FUTBOL

Muere Maradona, el futbolista que jugó a ser un dios

Idolatrado por su fútbol y castigado por sus pecados, ha muerto a los 60 años

Toni Padilla
4 min
Mor Diego Armando Maradona als 60 anys

BarcelonaDiego Armando Maradona ha muerto a los 60 años. Demasiado humano para aguantar la vida que había vivido y demasiado divino para ser futbolista, Maradona ha sufrido una parada respiratoria, según ha avanzado el diario Clarín. Convertido en algo más que un futbolista en Argentina, donde miles de personas habían rogado en las calles cada vez que había tenido un contratiempo de salud, Maradona se convierte definitivamente en una leyenda, de esas que algunos no quieren creer, pero que dan sentido a la vida a los otros. El Diego, como era conocido en Argentina, ya que no había que añadir el apellido, ya llevaba tiempo viviendo entre el mito y una realidad demasiado dura de digerir, por instantes caricaturesca.

Considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, Maradona había visto que su salud se resentía después de una vida vivida al límite, dentro y fuera de los terrenos de juego. Con un periplo vital que lo sacó de los barrios más pobres para tocar el cielo, Maradona explicaba él solo el poder del fútbol para hacer soñar, pero también para destruir personas. Cuando se despidió como futbolista en activo en La Bombonera, el estadio que más quería, Maradona, en un ataque de lucidez, admitió: "Me he equivocado y he pagado. Pero la pelota no se mancha". Es decir, el fútbol no deja de ser nunca un juego de niños. Ese que empezó a jugar en los potreros de Villa Fiorito. El Diego, sin dejar de ser ese niño que ya daba toques al balón como recogedor de pelotas en los partidos de Argentinos Juniors, se convirtió en un portavoz de los pobres en un mundo donde ganan los ricos. Siempre se llevó mal con las autoridades, discutió con presidentes y empatizó con aficiones con un historial sufridor. Pero a la vez, fue un juguete en manos de personas que solo pensaban en cómo aprovecharse de él. Mientras millones de personas lo convertían en un dios, creando una iglesia maradoniana y hablando de 'la mano de Dios' por su famoso gol a Inglaterra en 1986, en casa muchas veces no dejaba de ser un hombre inocente que no controlaba su propio destino.

De Los Cebollitas al Mundial

Formado en un equipo llamado Los Cebollitas donde ya soñaba con ganar un Mundial, como decía el Potro Rodrigo en una de las numerosas canciones dedicadas a Maradona, triunfó con la camiseta del Argentinos Juniors y el Boca Juniors, el club en el que se convirtió en un icono. En un club popular, por instantes irracional donde algunos de los héroes del pasado eran jugadores violentos, él destacó por saber aguantar los golpes. En un fútbol violento, en campos de barro, Maradona supo hacer magia, demostrando tener un gen competitivo salvaje. "No aceptaba perder. Yo dije una vez que no dejaba de ser un gordito, que no me marcaría goles. Y me marcó cuatro", recordaba Hugo Gatti en referencia a una goleada de Argentinos Juniors en La Bombonera, cuando Gatti era el portero del Boca.

El Barça lo traería a Europa en los 80, pero una grave lesión no le permitió triunfar del todo en el Camp Nou. "Ficharlo fue tan complicado que nos escondieron en una especie de tanques. Era la época de la dictadura y no querían perder a su mejor jugador, pero lo conseguimos", recuerda Joan Gaspart, que viajó a Argentina con el representante Josep Maria Minguella. En Barcelona, Maradona empezaría a perder el control sobre su vida. Además, nunca se entendió con Josep Lluís Nuñez.

Diego Maradona del FC Barcelona, durant un partit amistos contra el Paris Saint Germain, el 13 de novembre de 1982, a París.

La fortuna la encontraría en Nápoles, donde ganaría dos ligas, las únicas de este club. El destino de Maradona era así. Llegaba a un puerto donde la gente estaba triste en el momento ideal para hacerlos soñar. Rodeado de un buen equipo, se convirtió en el portavoz del sur de Italia, deprimido, que luchaba contra los poderosos del norte. En Nápoles Maradona dejó un recuerdo tan importante que miles de niños fueron bautizados como Diego. Y todavía hoy su pelo se guarda como si fuera una reliquia religiosa. Los problemas con las drogas, sin embargo, fueron marcando el final de su carrera, donde jugaría en otros clubes, como el Sevilla, el Newell's Old Boys y el Boca Juniors, de nuevo.

Pero Maradona será recordado especialmente por capitanear la selección argentina campeona del mundo en 1986 en el Mundial de México, cuando con dos goles contra Inglaterra, uno propio de genios y el otro de tramposos, demostró andar por la parte oscura y la buena de la vida. En un sol partido marcó uno de los goles más bonitos y también el más famoso, ya que hizo trampa. Su legado, de hecho, es este. Por cada imagen de un Maradona pecador, perdiendo los papeles, se podrán recordar algunos de los goles más bonitos de la historia del deporte. Y como en toda religión, al final, la cuestión será tener fe. Millones de personas tienen. Cuando en 1994 dio positivo por dopaje, en lugares como Bangladesh se hicieron manifestaciones. Millones de personas ya lloran a este profeta de los pobres. El hombre que se vengó de los ingleses por la Guerra de las Malvinas, el mejor jugador de todos los tiempos. El futbolista que dio alegría durante décadas con su juego, pero nunca consiguió ser feliz en casa.

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