La chica surgida de una favela que puede derrotar a Simone Biles

La brasileña Rebeca Andrade plantará cara a la estadounidense en el concurso de gimnasia individual de hoy

La brasileña Rebeca Andrade, en acción
01/08/2024
4 min

Enviado especial a ParísCuarenta y ocho horas después de ganar su primer oro en París en el concurso por equipos, Simone Biles regresa al pabellón de Bercy para buscar la medalla quizás más deseada, la del concurso individual. Martes Estados Unidos ganó el oro por equipos y convirtió el pabellón en una gran fiesta estadounidense, pero en la zona de vestuarios las gimnastas de los demás países dejaban abierta la puerta a la posibilidad de que Biles no ganara hoy. "No se trata de quien quiero que gane, porque admiro a Simone. Pero creo de verdad que Rebeca Andrade puede derrotarla. Y sería bonito, también", afirmaba la gimnasta italiana Angela Andreoli.

Andrade, de 25 años, fue clave en el éxito brasileño de la medalla de bronce por equipos por detrás de las italianas y estadounidenses. La gimnasta de Sao Paulo ya se colgó la medalla de oro en salto y la plata en el concurso individual en los Juegos de Tokio en el 2021, cuando acabó por detrás de la estadounidense Sunisa Lee. Tres años después, Andrade parece más fuerte que nunca. De hecho, analizando las puntuaciones de todas las gimnastas en el concurso por equipos del martes, la brasileña logró mejores puntuaciones que Biles en dos de los cuatro aparatos. En el salto, territorio en el que Biles normalmente impresiona, la paulista logró una puntuación de 15.100 y mejoró los 14.900 de la tejana. La estadounidense estuvo mejor en la barra fija y el suelo, mientras que en las paralelas la puntuación de Andrade también fue mejor. En global, Biles sólo le quitó 0,366 puntos a la brasileña.

"Me gusta mucho más Rebeca Andrade. Es verdad que Biles es pura potencia, es un espectáculo de mujer... pero a mí me gusta muchísimo Rebeca, así que yo quiero que gane ella. Me gustan más su estética y sus ejercicios y el gozo que desprende", dice la gimnasta catalana Alba Petisco, que ha competido en los Juegos de París. Muchas gimnastas consideran que la progresión de Andrade le ha llevado a ser más completa que Biles, que sigue siendo más fuerte y espectacular. "Poder decir que soy la mejor gimnasta fue un sueño, cuando gané el Mundial, pero quiero ser competitiva hasta el final", explica la brasileña. Se refiere al Mundial ganado en Liverpool durante los años en los que Biles no competía por centrarse en recuperar su salud mental.

El martes, sin embargo, Biles no mostró su mejor repertorio. En el salto optó por dar un Cheng, un salto menos valorado que el doble Yurchenko carpado con el que impresionó en la jornada de clasificación del domingo. Si lo repite, su puntaje debería subir. Sin embargo, Andrade también arriesgará más, y se habla de la posibilidad de que intente un salto nuevo, un triple Yurchenko con giro que nunca se ha hecho en competición. Si lo hiciese, este salto pasaría a ser bautizado oficialmente con el nombre de la brasileña. Biles, por cierto, ya tiene cinco trucos distintos bautizados en su honor.

Biles ya se ha convertido en la gimnasta estadounidense con más medallas de la historia y ahora podría ser la campeona olímpica más veterana desde la soviética Maria Gorokhovskaya, que tenía 30 años en 1952. En la final también habrá que parar atención a la vigente campeona, Sunissa Lee, quien tras sufrir lesiones y enfermedades, el martes demostró estar a un gran nivel. Ahora, acabó por detrás de Andrade.

La chica surgida de la favela

Si Simone Biles se ha convertido en un referente por su historia de superación y para volver a ganar después de pasarlo mal, Andrade es también todo un referente en su país, donde históricamente la gimnasia femenina no ha tenido demasiadas ayudas. Andrade es una de las ocho hijas de una madre soltera, Rosa, que vivía en Vila Fatima, una favela en las afueras de Sao Paulo. Su infancia fue dura: la madre no cogía transporte público cuando iba a trabajar limpiando casas para ahorrar y pagar las clases de gimnasia a su hija. La pequeña Rebeca le había pedido hacer gimnasia porque le gustaba subirse a lugares, como las literas del dormitorio que compartía con sus siete hermanos en una casa muy pequeña. Así fue como con cuatro años se apuntó a un programa para promocionar el deporte entre niños sin recursos del Ayuntamiento de Guarulhos, la población donde se encuentra el aeropuerto principal de Sao Paulo. Los pocos días que había que pagar la madre lo conseguía haciendo esfuerzos.

Rebeca nunca ha olvidado el esfuerzo de su madre, de la que se separó a los 9 años cuando fue a vivir a Curitiba, donde un club de gimnasia lo había descubierto. Después, en 2012 fue fichada por el Club Flamengo y fue a vivir a Río de Janeir. Una de las primeras cosas que hizo fue comprarle un apartamento a su madre. De hecho, sacando pecho de quién es y de dónde ha salido, hace unos años estrenó una rutina en el suelo al ritmo de la canción Ball de favela. Rebeca ha superado dos lesiones graves que casi pusieron en riesgo de que pudiera siguiendo haciendo deporte, pero en su caso la pandemia le fue bien para poder recuperarse y poder estar en los Juegos de Tokio, previstos para el 2020 pero celebrados finalmente en 2021.

Ahora le toca verse las caras con Biles, sobre quien siempre tiene buenas palabras. Gane quien gane, será un premio a la superación de dos mujeres que no lo han tenido nada fácil. Si Simone Biles quiere seguir deslumbrando, tendrá que elevar su nivel, ya que Rebeca Andrade quiere que su madre esté más orgullosa que nunca del esfuerzo que hizo cuando su hija era pequeña.

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