Miquel Travé, el violinista de la Seu d'Urgell que busca la gloria olímpica

Tras quedarse a un paso de ganar medalla en C1, se estrena en el espectacular 'kayak cross'

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Miquel Travé, en acción en los Juegos de París

Enviado Especial a ParísUn toque en la puerta 14 impidió a Miquel Travé conseguir una medalla olímpica hace tres días. Un simple toque podría parecer. Pero cuando bajas deprisa por un río o un canal de aguas bravas, cansado, pasar por medio de las puertas situadas a lo largo del recorrido cuesta. Te equivocas unos centímetros y te penalizan. A Miquel, un simple toque le dejó fuera de lo que hubiera sido su primer podio olímpico en la modalidad C1 de piragüismo eslalon. Hoy vuelve, en una nueva modalidad, el kayak cross, listo para seguir compitiendo. "Espero utilizar la rabia por no haber ganado medalla en esta prueba", admite.

Algunas poblaciones catalanas tienen por sus calles a futuros campeones. Nuevas generaciones que perpetúan estirpes y tradiciones. Ayer Aleix Garcia, un joven de Serinyà, estuvo en la final de doble scull en remo, ya que se entrena en el CN ​​Banyoles, en el lago. En Granollers tienen el balonmano presente en los Juegos con Kaba Gassama; el entrenador de Canadá de baloncesto es de Badalona, ​​Jordi Fernández, y el Maresme sigue dando grandes navegantes como Florián Trittel, de Sant Andreu de Llavaneres. En la Seu d'Urgell tienen buen piragüismo, con el canal olímpico de 1992. De pequeño Miquel se entrenaba horas y horas, incluso cuando el club había encerrado, ya que su padre trabajaba allí. Y viviendo al lado, tenía al Segre a su disposición.

Miquel es hijo de Xavi Travé, que fue entrenador en la delegación española de piragüismo en 1996 en Atlanta. Fue con él con el que empezó a bajar ríos en el 2008 en el Club Cadí Canoe Kayak, cuando era un niño de 8 años que no levantaba un palmo de tierra. “Para tener una carrera como mi ayuda mucho tener unas instalaciones como las que tenemos en la Seu. Y también ser hijo de palista”, explica un joven que de niño jugaba a fútbol y estudió violín durante siete u ocho años. "Me gustaba mucho, siempre me ha gustado la música. Pero llegó el momento en que había que escoger qué hacer y dejé el violín. Nunca lo he tocado", admite. También jugó al fútbol, ​​como tantos niños. Pero tocó decidirse y lo hizo por lo que llevaba en la sangre. Vivir cerca del Segre ayudaba. Como también estar rodeado de campeones, ya que en la Seu d'Urgell han ido a vivir muchos especialistas. De hecho, es buen amigo de Pau Echaniz, que también está en los Juegos de París y ayer ganó una medalla de bronce. Pau, vasco con nombre catalán, es hijo del técnico Xabi Echaniz, que se ha casado en segundos nupcias con Maialen Chourraut, la gran campeona olímpica vasca. Cuando Xabi Echaniz era seleccionador estatal, fue a vivir a la Seu, donde se crió Pau y ayudó a mejorar a Miquel.

Tercero en la general de la Copa del Mundo de C1 en 2021, Travé lleva unos años a un gran nivel, lo que le había permitido subirse hasta la cuarta posición del ranking mundial en C1. Pero ganar las medallas nunca es fácil, como descubrió en la final, donde ganó el francés Nicolas Gestín. "Hay que estar concentrado a todas las puertas, tocas una y pasa lo que pasa. Por un toque no he ganado medalla, da rabia, pero es motivación para pensar en el futuro y en los Juegos del 2028", explica este joven que hoy debuta en una modalidad que se estrena en el calendario olímpico este año, el kayak cross. Por primera vez en los Juegos, una prueba verá bajar por el mismo canal a cuatro piragüistas a la vez, compitiendo todos entre ellos, para ver quién llega primero. Normalmente los piragüistas bajan solos, haciendo un circuito en el que deben superar puertas, sumando sanciones y tiempo. Esta nueva disciplina se estrena en París, con el misterio de ver qué palistas se van a adaptar mejor.

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