Gimnasia

La gran lucha de Simone Biles: "Hay que vivir el momento y debemos cuidarnos entre nosotros"

La gimnasta ha vuelto a la competición mientras defiende la necesidad de cuidar la salud mental

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La estadounidense Simone Biles ayer en Chicago.

BarcelonaJusto un año antes de los Juegos Olímpicos de París, en Estados Unidos todo el mundo se pregunta si la gimnasta Simone Biles estará en la capital francesa en el 2024. Y en caso de estar, en qué concursos participará la considerada mejor gimnasta de todos los tiempos. Tras romper todos los esquemas en los Juegos Olímpicos del 2016 en Río de Janeiro, cuando ganó cuatro medallas de oro, Biles decidió abandonar casi todos los concursos en los que estaba apuntada durante los Juegos de Tokio. En Japón, todo el mundo esperaba que acabara con un montón de medallas de oro colgadas del cuello, pero prefirió priorizar su salud, mental y física, ya que no conseguía concentrarse lo suficiente cuando daba determinados saltos y perdía la noción de dónde era el suelo cuando giraba en el aire.

Ahora hace una semana, Biles, de 26 años, regresó a la competición por sorpresa. Nadie lo esperaba. Pese a ser una celebridad, logró mantener el secreto que se estaba entrenando para volver a los campeonatos estatales. En los últimos años, Biles se había retirado del deporte. En las redes sociales se la podía ver feliz haciendo un viaje con sus amigas a Belice, país en el que tiene raíces, en la gala MET de Nueva York, con la cantante Billie Eilish o casándose con su pareja, el jugador de fútbol americano Jonathan Owens. Cuando se supo que Biles estaba inscrita para los campeonatos que se realizaron en Illinois, se multiplicaron la venta de entradas y las peticiones de acreditaciones de prensa para verla en acción. Y nadie se fue decepcionado. Biles, que había ganado sus primeros títulos mundiales y estadounidenses un lejano año 2013, volvió a competir 732 días después de la última vez ofreciendo todo un espectáculo en el Core Hydration US Classic en los ejercicios de barras asimétricas, equilibrio, salto y tierra . "Ahora creo un poco más en mí", dijo exultante después de subir al escalón más alto del podio.

Una actuación magnífica

Pese al revuelo mediático que generó su regreso, Biles se concentró en sus ejercicios y logró un triunfo brillante con 59.100 puntos y 5.000 de ventaja sobre Leanne Wong, segunda. Estas puntuaciones la sitúan como gran favorita para brillar en los Juegos de París, si decide estar ahí. “Ha sido genial, después de todo lo ocurrido en los últimos años. Todo el mundo apoyándome, con pancartas. Me ha llegado al corazón que siguieran creyendo en mí. He vuelto y he hecho lo que me gustaba, me siento muy feliz por el resultado”, decía Biles en declaraciones a la cadena NBC. Ganado el US Classic, el próximo reto es prepararse para el Campeonato Nacional de Estados Unidos. "Y después, ya veremos".

El entorno de la gimnasta dice que cuando Biles afirma que no quiere pensar demasiado en el futuro, no es una excusa. Ahora quiere vivir el presente. La presión por ganarlo todo en Tokio habría sido una de las razones por las que habría sufrido problemas de presión mental. La joven gimnasta, que ha tenido una vida muy dura, ya que la criaron sus abuelos porque sus padres tenían problemas con las drogas, posteriormente fue víctima de abusos sexuales por parte de Larry Nassar, médico de la Federación Estadounidense de Gimnasia, y se pasó más de cuatro años oyendo que ella tenía que firmar la mejor actuación de todos los tiempos en Tokio. Ahora ha decidido centrarse en el día a día, en períodos cortos, intentando ser positiva. "Quiere vivir el momento" explicaban desde su entorno. La competencia para estar en el equipo estadounidense de gimnasia será dura, ya que a las nuevas hornadas se suman mujeres experimentadas como Gabby Douglas o la propia Biles.

Pero mientras se entrena para estar en la lista, que se hará oficial en junio del 2024, Simone Biles no olvida su gran lucha: hablar de la salud mental. En estos años en los que no ha competido, Biles ha llenado pabellones con un espectáculo de gimnasia con música y bailes, donde no se compite pero Biles contaba su historia. “Para mí, era importante incluir el aspecto de la salud mental, porque sé que mucha gente ha vivido situaciones similares. Hay que hablar de los problemas y no esconderlos debajo de una alfombra”, dice sobre el espectáculo Gold Over America. “Diría que tiene mucha fuerza, coraje. Es emocionante. Hay partes tristes, pero hay altibajos en la vida. Y creo que esto es lo que estamos intentando retratar en estos espectáculos”, explicaba hace unos meses Biles, que siempre había soñado con poder tener un proyecto como este, en el que recuerda lo importante que puede ser “estar rodeado de gente que te ama y te ayuda. Alejarse de gente tóxica y centrarse en quien suma. Hablar de los problemas y no tener miedo”, suele explicar. Y ha hablado tanto de la familia como de los amigos. Y también, claro, de la cultura del deporte estadounidense, donde durante décadas se han justificado abusos a cambio de intentar ganar el oro. “No, no todo vale. Nuestra salud es más importante que el triunfo deportivo”, defiende Biles, que sigue disfrutando del momento. De un día a día en el que se ha convertido en un referente.

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