INDUSTRIA

Reciclar un avión para construir otro

La 'start-up' TRC desarrolla una tecnología para dar un nuevo uso a las fibras de carbono y vidrio, que hasta ahora se acumulaban en los vertederos

Reciclar un avión para construir otro
Jana Homs Donés
23/10/2016
3 min

Para que un avión despegue, necesita una carcasa resistente y ligera, dos propiedades que reúnen las fibras de carbono y de vidrio. En los vertederos españoles ya hay más de 300.000 toneladas de estos materiales -cada vez más utilizados en el transporte y la construcción- y la cifra aumenta casi hasta los dos millones en toda Europa. Por eso Holanda se ha planteado enterrarlos, como ya se hace con otros residuos. Pero la start-up catalana Thermal Recycling of Composites (TRC) ha encontrado una solución más respetuosa con el medio ambiente: darles una segunda vida. La compañía promueve la economía circular, es decir, consigue reciclar las fibras para que encuentre un nuevo uso en el mismo sector. Por ejemplo, el ala de un avión podría convertirse en las mesitas de dentro de la nave o en la puerta de la cabina del pelotón.

A través de procesos termoquímicos, la empresa separa las fibras de carbono y vidrio de otros materiales no reutilizables. Después de aplicar esta nueva tecnología, llamada R3fiber, la compañía obtiene fibras de alta calidad, combustible y energía. El material resultante tiene aplicaciones similares al original en el sector aeronáutico, automovilístico o industrial, entre otros.

TRC trabaja desde principios de 2016 en una planta de producción piloto en Sant Andreu de la Barca, pero el proyecto comportó años de investigación. "En mi familia siempre hemos sido unos apasionados del reciclaje y las energías renovables, unos valores que nos inculcó mi padre", explica el consejero delegado de TRC, Oriol Grau. El empresario trabajaba en un proyecto de biomasa cuando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) le planteó la problemática de las fibras de carbono y vidrio.

Aparte del CSIC, la start-up también colabora con la incubadora Energías de Portugal Starter (EDP Starter), una de las aceleradoras referentes a nivel mundial en el ámbito de las energías renovables. El programa suministra palas de aerogenerador -las mismas que mueven las turbinas de los molinos eólicos- en TRC. Al margen del sector eólico, la empresa también ha reciclado alas de aviones Airbus y prevé extender el negocio a clientes del sector naval y de la automoción.

Oriol Grau está convencido de que su modelo de negocio es beneficioso para todas las partes implicadas y no sólo a para TRC. “Tener la etiqueta de empresa verde es un honor, pero a finales de mes tus clientes quieren saber cuánto dinero se ahorra”. Actualmente llevar una pala estándar de seis toneladas a un vertedero cuesta 3.500 euros, mientras que TCR se hace cargo del residuo por un precio inferior, de 2.900 euros. “Hemos ajustado los precios, pero nos sale más a cuenta porque cuando reciclamos podemos vender de nuevo el material”, señala el empresario.

Hasta ahora, la compañía se ha financiado principalmente con recursos de los cofundadores. Grau reconoce que no han querido crecer más de lo necesario. "Somos una empresa familiar y cuando inicias un proyecto así es necesario que haya buena dinámica con los compañeros de trabajo, y por eso no hemos dado el paso", razona. Sin embargo, la empresa se proclamó ganadora en el programa Cleantech Camp Barcelona 2016, un concurso que les ha permitido ganar 15.000 euros. Incrementar el volumen de material reciclado y escalar la tecnología son sus objetivos a corto plazo. La compañía quiere instalar una planta de producción definitiva y abrirá una ronda de financiación de 200.000 euros para conseguirlo. “Esperamos iniciar el proceso de internacionalización en tres años”, avanza Grau, que confía en vender licencias de explotación a otras compañías que quieran utilizar su tecnología.

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