La Cambra relativiza el impacto de la quinta oleada y mejora sus previsiones económicas
La entidad considera que la caída turística es limitada y que se verá compensada por el buen comportamiento otros sectores como la construcción
BarcelonaBandera blanca en plena quinta oleada: según la Cámara de comercio de Barcelona, la economía catalana crecerá algo más del que se preveía hace unos meses. Así, la entidad contrarresta los mensajes lanzados incluso desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el sentido que la quinta oleada y las nuevas restricciones al turismo pueden frenar la recuperación. “La explicación es en esencia que hemos visto cómo hay un conjunto de variables que son fundamentales y que van más allá del turismo”, ha argumentado este miércoles Joan Ramon Rovira, director de estudios de la Cambra, cuando ha presentado el último informe de coyuntura económica. Habla del empleo, del consumo privado, del comercio exterior y de sectores concretos como la construcción y la industria en general. Ámbitos, dice, que les han sorprendido por la “intensidad” de su recuperación.
En resumen, la Cambra anticipa ahora que Catalunya se recuperará del derrumbe económico provocado por la pandemia (-11,5%) en dos pasos: creciendo un 6,3% en 2021 y un 6,7% en 2022. Estos datos mejoran en tres y seis décimas respectivamente el incremento del PIB que el mismo organismo anticipaba el abril pasado.
Para hacer esta revisión al alza se acogen al hecho que ya hay 2,7 millones de personas asalariadas trabajando efectivamente (es decir, sin contar la gente que está en ERTE) en Catalunya, y que en febrero de 2020 eran 2,8 millones. Incluso si la comparación se hace con el último mes de junio antes de la pandemia, para evitar los efectos estacionales, la diferencia es solo de un 4%. También remarcan el hecho de que el comercio con el exterior ya está mejor que antes de la crisis del covid y que el número de empresas activas ha recuperado el nivel de entonces. En este último caso, el fenómeno se debe sobre todo al impulso que ha cogido la construcción. “Hay sectores que están compensando el impacto de la caída de las reservas [turísticas] que estamos viendo, que es una caída limitada y que se podría revertir de cara a septiembre a medida que esta quinta oleada se vaya conteniendo”, ha insistido Rovira.
Pero incluso cuando observan lo que pasa directamente al sector turístico encuentran razones para ser optimistas. Por ejemplo, si bien es cierto que el número de pagos que se han hecho con terminales CaixaBank a tiendas de souvenirs, agencias de viajes y hoteles va a la baja este julio, en ningún caso se acerca a los mínimos registrados meses atrás. De hecho, el número de reservas hoteleras diarias muestran lo mismo: una pequeña caída desde medios de julio pero no lo bastante pronunciada como para retardar de manera determinante la recuperación. “Estamos en niveles superiores a cualquier otro momento desde el 15 de marzo [del 2020], estamos prácticamente en la situación de antes de la pandemia”, ha resuelto Rovira.
El peligro de la inflación
Con todo, el ente tiene ciertas reservas, como, por ejemplo, que la situación pandémica vaya a peor o que la vacunación se estanque, y, sobre todo, que la inflación siga al alza y que los precios suban más de un 3%, un escenario que podría contener las cifras de consumo que sustentan buena parte del punto de vista optimista de la Cambra. De momento, entienden que la inflación está en máximos del 2017 porque se está recuperando de los mínimos de los meses más duros de pandemia y porque la energía está disparada. Por lo tanto, “el fenómeno tendría que ser transitorio”, atenúa Mònica Roca, presidenta de la Cambra, que aprovecha para resumir el mensaje de la entidad: “Es evidente que la quinta oleada, para el turismo, no es buena, pero ¿qué repercusión tiene esto en el resto de la economía? Bastante acotada”, concluye.