Automoción

Los aranceles en los coches chinos y el pinchazo del vehículo eléctrico hunden un 17% los beneficios de Seat

Griffiths alerta de que la producción de la empresa catalana podría reducirse por las exigencias de emisiones

Cupra da un paso más y crea su propio centro de diseño
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BarcelonaEl presidente de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, lo había advertido: los aranceles en los coches eléctricos chinos y el poco tirón de la electromovilidad en España pasarán factura. Y así es. Seat, que se encaminaba a un año histórico de beneficios y de producción ha visto truncadas sus expectativas: entre enero y septiembre el beneficio operativo de la compañía se ha quedado en 415 millones de euros, un 17,2% menos que en el mismo período del año anterior, cuando ganó 502 millones.

La caída del beneficio es superior a la de la facturación, que durante los nueve primeros meses del año fue de 10.500 millones. de euros, un 3% inferior a los 10.800 millones del año anterior Gran parte de la diferencia se debe al esfuerzo inversor de la compañía por electrificar la fábrica de Martorell para empezar a producir en Cataluña coches 100% eléctricos. BK_SALTO_LINEA~

El descenso de la facturación y del beneficio operativo se produce a pesar de que el número de coches vendidos ha crecido. En los nueve primeros meses del año Cupra ha batido de nuevo su récord, con 179.100 coches, un 5,3% más en comparación con el mismo período del año pasado. Seat, por su parte, ha entregado al mercado 242.900 coches, rozando casi el 10% de crecimiento respecto al mismo periodo del año pasado. La mala noticia es que la rentabilidad sobre ventas cayó 0,7 puntos y se quedó en un 3,9%.

Sin embargo, el vicepresidente de Finanzas y Tecnología de la compañía, Patrick Mayer, afirma que con las dos marcas "fuertes y resilientes" se mantiene el compromiso de obtener "un beneficio operativo y un retorno sobre ventas sólido".

La situación del sector es compleja. De hecho, la matriz de Seat, el grupo Volkswagen, ya ha anunciado recortes severos y el posible cierre de plantas en Alemania, acompañado de recortes salariales y despidos. En un post en sus redes sociales, Wayne Griffiths explica así los retos: "Los resultados que acabamos de presentar son sólo una primera muestra del riesgo al que nos enfrentamos". Y señala las causas del bajón de los beneficios: "La baja demanda del coche eléctrico, sumada a la falta de compromiso de los representantes políticos en el impulso de las políticas de concienciación, los incentivos fiscales y la infraestructura de carga han hecho que sólo el 13% de los coches vendidos en Europa este año sean eléctricos.

La poca tirada del coche eléctrico afecta a Seat de dos maneras. Por un lado, porque uno de sus últimos modelos lanzados en el mercado, el Cupra Tavascan, es 100% eléctrico. Un coche que se fabrica en China y al que, por tanto, se le aplican los aranceles acordados por la Unión Europea en su guerra comercial con el gigante asiático, lo que afecta a las ventas de este modelo.

Peligro de reducir un 25% la producción en Martorell

Griffiths se ha mostrado claramente contrario a los aranceles. "La inacción o el proteccionismo mal entendido, manifestado en última instancia con la imposición de aranceles en el Cupra Tavascan, sólo inducen a hacer dudar al consumidor, a disuadirle de que la electromovilidad es parte de la solución", explica el primer ejecutivo de la compañía. Además, alerta de que la caída de las ventas del Tavascan puede tener un impacto en la producción del resto de modelos y, por tanto, en la carga de trabajo en la planta de Martorell. "Una reducción de los volúmenes del Cupra Tavascan pondría en peligro la capacidad de Seat de cumplir con los objetivos europeos de reducción de CO₂, y tener que hacer frente a multas inasumibles", dice Griffiths.

El presidente de la compañía incluso cuantifica este impacto: "Esto comportaría reducir una cuarta parte de la producción prevista de vehículos de combustión en Martorell".

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