El apagón nuclear

Cómo descarbonizar Catalunya

Eliminar las emisiones en el Principado en 2050 puede costar hasta 230.000 millones de euros

Helena Rodríguez Gómez y Xavier Grau del Cerro
4 min
Un parque eólico a Belltall, en la Conca de Barberà.
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BarcelonaNeutralidad de emisiones en 2050. Este es el gran –y costoso– reto ante la emergencia climática. “Está claro que no llegaremos”, sentencia Josep Maria Montagut, presidente de la comisión de energía del Colegio de Ingenieros Industriales de Catalunya. Más optimista es Marta Morera, directora general del Instituto Catalán de la Energía (ICAEN). Cree que se logrará el objetivo “si se cumple lo que dice la Proencat” (Prospectiva Energética de Catalunya 2050). 

El punto de partida no es alentador. Catalunya emitió a la atmósfera en 2019 un total de 40 millones de toneladas de CO₂. Y en una de las claves para conseguirlo, la implantación de energías renovables, el Principado va a la cola del Estado. A pesar de todo, ahora el Govern quiere impulsarla.

Una gran inversión

Hacer la transición puede costar hasta 230.000 millones de euros

Hacer la transición hacia una economía verde no es barato. La Cámara de Comercio de Barcelona calculó que solo en renovables habrá que invertir 39.609 millones de euros. Y el Colegio de Ingenieros plantea diferentes escenarios, en los que el coste total de la descarbonización iría de 175.000 a 230.000 millones de euros.

¿Se podrá asumir el coste? Josep Maria Montagut destaca que hay muchos inversores privados dispuestos a hacerlo. Pone un ejemplo. “Cuando el Banco Mundial dijo a España que tenía que construir autopistas no existían los recursos, pero se hicieron, por concesión”, dice. La directora del Icaen contesta: “¿Qué coste tiene no hacerlo? Es más elevado”. Para Morera, la crisis económica está directamente relacionada con la crisis energética –como demuestra el ataque en Ucrania–. Por lo tanto, avanzar en la descarbonización “es la última oportunidad”.

Para lograr una Catalunya limpia hace falta una combinación de factores, como son la eficiencia energética, la rebaja de la intensidad (utilizar menos energía para producir lo mismo), la electrificación y desarrollo de las renovables o el desarrollo de nuevas tecnologías.

Eficiencia energética

Movilidad, hogares y servicios es donde más se puede avanzar

Según el Colegio de Ingenieros, el transporte pasaría de consumir el 45% de la energía final a consumir el 27% en 2050. Los sectores doméstico y de servicios son los otros ámbitos que pueden reducir más el consumo de energía. La Generalitat calcula que con la eficiencia la economía catalana utilizará menos de la mitad de la energía que utiliza actualmente para producir lo mismo que ahora.

El punto de partida, sin embargo, es muy bajo. Gran parte del parque de vivienda catalana tiene carencias y hay que invertir en rehabilitación. En cuanto al transporte, que es un 45% del consumo energético en la actualidad, el despliegue del coche eléctrico en Catalunya es ínfimo. España es el tercer país de Europa a la cola en electromobilidad, tanto por el número de coches como por los puntos de recarga pública que hay, según la patronal de los fabricantes españoles, Anfac.

Electrificación

La electricidad, de origen renovable, tiene que ganar peso

Electrificación es el término empleado para referirse al peso de la energía eléctrica en el consumo energético final. Tendrá que ganar peso y generarse con renovables. El Icaen prevé que la demanda de energía eléctrica aumente un 125,9% en el periodo 2017-2050, dado que el porcentaje de electrificación de la economía pasaría del 25,1% del año 2019 al 76,6% de 2050. Habrá que multiplicar por 18 la producción de energía eléctrica renovable para el año 2050.

Esto obligará también a invertir en sistemas de almacenamiento y adaptar las redes eléctricas a la generación distribuida. “El actual modelo de distribución se ha quedado obsoleto, hay que transformar la red en un modelo digitalizado”, según el presidente de la comisión de energía del Colegio de Ingenieros.

Actualmente, el 54% de la electricidad producida en Catalunya proviene de las centrales nucleares de Ascó y Vandellòs. Estas centrales se tendrían que cerrar en los próximos 8 a 13 años, de acuerdo con el calendario previsto. Solo el 8% de la energía eléctrica en Catalunya se produce ahora con renovables no hidráulicas y la generación de electricidad supuso el 16% de las emisiones de CO2 de Catalunya, proveniente de las centrales de ciclo combinado y cogeneración. 

Placas fotovoltaicas en Sabadell.

Para lograr los objetivos, en 2050 un 30% de la energía eléctrica tendría que generarse en autoconsumo. En eólica, actualmente hay en tramitación solicitudes para 108 aerogeneradores, para 611 MW, cuando el objetivo, según los ingenieros, serían 20.000 MW en 2050. El Govern cree que habrá que contar con eólica marina. En fotovoltaica hay en tramitación poco más de 1.400 MW, cuando se tendría que llegar a unos 30.000 MW en 2050. 

Hidrógeno verde

Una tecnología que puede ayudar a limpiar la industria

“Al hidrógeno verde se le pueden pedir usos como la producción química y de fertilizantes, y puede servir para la industria pesada ”, dice David Cebon, profesor de Cambridge y miembro de Hydrogen Science Coalition. Aún es una incógnita si el hidrógeno puede llegar a sustituir totalmente los combustibles fósiles. Además, requiere de muchas renovables para producirlo y Catalunya tendrá que importar, dice Montagut.

Para la industria y el transporte pesado se tendrá que contar también con los biocombustibles. Será imprescindible mejorar la gestión y el reaprovechamiento de los residuos siguiendo los principios de la economía circular.

Quejas y ocupación del territorio

“Somos conscientes de que hay que instalar más potencia renovable en Catalunya, solo creemos que la manera como se está haciendo es un lío”, denuncia Irene González Pijuan, ingeniera y miembro de la Red por la Soberanía Energética. La falta de planificación y participación del territorio es la principal queja de la nonagésima de entidades. Aseguran que, sobre el papel, el nuevo decreto de renovables del otoño de 2021 era esperanzador en cuanto a apuesta por el autoconsumo y las comunidades energéticas y la creación de organismos de participación locales. Pero se quejan de la falta de implementación de los principios incluidos en este. “No estamos viendo que se esté priorizando la generación distribuida tal y como nos dijeron. Para que la gente participe en una cuestión tan complicada como es la energía hay que establecer muchos mecanismos de participación, medidas muy claras y un presupuesto muy robusto”, explica González. Según la Cámara de Comercio, las renovables ocuparán hasta un 17% del territorio, pero el Icaen lo reduce poco más del 2%.

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