COMERCIO

Las cinco lecciones del último director de Expo Mobi

Jordi Tarragona relata en un libro las claves para sacar adelante a una empresa familiar después de que la cadena de muebles acabara con la liquidación

Paula Solanas
4 min
Las cinco lecciones del último director de Expo Mobi

Su abuelo materno fue uno de los fundadores de la empresa de autobuses banyolina Teisa, pero fue el paterno quien introdujo a la familia de Jordi Tarragona en el negocio de vender estantes y sillas. Muebles Tarragona fue el embrión de lo que en los años ochenta se convirtió en Expo Mobi, la cadena catalana de muebles que se acabó extinguiendo en el 2013. Ahora su último gerente y el quinto de los seis hijos de la familia cuenta en el libro ¿Continuar? ¿Vender? ¿Cerrar? Apuntes de un empresario familiar cuáles son las claves para tener claro cuándo es necesario reformular un negocio familiar o bajar su persiana. "Cuando me hice cargo de la empresa, en 1986, no llegábamos a los 100 trabajadores, y en julio de 2007 superamos a las 500 personas en la punta del sector", explica Tarragona. A partir de aquí, la empresa tuvo que ajustarse el cinturón por el bajón del consumo durante la crisis y el empuje de competidores extranjeros como Ikea o Conforama hasta su cierre final. ¿Qué aprendió el empresario?

  1. "Hay que poder entenderse entre las diferentes ramas de la familia". Desde el nacimiento de la compañía, Tarragona ha visto al menos tres divorcios en el negocio de muebles familiar. El primero fue durante el arranque, en 1980, cuando las discusiones por la sucesión de la compañía provocaron que una parte se escindiera de Muebles Tarragona para crear Expo Mobi. Seis años después la empresa volvió a vivir una nueva disputa por la dirección, que se resolvió cuando Jordi Tarragona empezó a liderar la cadena. La última se produjo en el 2007, cuando uno de sus hermanos decidió separarse del negocio por diferencias en el protocolo. "La relación entre las personas es clave y debes poder entender que las partes de la familia tienen intereses diferentes", razona. De hecho, asegura que si la salida de socios o "poda" se hace a tiempo y bien hecha también puede "fortalecer" a la empresa. Sin embargo, reconoce que su negocio era más fácil de trocear que muchos otros.
  2. .“Cerrar un negocio tiene una carga emocional muy alta”. Al principio de la recesión, Expo Mobi decidió hacerle frente no cubriendo las bajas voluntarias y redujo la plantilla al 50% en tres años. Justo antes la empresa había llegado a tener unas ventas de 74 millones de euros, pero el sector de los muebles empezó a desmoronarse cuando la construcción quedó tocada. "Además, grandes cadenas extranjeras están redefiniendo el comercio físico con una gran potencia", afirma Tarragona. De hecho, la empresa también intentó explotar el segmento low cost con las franquicias Tu Mueble, que todavía no se habían implantado en Cataluña. Ya lo había probado antes de la crisis con Cash Mobel, una nueva marca de muebles con distribución mayorista y grandes descuentos.
  3. “Solo te puede traicionar aquél en quien confías ciegamente”. Tarragona explica que de la noche a la mañana el director financiero de Expo Mobi se marchó de la empresa con un correo electrónico en el que decía: “Siento lo que he hecho”. El empresario no quiere entrar en más detalles "escabrosos", pero, relata, con la marcha del directivo quedó claro que la tesorería de la empresa no era suficiente. “A este incidente casual se añadió una crisis de sector, que llegó a caer un 80%, y una estructural, que lo afectaba todo”, explica Tarragona. Por último, Expo Mobi presentó concurso en marzo del 2013, ya que la administración le exigía garantías reales para asegurar que podía aplazar su deuda.
  4. "No pongas dinero bueno sobre un negocio malo". Ésta es la conclusión a la que llegó la familia Tarragona una vez se agotaron las vías para rescatar a la empresa. El directivo era el único miembro de la estirpe que trabajaba en Expo Mobi y se optó por mantener parte del capital de la familia fuera de los negocios y no aportar más dinero a la cadena. “Yo dije que iba a trabajar para la familia, pero no con la familia”, explica. A su juicio, siempre es mejor que en la empresa no trabajen muchos miembros de la familia, sino incorporar gestores externos que confíen y sepan sacarle rentabilidad. “En nuestro caso la crisis nos ayudó a cerrar filas y reducir diferencias, aunque volvieran a surgir más tarde”, apunta. La familia aún conserva una family office con la que realiza sobre todo inversiones inmobiliarias. Sin embargo, Expo Mobi no murió del todo. Unos extrabajadores compraron la marca cuando la empresa se vendió los activos y todavía conservan varios establecimientos en distintos puntos de Catalunya.
  5. "Puedes crear riqueza tú o ayudar a los que la crean". Desde que cerró Expo Mobi -la liquidación duró tres años y el último contrato con un trabajador acabó en agosto del 2016- Tarragona se ha dedicado a ser consultor para empresas familiares como la suya. Con esta nueva vida busca dar la respuesta a la misma pregunta que se hizo: ¿continuar, vender o cerrar? No se plantea poner en marcha un nuevo negocio, pero confía en que a la familia pervivirá la tradición. "Algunos de la siguiente generación es casi seguro que lo harán, pero eso no se hereda con el ADN", sentencia.
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