Rusia deja de enviar gas a Europa
La decisión llega después de que el G-7 acordara poner un tope al precio de la energía que compra a Rusia
BarcelonaGazprom, el gigante gasístico ruso, ha hecho efectivo el anuncio que hacía este viernes y mantiene fuera de funcionamiento el gasoducto Nord Stream 1, que lleva el gas ruso a Alemania. El argumento que da es que se ha detectado una fuga durante los trabajos de mantenimiento que se estaban haciendo. El gasoducto estaba parado desde el 31 de agosto por estos trabajos de mantenimiento y tenía que entrar en funcionamiento la próxima madrugada. Según la compañía rusa, el suministro de gas a través de este gasoducto queda suspendido "hasta que los problemas queden solucionados".
Estos supuestos problemas técnicos han llegado el mismo día que el G-7 (el grupo de los siete estados más desarrollados del mundo) hayan anunciado que limitaban el precio que pagan por el petróleo ruso con el objetivo de reducir el dinero que llega al Gobierno de Moscú gracias a la venta de materias primas. En la misma línea, este mismo viernes en un acto de su partido, la CDU, en Alemania, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha apuntado la posibilidad de limitar el precio que paga Europa por el gas ruso.
La respuesta no se ha hecho esperar. Rusia ha amenazado con cortar el suministro de gas a la Unión Europea si los socios comunitarios deciden poner un límite al precio que están dispuestos a pagar por este combustible ruso. "Será como el petróleo, simplemente no habrá gas ruso en Europa", ha dicho el jefe adjunto del consejo de seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, en su perfil de Telegram, según ha recogido la agencia TASS.
Von der Leyen ha acusado directamente a Vladímir Putin de manipular el mercado, lo que provoca "alteraciones graves" del mercado eléctrico. Y entre los mecanismos que tiene Europa para frenar la escalada del precio de la electricidad, la presidenta de la Comisión ha hablado de "desvincular el precio del gas del coste de la electricidad", además de apostar masivamente por las renovables.
Por su parte, la limitación del precio del petróleo ruso (y de los productos derivados) anunciada por el G-7 se ha pactado después de una reunión por videoconferencia de sus ministros de Finanzas. El precio límite todavía no se ha hecho público y únicamente han señalado que la cifra se decidirá de acuerdo con un abanico de detalles técnicos.
Este tope se tiene que hacer de manera efectiva mediante una prohibición generalizada de prestar servicios que permitan el transporte marítimo de estos productos de origen ruso. Únicamente se permitirá proveer de servicios de transporte si el petróleo y los derivados se compran a un precio igual o más bajo que el fijado por el G-7.
"El límite de precios se comunicará públicamente de una manera clara y transparente", ha indicado el grupo. Además, los precios se revisarán cuando haga falta.
Cerrar el grifo en Rusia
Este grupo de países asegura que la medida está "específicamente diseñada" para reducir los ingresos de Rusia y la capacidad de financiar la guerra, a la vez que limita el impacto en los precios globales de energía.
Aun así, el vice primer ministro de Rusia, Aleksandr Nóvak, ya avisó el jueves que Rusia no exportaría petróleo en ningún país que se sume a la limitación de precios.
A la vez, el G-7 ha invitado todos los países a hacer aportaciones e ideas sobre el diseño y la implementación del límite de precios. "Buscamos establecer una amplia coalición para maximizar la efectividad e instamos a todos los países que todavía busquen importar petróleo ruso a que se comprometan a hacerlo a precios iguales o inferiores al del límite", recoge el comunicado.
Efectividad cuestionada
A pesar de que desde el G-7 se ve como una medida efectiva, algunos expertos consideran que puede tener "el efecto contrario" al control de precios deseado. Según Víctor Ruiz Ezpeleta, profesor del OBS Business School y experto en energía, fijar un tope "solo será efectivo si todos los actores están de acuerdo o al menos lo acatan, y no parece que sea el caso".
Según ha explicado este profesor, "China e India no parecen interesados y podrían continuar comprando el petróleo ruso beneficiándose de mejores precios o, incluso, revenderlo posteriormente con un margen más grande".
"Rusia no se quedará con los brazos cruzados y jugará con los suministros para intentar malograr la imagen de unidad del G-7, de forma que cualquier desacuerdo interno será visto como un triunfo en Moscú", apunta.
Dado que la UE está decidida a no comprar más petróleo ruso a partir de 2023, "veremos estos meses finales qué impacto tiene en los mercados de la energía". Recordamos que, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, entre marzo y el julio Rusia ingresó 95.000 millones de dólares (94.870 millones de euros) con las exportaciones de petróleo y gas solo a la Unión Europea, casi el doble que en años anteriores. Es decir: 19.000 millones de dólares cada mes.