De mezclar olores en una habitación de Les Corts a exportar a 60 países
La tercera generación de la catalana EMSA introduce la innovación en la producción de fragancias
Su nieto le recuerda como una persona autodidacta, de esas que tienen el empuje para aprender lo que se propongan. Aureli Moles Garcés empezó a mezclar olores en los años 50 en una pequeña habitación de la calle Cabestany, 11, del barrio de Les Corts de Barcelona. Tenía una taquilla donde guardaba las materias primas que mezclaba con cuidado para hacer sus composiciones, siempre sentado en una silla y con la balanza lista para medir las proporciones correctas. "Era una persona que se movía mucho ya la que le gustaba entender las necesidades del cliente", dice Álex Moles sobre su abuelo. Ahora es él quien ocupa el cargo de director general de Esencias Moles (EMSA) y junto a Sílvia Guirro son la tercera generación que gestiona el negocio familiar.
Aquella habitación donde nació la empresa en 1953 se hizo pequeña, como también ocurrió con el humilde centro productivo al que se trasladaron al barrio de Sants. En los años 80 se repitió este problema una tercera vez y la compañía inauguró una nueva sede en Cervelló (Baix Llobregat), que también ha ido expandiendo. Con la entrada de la familia Guirro, la empresa recibió un fuerte impulso comercial que le permitió llegar a nuevos mercados, sobre todo a América Latina, Sudeste Asiático y Oriente Medio. El actual director general atribuye la expansión hacia esta última región a su primo Dani Guirro, que fue director comercial hasta su muerte en el 2016.
"Vimos que teníamos una gran clientela fuera y en el 2013 abrimos una oficina comercial y un centro productivo en Buenos Aires", explica Moles. Más tarde hicieron lo mismo en Uruguay. Actualmente, EMSA exporta a más de 60 países y también fabrica esencias para objetos relacionados con el mundo de los olores como ambientadores y productos de limpieza y de higiene personal. De los ambientadores enchufables que se popularizaron a partir de los años 90 -y que provenían de los mismos aparatos en versión antimosquitos-, el sector ha virado hacia la estética sobria de los micados, y EMSA ahora crea esencias específicas para este formato. "Se pasó hacia una difusión menos forzada, que nos genera esa sensación de bienestar", dice Moles.
Con los años también han aprendido que los olores que más triunfan no son los mismos en cada parte del mundo: en el Sureste Asiático gustan más los perfumes florales, en Oriente Medio echan por los olores con "más riqueza de fondo" y en América Latina les gustan los más dulces.
Como en cualquier negocio, en las fragancias todavía se puede innovar. En EMSA invierten en tecnología avanzada como las máquinas Roxane, un sistema de dosificación de alta precisión gracias al cual su producción es ahora "más eficiente y trazable". Así, la automatización del proceso ha pasado del 55% al 75%. A través de los fondos Next Generation, la compañía también ha participado en el proyecto consorciado Boocell, centrado en el desarrollo y validación de microcápsulas perfumadas biodegradables que pueden aplicarse al cuidado personal y del hogar. También han patentado EMSA PaperBloom®, un sistema de liberación de fragancias para ambientadores con base de agua que utiliza láminas hidrosolubles perfumadas. Por último, la empresa ha creado una tecnología propia para neutralizar los malos olores, que ya han integrado en dos de sus productos.
En el año 2023, el último con resultados disponibles, EMSA facturó 16,6 millones de euros y Moles asegura que la compañía ha registrado un crecimiento anual compuesto del 15% en los últimos tres años. cotidiano como detergentes, velas, micados y ambientadores que se pueden encontrar en los supermercados.
Barcelona se ha convertido esta semana en el punto de encuentro de 2.700 profesionales que, como Moles y su familia, se dedican a vender sensaciones y olores. El Barcelona Perfumery Congress ha acogido a más de 100 expositores internacionales y 80 charlas en la Farga de Hospitalet de Llobregat para explicar cómo se innova en la industria de las fragancias. El sector cosmético movió 10.400 millones de euros en España en el 2023, un 12% más, siendo el Estado el segundo exportador de perfumes del mundo, según un estudio de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética.
La respuesta a este crecimiento también la encontramos en compañías como ScentXP, una tecnológica barcelonesa que se ha hecho un hueco en este mercado. La compañía ha desarrollado un software para cadenas de perfumerías que les permite mostrar visualmente su catálogo a través de una base de datos con más de 25.000 referencias de perfumes y 1.400 ingredientes. De esta forma, pretenden romper la barrera que puede suponer el canal online para un tipo de producto donde el cliente necesita hacerse una idea de cómo será el perfume que está punto de comprar desde casa sin olfatearlo directamente.
También han patentado una máquina que han bautizado con el nombre de Air Parfum y que ya se encuentra en puntos de venta como Sephora y Notino. Se trata de un sistema que permite probar perfumes de forma ilimitada —el consumidor los elige a través de una pantalla—, porque utiliza aire para distribuir el aroma elegido y después captura las partículas de alcohol para que no quede ni rastro antes de probar el siguiente, sin saturar la nariz del futuro comprador.