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El aficionado de jazz barcelonés que dejó la trompeta para crear Cinesa

Alfredo Matas impulsó la red de cines que creció de la mano del sistema Cinerama

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Ilustración

En julio de 1936, cuando el golpe de estado fracasó y España se asomó a la Guerra Civil, Alfredo Matas hizo las maletas, se despidió de Barcelona y enfiló hacia Francia. Tenía dieciséis años. Era hijo de una familia de empresarios textiles y llevaba varios años obsesionado con el jazz: le gustaba tanto que sus padres le habían comprado una trompeta. Cuando tuvo que marcharse, no dudó ni un segundo en llevársela. Le hizo servicio, porque en el exilio se ganó la vida tocándola en pequeños escenarios de París, Marsella y varias ciudades suizas, acompañando a un grupo de jazz. En 1944, a su regreso a Barcelona, ​​se convirtió en uno de los nombres habituales del Hot Club, la meca de los aficionados del jazz en la capital. Si en ese momento alguien le hubiera dicho que su futuro profesional no pasaba por la trompeta, seguramente no se le habría escuchado. Pero no ocurría: el destino de aquel joven era revolucionar el sector cinematográfico español.

Hoy, Alfredo Matas es mucho más conocido por su vertiente de productor, distribuidor y exhibidor de cine que por su destreza con los pistones. El punto de giro fue un encuentro fortuito. A mediados de los años 40, coincidió con José Arquer. Era un empresario que tenía entre manos la apertura de un complejo de ocio en la avenida Diagonal de Barcelona. Había proyectado una sala de cine, un pequeño teatro, un restaurante y un bar. Convenció al amante del jazz para asociarse y gestionar juntos la aventura. El 11 de octubre de 1946, el público aplaudió fuerte al final de la proyección deEnrique V, la película que inauguró el mítico Cine Windsor Palace. Este local fue la primera piedra de un imperio que desembocó en la actual Cinesa, la principal cadena de exhibición del estado: tiene 35 cines, 400 pantallas, 93.000 butacas y en 2023 movió 100 millones de euros .

El hallazgo del Cinerama

En 1958 Matas se enteró de que, en París, acababa de presentarse un nuevo sistema cinematográfico. Se llamaba Cinerama y prometía a los espectadores una experiencia revolucionaria: tenía una pantalla panorámica, curvada y de grandes dimensiones. El sistema ya hacía años que había deslumbrado a Estados Unidos. Atumándose el éxito, el barcelonés convenció a los inventores de llevar la nueva tecnología al mercado español. El tándem de Matas y Arquer sedujo a varios empresarios para constituir la Compañía de Iniciativas y Espectáculos Sociedad Anónima, hoy conocida como Cinesa. Entre ellos había nombres como Joaquín Viola, abogado y posteriormente alcalde de Barcelona; Maximiliano García Álvarez, propietario de establecimientos como el cine Albéniz de Madrid; y el inversor Jaime Castell, que se convirtió en vicepresidente y máximo accionista de la compañía.

Banco de Madrid, con el que los empresarios tenían buena relación, también entró en el accionariado y concedió una jugosa línea de crédito a la empresa. Cinesa empezó a crecer. Aparte de la instalación de sus primeros Cinerama en el Cine Albéniz de Madrid y en el Cine Nuevo de Barcelona, ​​en 1962 sacaron adelante el primer cine ambulante: el Itinerama. En 1964 abrieron otros dos cineramas. Todo iba bien hasta que este sistema cinematográfico fracasó: hacer películas para Cinerama era demasiado caro y complejo. En 1966 Hollywood dejó de rodar y Cinesa tuvo que adaptarse a toda prisa.

Una expansión con estremecimientos

Si en 1970 tenía once salas, en 1972 ya controlaba 25. "Fue una década de consolidación del cine como forma de ocio", contextualiza Carolina Luis-Bassa, directora del máster de marketing de la UPF-Barcelona School of Management . Contribuyeron las mejoras técnicas, pero también el final del franquismo y la época deldestape, según la experta. Sin embargo, el negocio se tambaleó fuerte con la crisis de principios de los ochenta. La falta de público llevó a los creativos de Cinesa a inventar el Día del Espectador. La estrategia funcionó.

En paralelo, un pequeño inversor llamado William Forman, titular de la licencia de explotación de Cinerama, había ido comprando acciones de Cinesa. Cuando su hijo tomó el relevo, compró las acciones a Banco de Madrid y los Forman se convirtieron en accionistas mayoritarios. Acordaron vender la empresa al coloso United Cinemas International (UCI). Hoy Cinesa es parte del Grupo Odeon-UCI la mayor cadena de cines del mundo, controlada por AMC Theatres.

  • 1944

    Alfredo Matas regresa a Barcelona y se asocia con José Arquer para abrir el cine Windsor.

  • 1958

    Se constituye Cinesa y comienza a llenar España de pantallas Cinerama.

  • 1966

      El sistema Cinerama fracasa y Cinesa debe readaptar todas sus salas.

  • 1972

    Controla 25 salas de cine, se expande y será vendida en el coloso de cines UCI.

  • 2016

    AMC Theatres compra Odeon - UCI, el mayor grupo de cines del mundo, con Cinesa

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