Más allá de Venezuela: ¿de dónde llega el petróleo que importa el Estado?
Estados Unidos ha sustituido a Rusia y lidera la llegada de crudo al país con 10.254 millones de toneladas en el 2024


MadridLas últimas decisiones de Donald Trump no sólo sitúan los aranceles en la diana. El presidente de Estados Unidos también ha colocado el petróleo. En particular, aquel que lleva sello venezolano. Trump ha revocado el permiso a Repsol y otras petroleras para poder exportar crudo y derivados de Venezuela al resto del mundo. La decisión ha activado la vía diplomática por el impacto económico que puede tener sobre la compañía que preside Antoni Brufau –la semana pasada, en plena guerra comercial, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, habló de ello con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, explicaron fuentes del ministerio–. En 2024 Repsol produjo 67 millones de barriles diarios en el país, con una parte importante del crudo proporcionado por la petrolera estatal venezolana PDVSA como pago en especie por la deuda del país con la compañía española. Su exposición patrimonial en el país era de 504 millones de euros, según el informe financiero de ese ejercicio. Pero ¿hasta qué punto la decisión de Trump afecta a la llegada de petróleo al Estado?
De entrada, hay que tener en cuenta que España depende al 100% de países terceros para satisfacer su demanda de petróleo. En junio de 2021 el Estado puso punto y final a 60 años de producción de crudo con el cierre por parte de Repsol de la plataforma Casablanca, en la costa de Tarragona. Los datos oficiales sobre exportación de crudo a España relacionan el volumen de llegada con el país de salida, pero no se identifica a la empresa por una cuestión de información confidencial. En cualquier caso, quien importa principalmente crudo al Estado son aquellas compañías que cuentan con refinerías, indican fuentes del sector energético, unas instalaciones que se han situado en el punto de mira por su contribución a la crisis climática. Son Repsol, BP y Moeve (antigua Cepsa). Sin embargo, esto no quiere decir que no haya otros operadores, indican las mismas fuentes, que recuerdan el papel de los llamados traders o comercializadoras, que se dedican a la compraventa de materias primas como el petróleo.
De todas las fuentes de suministro, Venezuela no está entre las principales. En 2024 se importaron 3.006 millones de toneladas de petróleo procedentes de este país, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petroleros (CORE), lo que supone un 4,6% del total de petróleo que se importó ese año (64.588 millones de toneladas). El peso del país bolivariano ha ido menguando en los últimos años hasta quedar lejos de otros países. De hecho, para encontrar una cantidad similar de importación de crudo desde Venezuela es necesario remontarse al año 2015.
Diversificación
Con el veto al petróleo ruso en el 2023, quien se ha consolidado como fuente de suministro ha sido Estados Unidos. El pasado año lideraron la importación de crudo con 10.254 millones de toneladas (Mt), según el registro CORE, el doble del que se registró sólo tres años antes. Esto no sólo pone en evidencia cómo se ha sustituido el petróleo procedente de Rusia (según el registro CORE, España recibió por última vez en abril de 2022), sino también la carrera de Estados Unidos para incrementar la producción y desbancar las fuentes de suministro de petróleo tradicionales como Nigeria o Arabia Saudita, Angra. De hecho, en el 2016, cuando España empezó a importar petróleo estadounidense, el país sólo suponía el 0,81% de las compras totales de crudo con 522 millones de toneladas.
Pero además de Venezuela y Estados Unidos, en 2024 España recibió petróleo de otros 22 países. Por zonas geográficas sobresale el continente americano, de donde se importaron 34.458 millones de toneladas de crudo por el peso de Estados Unidos, pero también de Brasil (9.133 Mt). Estos dos países les siguen México y Canadá.
En cuanto a África, se importaron 19.673 Mt de petróleo. Lideran la llegada Nigeria (7.390 millones de toneladas de crudo), Angola (4.055 Mt) o Libia (3.873 Mt), pero también Argelia y Guinea Ecuatorial. De Oriente Medio, la compra de petróleo de esta zona se situó en 5.029 millones de toneladas repartidas entre Arabia Saudí e Irak. Años atrás, Irán o Siria habían tenido un papel relevante que ha desaparecido por las sanciones y embargos. Por último, de países de Europa y Eurasia, el registro CORE detalla que se importaron 5.029 millones de toneladas de petróleo con el liderazgo de Kazajistán y Noruega. El peso de esta zona ha caído por la desaparición de importaciones de crudo de Rusia.
Una de las particularidades de España en cuanto a la importación de crudo es la "flexibilidad para recibir distintos tipos de crudo por su capacidad de procesarlos", apuntan desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petroleros, que cifran en una treintena los tipos de crudo que llegan al Estado. "Esta diversificación permitió sustituir al crudo cuando, por ejemplo, se vetó la importación de productos petroleros procedentes de Rusia en 2023 por la invasión a Ucrania", explican desde el sector. Esto, por ejemplo, hace que España pueda llegar a exportar a otros países con problemas en lo que se refiere al refinamiento del hidrocarburo.