Marc Márquez confiesa la gran promesa que le ha hecho a su abuelo
El piloto catalán se sincera en una entrevista y explica que este curso será su último intento de regreso después del calvario con las lesiones
BarcelonaMarc Márquez irrumpió en el motociclismo para marcar una época. Monopolizó los éxitos, proclamándose ocho veces campeón mundial y ensanchando la sonrisa del equipo Honda, hasta que el 19 de julio de 2020 todo se torció. El piloto de Cervera, con una conducción voraz que solía llevar al límite, sufrió una dura caída en el circuito jerezano. Era la segunda prueba de un año extraño, marcado por la irrupción del coronavirus, que sacudió el calendario deportivo. Se fracturó el brazo derecho y empezaba el calvario. Se operó, pocos días después ya volvía a subir a la moto con una placa de titanio instalada en el hombro y se rompió.
Se acababa aquella temporada y parte de la siguiente. Era solo el primer episodio de un infierno con las lesiones que el catalán confía, tres años y cuatro intervenciones médicas después, intentar dejar atrás. En marzo empezará el campeonato de MotoGP. Lo volverá a intentar. Es su gran decisión, a pesar de todo el dolor que acumula. El 24 de marzo estará en el Gran Premio de Portugal, que supondrá el pistoletazo de salida de la competición.
Márquez se había planteado retirarse aconsejado por su abuelo, como ha revelado en una entrevista reciente a la revista GQ: "Mi abuelo era partidario de que lo dejara porque me dijo que ya tenía suficiente para vivir, él es muy directo en estas cosas. Y yo le dije: 'Abuelo, te prometo que la del húmero es la última operación, pero déjame probarlo porque hay una solución y me la están ofreciendo. Déjame que lo pruebe'. Y dicho y hecho: lo probé y la película ha cambiado". El piloto hace referencia a la osteotomía humeral rotacional, un tratamiento del doctor Joaquim Sánchez Sotelo, un prestigioso traumatólogo de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. La operación fue un éxito: se erradicó prácticamente toda la rotación desproporcionada del húmero -antes del GP de Mugello del año pasado era de 34 grados, una cifra "inhumana"- y no afectó al nervio radial.
Pero después de la intervención hacía falta paciencia antes de volver a competir. Y la paciencia, precisamente, no es una de las virtudes de Marc Márquez: "Me quedé mirando al médico y le dije: 'Mira, soy un animal salvaje al que tienes ahora mismo dentro de una jaula. Cuando la abras, saldré corriendo a competir. Así que ábrela solo cuando me veas preparado, cuando sepas que no habrá riesgos'", explica en la entrevista. Márquez había aprendido la lección de no precipitarse, como ya le pasó cuando volvió a la competición antes de tiempo después de aquella caída en julio de 2020: "Fue culpa de mi mentalidad, pero todo lo que conseguí entre 2013 y 2020 fue también por esta mentalidad y ambición, así que si tomara los diez años en conjunto, la balanza quedaría equilibrada".
Las expectativas del regreso
Después de varios intentos frustrados en los últimos tres años -"ganaba, pero me echaba a llorar, era culpa del dolor"-, Márquez confía en poder volver a competir esta temporada sin frustraciones. Eso sí, él mismo ha sido el primero en rebajar las expectativas: "El primer objetivo que me he marcado es la primera carrera en marzo. Entonces sabré al 100% cómo está mi brazo. Es la primera vez en muchos años que no saldremos como favoritos. Tenemos que ser realistas, al menos en las primeras carreras, porque si no llegarán todas las frustraciones". Sea como sea, verlo encima de la moto en marzo será un regalo para todos los aficionados y amantes de este deporte.