Los mensajes ocultos del cara a cara musical Laporta-Font
Dos de los candidatos a las elecciones azulgranas hacen campaña con una banda sonora compuesta para la ocasión
Hace semanas que los medios de comunicación hacen seguimiento de los comicios del Barça y Twitter hace meses que hierve con consignas electorales, pero si alguien se puede atribuir el mérito de haber hecho entrar en esta campaña electoral como un aguijón en las casas catalanas son dos badaloneses. Se trata de los músicos Albert Fibla y David Ros, los autores de las canciones que las candidaturas de Joan Laporta y Víctor Font están reproduciendo in aeternum para popularizar sus proyectos. Los respectivos equipos de comunicación se han encargado estos días de que las dos melodías suenen por todas partes: en las redes, en la radio, en la televisión, en los actos de campaña... Cuando parece que ya está todo dicho en campaña, el ARA ha hablado con músicos y lingüistas para analizar la versión musical del duelo Laporta-Font y encontrar nuevos matices en las propuestas de estos dos presidenciables. Toni Freixa es el único que no ha optado por hacer un himno de su candidatura; el tiempo juzgará si con acierto.
La primera conclusión que sacan los expertos consultados para realizar este análisis es que el público joven puede hacer decantar la balanza este domingo. “Víctor Font lo tiene que saber: su composición va dirigida descaradamente a un público más joven que la balada de Laporta y, de hecho, sigue una fórmula muy parecida a la música que está de moda entre las generaciones más jóvenes en Catalunya, tipos Buhos”, explica el pianista Eduard Fernández, que destaca del himno de Sí al Futur que es más “festivo” e “ilusionante para el futuro que vendrá” –el tempo es más rápido, de unas 130 pulsaciones por minuto– en concordancia con la receta de “fuego nuevo” de la candidatura. El saxofonista Marcel·lí Bayer apunta que la posproducción también entronca con estos aires más modernos: “Está mucho más comprimida a nivel de sonido, de forma que si lo escuchas con el móvil rápidamente detectarás el bombo, la voz y el reverb en primer plano”.
En contraposición, la versión musical de la candidatura de Laporta es más “lírica” –el tempo es de 70-75 pulsaciones por minuto– y cuenta con una melodía más “sentimental” que se te queda dentro una vez ha acabado la canción. “Este tema, y en línea con lo que ha hecho el candidato durante toda la campaña, apela directamente a la nostalgia y a la posibilidad de volverlo a hacer”, señala Fernández. En este punto, el músico advierte del uso de un acuerdo clave: el de subdominante menor, que aparece en el tercer acuerdo de la estrofa y que se acostumbra a usar por su carácter melancólico. “Son viejos trucos que se han utilizado, por ejemplo, en ediciones de La Marató o de Operación Triunfo”, cierra Fernández.
La segunda conclusión a la que llegan los especialistas reunidos por el ARA es que, más allá de los programas que puedan defender las candidaturas, los equipos de Font y Laporta saben que las elecciones a la presidencia del Barça solo las pueden ganar apelando a la emoción de la masa social. Por eso seguramente, explican estos especialistas, los dos han elegido la fórmula musical del himno y han escogido una tonalidad mayor. “Las dos piezas tienen los ingredientes propios del himno: hacen resaltar el sentimiento de pertenencia, son muy insistentes con los mensajes que quieren transmitir –en el caso de Laporta, la palabra estimem (queremos) aparece hasta 13 veces en dos minutos– y son fáciles de cantar para todo el mundo, la tesitura no es ni muy aguda ni muy grave”, afirma Fernández, que dice que Estimem el Barça –salvando las distancias– puede llegar a recordar el mítico We are the world [we are the children] por los coros infantiles.
Según la clarinetista Amanda Rollón, la base rítmica del himno de Sí al Futur también añade emotividad a la canción y acentúa este ánimo de “esperanza” a quien lo escucha. “La percusión que aparece constante desde el comienzo te traslada a un estadio lleno porque se parece mucho al ritmo que acostumbran a hacer los bombos cuando los aficionados corean cánticos”, asegura la experta, que conoce bien la sensación porque también es jugadora de fútbol sala. En el terreno rítmico, Bayer también remarca el recurso de las palmas en el himno de Estimem el Barça: “Es un truco viejo que encontramos en muchos discos de funk y de los setenta y que funciona porque levanta los ánimos”.
La letra, según Bayer, también suma en esta inyección de pasión que quieren transmitir las dos canciones. Opina, sin embargo, que las dos son muy sencillas: “¡Nos falta un nuevo Josep Maria Espinàs o un Pasolini catalán que nos haga las letras de los himnos futboleros!”, exclama haciendo referencia al escritor y cineasta que mejor ejemplificó el vínculo del fútbol y la intelectualidad.
Otra conclusión a la que llegan los expertos es que, a pesar de que este no ha sido uno de los puntos más desarrollados durante la campaña, preservar la catalanidad del Barça sigue siendo una prioridad, de forma especialmente explícita en el caso de la pieza de Laporta. “Aparece la imagen de la llama que no se apaga, un elemento muy presente en la cultura catalana; también menciona la «dulce compañía», que puede recordar a la «dulce Catalunya» del emigrante de Verdaguer; y salen palabras como el seny y la tradición”, explica Gemma Bartolí, música y profesora de literatura catalana en la Universitat Autònoma de Barcelona. La experta también se para en la última frase de este himno –“Lo volveremos a hacer”–, que remite al proyecto laportista y a la vez puede recordar a la frase de Jordi Cuixart.
En este sentido, Bayer sugiere que hubiera estado bien que alguno de los candidatos se hubiera atrevido con una sardana para promocionar su proyecto: “Quizás hubiera sido una buena opción para conectarlo con el Cant del Barça original, una sardana muy bonita de los años setenta”.
¿Dónde están las mujeres en los himnos?
La última conclusión que denota el análisis del cara a cara musical Laporta-Font no es ningún secreto: la presencia de la mujer está todavía lejos de estar normalizada en el entorno azulgrana. Si bien es cierto que la versión de Font dedica a ello una frase hablada –“Sí a un Barça en femenino”, dice– y que Estimem el Barça incluye las voces blancas de dos niñas, lo cierto es que los dos himnos están compuestos por hombres y la voz principal también recae en ellos. “Yo soy muy futbolera y siento que estas dos canciones no me interpelan tanto como podrían hacerlo: da la sensación de que van dirigidas a la franja de socios hombres de 30 a 70 años que ven al equipo de Koeman los domingos, cuando el Barça tiene muchas secciones y equipos femeninos que también sitúan el club al primer nivel”, sentencia Rollón.
Sea como sea, estas dos melodías se están esparciendo como una mancha de aceite y las tararean incluso personas que no están llamadas a las urnas este domingo. Un recurso útil en tiempo de covid: “En una campaña tan virtual por la pandemia, haber optado por crear una banda sonora propia está permitiendo a los candidatos llegar a muchos simpatizantes que ya tararean las letras sin quererlo y que, en la práctica, son altavoces de las elecciones para los socios que tienen cerca”. Con el permiso, siempre, de unos de los que fueron pioneros en pensar que la música podía ser una herramienta útil en unos comicios como estos: Jaume Ferrer, que en 2010 adaptó la letra del mítico I gotta feeling, de The Black Eyed Peas. “En cualquier caso, a todos les tenemos que agradecer que no se hayan atrevido a cantar ellos”, cierra Bayer, que considera que es una “falta de respeto a los profesionales de la música” cuando los políticos lo hacen.