Turismo

Govern y economistas apuestan por un cambio de modelo turístico en Catalunya

Pimec reclama un pacto entre todos los partidos para fijar hacia donde tiene que ir el sector

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Imagen de archivo de un hotel de Lloret de Mar (La Selva).

BarcelonaLa Generalitat y varios economistas han coincidido este miércoles en un acto en el Col·legi d'Economistes que hace falta un cambio de modelo de la industria turística en Catalunya.

El secretario de empresa, Albert Castellanos, ha indicado que Catalunya necesita iniciar "un proceso de transformación colectiva para crear un nuevo modelo turístico ambientalmente responsable, socialmente justo, territorialmente equilibrado y reconectado con los elementos identitarios del país”. En este sentido, ha asegurado que el ejecutivo catalán trabaja para impulsar "turismo sostenible, responsable e innovador".

En la misma línea, la directora general de Turismo de la Generalitat, Marta Domènech, ha dicho que a medio plazo la intención del Govern es "impulsar un modelo regenerativo y circular para conseguir un mejor territorio para vivir y para ser visitado". Por eso, la Generalitat elaborará un plan de acción centrado en el enoturismo y el turismo gastronómico y buscará los consensos para lograr "un compromiso nacional para un turismo responsable que tiene que ser un marco global colectivo que enmarque los planes estratégicos y de acción”.

Sobre este aspecto, la presidenta de la sectorial de turismo de la patronal Pimec, Isabel Galobardes, ha pedido dar un paso más: "El país se merece ir más allá de un compromiso", ha dicho, por lo cual ha reclamado "un pacto de país que implique a todos los partidos del arco parlamentario". A pesar de esto, también ha pedido que no se aprueben nuevas tasas turísticas en Catalunya sin hacer llegar antes "los recursos a las pymes del sector".

Menos masificación

En el acto, celebrado en la sede del Col·legi d'Economistes de Catalunya en Barcelona, también ha participado Judit Vall, profesora de economía de la UB, que ha puesto énfasis en la necesidad de "aumentar la calidad de los puestos de trabajo" del sector, así como de "incrementar la confianza de los potenciales viajeros y potenciar la satisfacción de los ciudadanos con el sector turístico". En la misma línea, el decano del Col·legio d'Economistes, Carles Puig de Travy, ha recordado que “el turismo convencional, caracterizado a menudo por la masificación de zonas concretas o el consumo de recursos de manera poco responsable, comporta impactos sobre el entorno y sobre las personas que viven en lugar”, por lo cual conviene un cambio "hacia un modelo turístico más consciente y responsable”.

En los últimos años tanto la Generalitat como algunos ayuntamientos –por ejemplo el de Barcelona– han estudiado tomar medidas para reducir el impacto del turismo tanto medioambientalmente como sobre la población de los municipios más afectados, sobre todo después de dos años con la llegada de visitantes extranjeros bajo mínimos por la pandemia. El control sobre los pisos turísticos o la posibilidad de limitar el número de cruceros –una fuente importante de contaminación y de masificación de las calles de la capital catalana– son algunas de las políticas puestas en marcha.

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