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El trombón y la bufanda de la infancia de Lamine Yamal

El extremo azulgrana puede convertirse el domingo en campeón de la Eurocopa con 17 años recién cumplidos

Lamine Yamal fotografiado por la Eurocopa
14/07/2024
5 min

BarcelonaLamine Yamal cumplirá 17 años el sábado, un día antes de la final de la Eurocopa, en la que puede consagrarse como el mejor jugador del torneo. En apenas su primera temporada como futbolista profesional, su progresión es vertiginosa. Acapara portadas en todo el planeta, informativos y comparaciones, incluso, con Leo Messi. Lo acepta con naturalidad, con los pies en el suelo. Pese al aura de estrella mundial con la que se le envuelve, él no pierde la serenidad. "Intento no fijarme mucho en todo esto de verme como un icono. Creo que eso no me ayudaría en absoluto. Yo solo intento ayudar al equipo", dijo tras el triunfo ante Francia en el que marcó un golazo.

Lamine, acompañado de su hermano pequeño, su madre y más miembros de su familia, al terminar la eliminatoria contra Francia, con el trofeo de MVP del partido
Messi y lamine Yamal en una imagen del archivo de Joan monfort, por un calendario solidario de UNICEF

La última Eurocopa le siguió con sus amigos en un bar de un centro comercial. Tres años después, él es uno de sus principales protagonistas. Llegó al torneo debiendo hacer deberes de fin de curso de cuarto de ESO, y pensando qué bachillerato quiere hacer. Lo cuenta él mismo con naturalidad. Así es Lamine Yamal, un adolescente que se divierte jugando al fútbol al igual que lo hacía cuando era un chaval. Cuando salta al terreno de juego, frente a miles y miles de miradas, despliega su talento de la misma manera desinhibida como lo hacía de pequeño en el humilde barrio de Rocafonda, en Mataró.

Se pasaba toda la tarde entera, después de la escuela, jugando en una pista de fútbol asfaltada, dominada por un mural con el prefijo 304, los tres últimos dígitos del código postal de Rocafonda (08304). Era tan pequeño cuando empezó a jugar que primero lo hacía de portero, para no molestar demasiado a los chicos mayores. Lamine Yamal no olvida sus orígenes y dibuja, con los dedos de las manos, esos tres dígitos cuando celebra sus goles.

La historia personal del joven extremo del Barça se cuenta a partir de una familia muy humilde que pasó por estrecheces económicas. De hecho, su familia era una de las muchas del barrio de Rocafonda que se acogieron a un programa solidario de Unicef. Una historia que en estos últimos días se ha viralizado porque cuando sólo era un bebé de seis meses fue el ganador de un concurso organizado por esta ONG para participar en un calendario solidario impulsado por el diario Sport y la Fundación del Barça. Quien le cogió en brazos para salir a la foto era un jovencísimo Leo Messi. Una imagen que el padre de Lamine Yamal ha compartido en sus redes sociales.

Los orígenes humildes de la familia del joven talento se explican a partir de la llegada de su abuela paterna, Fátima, que dejó Tánger hace más de tres décadas. La figura de la abuela es decisiva para entender la infancia de Lamine Yamal. Su padre, Mounir Nasraoui, encadenó varios trabajos temporales, yendo y regresando de Marruecos. También se metió en algunos líos. "Se pone algo nervioso con facilidad", explican algunos vecinos de Rocafonda, comparándolo con el talante tranquilo de Abdel, su hermano y tío de Lamine Yamal, que regenta un horno en Rocafonda.

Otra figura clave es su madre, Sheila Ebana, originaria de Guinea Ecuatorial y que trabajó en un establecimiento de comida rápida antes de que el Barça le fichara con siete años. Primero vivieron en Mataró y después en Granollers, donde se mudó a raíz de la separación con el Mounir. Es en esa ciudad donde Lamine Yamal tuvo su primera ficha federativa como jugador de fútbol. Fue en el CF La Torreta, el club de un barrio de aproximadamente 2.000 habitantes. La hija del ex coordinador de la entidad, Inocente Díez, trabajaba con Shelia, y decidieron inscribirlo. El club entendió la situación de la familia a la hora de las dificultades para hacer frente a las cuotas. "Si las familias nos cuentan su situación, intentamos ayudarles. No dejaremos al niño sin jugar", dice Cristóbal Camenforte, entonces presidente de la entidad.

El instrumento que escogió Lamine Yamal cuando hacía primaria

En Granollers hizo la primaria en la Escola Pereanton, que apuesta por un proyecto musical en horas lectivas. El trombón era el instrumento que más le gustaba a Lamine Yamal. De Granollers pasó a vivir en La Masia. El cambio de domicilio fue más fácil de asimilar con un objeto del que nunca se separaba. "Mi madre me regaló una bufanda cuando era pequeño. Ya no la tengo, porque me la cogió porque decía que siempre la llevaba! ¡Era una bufanda donde se habían enganchado todos los olores: de mi madre, de mi padre, de mi perro... Dormía, me lo llevaba a clase, a los partidos...", explicó en una entrevista en GQ.

Que entrara a vivir en La Masia era un caso excepcional, porque eso no suele hacerse con los futbolistas que no viven lejos de Barcelona. Pero el Barça ya lo había hecho antes con Ilaix Moriba,que vivía en Torre Baró,y Alejandro Balde, que creció en Sant Martí de Provençals,con un régimen mixto."Se trataba de poder acompañar más al jugador en aspectos como la alimentación y los estudios", explica al ARA Xavi Martín, ex director de La Masia. Balde, de hecho, es uno de los mejores amigos de Lamine Yamal en el vestuario del Barça.

Abdel, el tío de Lamine Yamal, en su tienda de comestibles en el barrio de la Rocafonda en Mataró
La pista de hormigón, con el mural donde llama Rocafonda al fondo, donde Lamine Yamal jugaba de pequeño

Balde fue quien le presentó Nico Williams, cuando los tres coincidieron en la selección española. Con Nico, otro jugador hijo de padres que emigraron de África, comparten la afición por jugar en la videoconsola e incluso se han animado a compartir bailes juntos por TikTok. La música es una de las grandes pasiones de Lamine Yamal. Se pone cuando se levanta, en el vestuario, para concentrarse antes de los partidos... Es habitual verlo con auriculares. Explica que, con la T-Mobilitat, son uno de sus objetos imprescindibles. Dice que la música le relaja. Cuando está con sus amigos, de noche, escuchan a menudo a Morad. Antes de los partidos, artistas como Myke Towers, y con su padre los raperos Eminem y 50 Cent.

Unos gustos habituales de un adolescente corriente al que le gusta tomar pastas con té y también arroz con salsa de cacahuetes. Son hábitos terrenales para un futbolista extraordinario que el domingo puede ganar la Eurocopa con 17 años recién cumplidos.

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