Derrota de Seat y Volkswagen en la UE por los aranceles en el coche eléctrico
Bruselas seguirá aplicando hasta un 35% de impuestos de aduanas a los vehículos chinos importados
Bruselas / BarcelonaLa presión hecha ante los gobiernos español y alemán no ha sido suficiente, y Seat, el grupo Volkswagen, y otros fabricantes germánicos de automóviles como BMW han perdido la batalla contra Bruselas para que suprimiera, o al menos rebajara, los aranceles en los coches chinos . La Unión Europea ha decidido mantener el pulso en la guerra comercial contra China. Los Estados miembros han votado este viernes permitir que la Comisión Europea siga aplicando hasta un 35% de impuestos de aduanas en los vehículos de China que se importan en el bloque comunitario. De hecho, esto es lo que ya había propuesto Bruselas tras asegurarse de que las automovilísticas del gigante asiático reciben grandes inyecciones "ilegales" de dinero público para abaratar sus costes de producción y que, por tanto, juegan con ventaja a la hora de competir con la industria europea.
El impacto de la decisión en la industria catalana es directo. Fuentes de Seat no han dudado en que la decisión compromete seriamente la viabilidad financiera de la compañía y sus perspectivas de producción, precisamente en un ejercicio en el que la compañía de Martorell esperaba alcanzar su récord de ventas y beneficios, así como de producción , con la fabricación de 530.000 coches. La clave está en que el último modelo que ha puesto en el mercado, el Cupra Tavascan, que es 100% eléctrico, se fabrica en China y, por tanto, está sometido a estos aranceles. Con los precios de venta actuales (la versión básica se vende por 39.000 euros), el coste de los aranceles hace que este vehículo no sea rentable. En consecuencia, es difícil vender las unidades previstas si no quiere perderse dinero.
Además, existe una segunda derivada también negativa para los fabricantes. Si se venden menos coches eléctricos, es posible que sea necesario rebajar la producción de coches con motor de combustión para no superar el límite de emisiones de CO₂ de los coches que impone Bruselas a los fabricantes europeos, porque si se sobrepasan los límites, las multas son muy elevadas.
Fuentes de Seat indicaron que la compañía rechaza firmemente esta decisión "difícil de entender". Seat ha agradecido el posicionamiento en contra de los aranceles de algunos estados, como Alemania. Asimismo, la compañía ha hecho un llamamiento a la Comisión Europea y al gobierno chino para que sigan negociando.
Para Seat, mantener estos aranceles es un riesgo "enorme" para el negocio. Según la compañía, los aranceles en el Tavascan "perjudicarán mucho la estabilidad financiera de la empresa y también podrían amenazar a los puestos de trabajo". "Esto perjudicará a la competitividad de España y de la Unión Europea y pondrá en riesgo a toda la industria", han dicho las mismas fuentes. Seat dejó claro que trabaja con su matriz, el grupo Volkswagen, para "minimizar las posibles consecuencias de esta resolución para el Cupra Tavascan".
Pero no sólo Seat se ha visto afectada por esta decisión. También la factoría Ebro de la Zona Franca, en los terrenos de la antigua Nissan, ha rehecho sus planes. Las compañías EV Motors, matriz de la marca Ebro, y la china Chery, que sellaron en abril el acuerdo para fabricar coches en la Zona Franca, han decidido cambiar de planes. La producción empezará con modelos Ebro, y no Omoda, como estaba previsto. El año de retraso debe permitir a Chery homologar a Omoda como fabricante europeo y esquivar así los aranceles.
Hoy Alemania ha votado en contra de mantener los aranceles, y España se ha abstenido. Son los dos primeros estados fabricantes de coches en Europa y los más reacios a mantener las tasas aduaneras. Sin embargo, no han logrado sumar fuerzas suficientes y llegar a la mayoría calificada. Del total de 27 estados miembros, sólo han votado en contra de los aranceles cinco países, a favor diez –entre ellos Italia, Francia y Países Bajos– y doce se han abstenido. Es decir, los contrarios a la propuesta de Bruselas no han alcanzado el mínimo del 55% de apoyos de los estados miembros que representen al menos al 65% de la población de la UE que necesitaban para derribar las nuevas tasas de aduanas.
El país germano es uno de los mayores exportadores de vehículos en China y teme que la imposición de estas nuevas tasas pueda derivar en una guerra comercial de la que su industria acabe saliendo mal parada. Lo mismo ocurre con España. Según la agencia de noticias Reuters, el gobierno español envió una carta al ejecutivo comunitario en la que le pedía que lo pensara dos veces antes de mantener los aranceles en los coches eléctricos chinos. "Para nuestra industria nacional hay mucho en juego", advertía en la misiva el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Pese a las discrepancias entre los socios europeos, Bruselas lo tiene claro y ya ha avisado en un comunicado pocas horas después de la votación de este viernes que tirará por el derecho. "Se ha obtenido el apoyo necesario de los Estados miembros para adoptar las tarifas", dice el escrito. Ahora bien, el ejecutivo comunitario no cierra la puerta a un entendimiento amistoso con Pekín y también asegura que "seguirá trabajando fuerte" con China para "explorar una solución alternativa a los aranceles".
En este sentido, Cuerpo ha asegurado que España ha optado por la abstención porque es "coherente" con su voluntad de encontrar una "solución negociada y acordada", evitando una "escalada" en la guerra comercial entre el gigante asiático y la UE. También ha afirmado que el sentido del voto del Estado va en la línea de las palabras que ya expresó en China el presidente español, Pedro Sánchez, que apostó por enfriar el conflicto comercial y no imponer aranceles extras.
El titular de Economía español, que ha negado que esto afecte a las inversiones chinas, ha dicho que el canciller alemán, Olaf Scholz, "se ha hecho eco" de las reivindicaciones de Sánchez y que la Comisión Europea "respondió" de forma "muy positiva" en la postura de la Moncloa, aunque Bruselas lo recibió como un cubo de agua fría. El titular de Comercio de la Comisión Europa, Valdis Dombrovskis, pretende a toda costa subir las tasas de aduanas de los vehículos eléctricos chinos; una posición que puede variar cuando la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, le suceda en el cargo y coja las riendas de la cartera.