Análisis

¿Por qué tener Mbappé (todavía) no es la mejor noticia para Ancelotti?

El conjunto blanco no pasó del empate en el campo del Mallorca en su estreno en la Liga

Marc Mayola
3 min
Kylian Mbappé con Antonio Raíllo en el partido del domingo en Son Moix entre el Mallorca y el Madrid.

BarcelonaEn la rueda de prensa posterior al partido que su equipo empató en Mallorca, Carlo Ancelotti puso especial énfasis en tres palabras: actitud, concentración y equilibrio. La primera y la segunda son difíciles de calibrar, cada uno dirá la suya y en el mundo del fútbol a menudo se utilizan para explicar malas actuaciones o resultados inesperados. Es como lo de la intensidad, que también sigue bien vigente. Como no tengo ni idea de lo que ha pasado, o simplemente no tengo ganas de contarlo, diremos que ha faltado intensidad y listos.

La tercera palabra que quería remarcar el entrenador del Real Madrid, equilibrio, también se utiliza a manta. ¿Pero qué significa realmente Ancelotti cuando se refiere a la falta de equilibrio existente en su equipo? ¿Qué echó de menos en el campo del Mallorca y qué señal de alerta quiere enviar?

En el primer partido de Liga el Madrid no fue un bloque. Algunos atacaban, principalmente Mbappé, Vinícius, Rodrygo, Bellingham y también Valverde, y otros defendían. Visualmente, la sensación era esa, y eso acaba llevándote a ser un equipo roto. Por decirlo de una forma más técnica, las distancias de relación entre compañeros no eran óptimas. Éste fue el principal problema del Madrid.

Cuando estas distancias entre compañeros de una misma línea, o en el caso del Madrid en Mallorca sobre todo entre los compañeros de diferentes líneas, no están cuidadas, el equipo se parte y todo ello se complica. Es evidente que los blancos tienen calidad individual a espuertas y que esto a menudo te acaba solucionando los partidos, pero el gran reto de Ancelotti es fomentar las sociedades y sinergias entre sus jugadores para conseguir que de sus virtudes salga un equipo con todos los eres y uds.

Si se repiten partidos como el de Mallorca, el vigente campeón de Liga y de Champions no será un conjunto estable. En su debut en las islas pudimos ver un exceso de frenesí a la hora de hacer llegar el balón a los delanteros. Como si una vez allí, y casi con la ley del mínimo esfuerzo, ellos te aseguraran resolver el partido por vía rápida. Y seguramente en más de una y dos ocasiones será así, pero ¿qué ocurre si ese día los Vinícius, Rodrygo, Mbappé y compañía no están afinados en la combinación oa la hora de definir? Pues ocurre que la misma prisa que has tenido para llegar arriba se te vuelve en contra y te obliga a correr hacia atrás. Volvemos a lo de las distancias de relación.

Llegados a este punto, como no has mascado suficientemente el ataque, los jugadores están demasiado separados unos de otros. Cuando el rival recupera la bola, siempre encuentra espacios para salir al contragolpe. Así pues, como resulta muy complicado recuperar el balón en campo contrario justo después de perderlo, porque no te has ordenado previamente con él, a continuación tendrás que hacer un esfuerzo supremo para volverlo a tener antes que el rival llegue a tu portería. Y aquí la pregunta es: ¿Mbappé, Vinícius y Rodrygo, especialmente los dos primeros, están preparados para realizar este esfuerzo? Si lo están, que deberíamos verlo, luego probablemente tendrán menos energía para decidir los partidos donde están élite mundial, cerca de portería contraria.

Podemos concluir, por tanto, que el gran reto de Ancelotti es coser a su equipo. Si lo consigue, tiene talento de sobra en la plantilla para seguir engordando las vitrinas de su club. Si no lo logra, el Madrid a menudo lanzará una moneda al aire. Normalmente saldrá cara, pero no siempre.

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