europa. Especialmente Salah, que jugó la final visiblemente menguado, soñará con la brillante aportación del portero belga, a quien Benzema tendrá que dar un trocito de Balón de Oro. Su exhibición es historia del fútbol y pasa por delante del buen ejercicio defensivo de hombres como Carvajal o Militao, actores secundarios de una nueva gesta madridista.

Disturbios que señalan la UEFA

La final de la Champions empezó con más de media hora de retraso por culpa de un caos de seguridad que sorprendió tanto a la UEFA como al personal de seguridad del estadio de Saint-Denis. El lío provocó un hecho insólito en la historia del partido más importante del fútbol europeo. Primero se comunicó un aplazamiento de 15 minutos, después de 15 más y, para acabar, de un extra de 6. En total, 36 minutos de incertidumbre marcaron los prolegómenos del duelo. El calentamiento se tuvo que dividir en dos partes y Camila Cabello, encargada del show previo, salió a actuar a las 21:25h. El motivo del descontrol fue el acceso masivo de aficionados sin entrada en el estadio sumado a la proliferación de peleas y hurtos por parte de pequeños delincuentes en los alrededores del recinto. A consecuencia del caos, otros seguidores con ticket, principalmente del Liverpool, tuvieron problemas para llegar a su asiento. Hay que recordar que la final de la Champions se tenía que jugar en San Petersburgo, pero la UEFA cambió la sede después del ataque ruso en Ucrania.

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