Tecnología

Crisis y dudas sobre el futuro de Badi, el 'Tinder para compartir piso'

La 'start-up' catalana sufre un goteo de salidas de trabajadores por la falta de inversión y la pandemia

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Carlos Pierre, fundador de Curiosee .

Barcelona“Una persona que empieza a emprender tiene que estar preparada para recibir muchas negativas, tanto de inversores como del entorno”. Esta era la lección que dejaba Carlos Pierre, el cofundador y consejero delegado de la aplicación para encontrar piso Badi, en una entrevista al ARA hace apenas un año. El covid y la dificultad para acceder a la financiación se han convertido, precisamente, en el principal freno para la start-up barcelonesa, que se encuentra en una situación que en el sector tildan de "muy delicada".

Como avanzó el ARA, a principios de año la compañía ya aprobó un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectaba a buena parte de sus trabajadores. Entonces la dirección confiaba en “un progresivo regreso a la normalidad” que les permitiera revertir las medidas “cuanto antes mejor”. De los más de 70 empleados en plantilla, una cuarentena quedaron en unos limbos en los que, según explican algunos de los afectados, sintieron que la empresa los invitaba a aceptar otra oferta laboral y marcharse sin indemnización. 

“Entiendo que tengas que despedir a personas por el covid, pero no puedes forzarlas a salir para ahorrarte dinero”, denuncia una de estas voces, que pide el anonimato. A raíz del ERTE, Badi ha vivido en los últimos meses un goteo de salidas de trabajadores y también de ejecutivos de más rango, como los directores de tecnología, producto o finanzas. Aunque la crisis del covid ha pasado bastante inadvertida para los negocios de internet, en un primer momento la pandemia supuso un golpe duro para la operativa de la aplicación. Los confinamientos y la parada de las clases presenciales hicieron caer drásticamente las reservas de habitaciones de alquiler entre jóvenes de aquí e internacionales, que representan a buena parte de sus usuarios.

En ese momento la compañía ya redujo su medida con algunos despidos, pero con esto no bastó. El covid también obligó a parar la expansión internacional y la apertura de una nueva oficina en Nueva York que nunca se llegó a estrenar. Desde entonces la actividad se ha ido centrando en el mercado español.

A esta situación se sumó el hecho de que la última ronda de financiación que había conseguido Badi, de unos 26 millones de euros y liderada por el fondo de los EE.UU. Goodwater Capital, se había cerrado en enero de 2019. Esto obligó a Pierre (primo del consejero delegado de Glovo, Oscar Pierre) y a su equipo a buscar más recursos para llenar la caja. Pero el dinero no ha llegado. “En agosto nos empezaron a decir que estaba costando encontrar inversión, que iban muy justos y que si a finales de septiembre no había ronda, tendrían que cerrar la empresa”, explica otra fuente. Mientras no se resolvía la operación, los inversores actuales fueron cubriendo agujeros con pequeñas aportaciones, asegura esta misma voz. En el capital de Badi también está la firma con sede en San Francisco Spark Capital, el fondo panaeuropeo Target Global o la gestora luxemburguesa Mangrove Capital Partners. Desde su nacimiento, en 2015, la plataforma ha conseguido más de 40 millones de euros en varias rondas.

Problemes para monetizar

La sacudida del último año y medio se ha notado en las cuentas de la empresa. Según datos publicados en el Registro Mercantil por la sociedad española del negocio, en 2020 Badi cerró el año con unas pérdidas de 10 millones de euros. En este mismo ejercicio, la facturación fue de unos 180.000 euros, hecho que evidenciaba su gran caballo de batalla. “Costaba mucho monetizar, y cuando se hizo era de una manera que perjudicaba a la demanda”, explica otra persona, que vivió este proceso desde dentro. La start-up empezó a cobrar por algunas funciones con una versión premium y a probar el modelo de agencia para los propietarios. “El gran problema era la falta de foco. Enseguida que no funcionaba un cambio, se pasaba a otra cosa y no se llegaba a los objetivos”, opina una fuente.

De hecho, algunos de los consultados por el ARA se sorprendieron al descubrir que la semana pasada Badi anunciaba que volvía a ser totalmente gratuita. “A partir de ahora podréis conectar con personas sin ningún límite y volver a publicar tantos anuncios como queráis”, avanzaba la empresa en sus redes sociales. Si uno de los frenos para ser rentables era la falta de ingresos, ¿cómo se explica esta decisión? “Quizás quieren ganar más usuarios de cara a vender la empresa”, apunta una de las fuentes consultadas. Contactado por el ARA, Pierre ha declinado valorar la situación actual de la empresa, que ha tenido problemas para pagar las nóminas de octubre y noviembre.

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