El ICF abandona la idea de conseguir la ficha bancaria: "No la necesitamos"
El nuevo consejero delegado considera que las formas a la hora de aprobar los avales al Tribunal de Cuentas "no fueron las más apropiadas"
Barcelona"La ICF no necesita obtener la ficha bancaria". El nuevo consejero delegado del Institut Català de Finances, Jordi Òliva, ha asegurado que esta entidad no volverá a intentar obtener la licencia que permitiría a Catalunya tener un banco público. Este cambio se produce después de que el año pasado el ICF intentara conseguirla presentando la solicitud correspondiente al Banco Central Europeo y al Banco de España.
Meses más tarde, el Banco de España se opuso alegando motivos técnicos y por la falta de un informe favorable de la Comisión Europea sobre las posibles ayudas de estado que podría haber. Así, el gran objetivo catalán de conseguir la ficha bancaria que le permitiría considerarse un banco de pleno se rompió. El ICF presentó un recurso, según Òliva, para "entender qué problemas hubo en la tramitación de la solicitud". Aun así, el consejero delegado de la entidad asegura que "si se vuelve a intentar, será por la voluntad del Govern, nosotros no necesitamos la licencia". "No es que el Govern no quiera hacer un banco catalán, pero el ICF es el ICF —ha concluido—. Si el Govern quiere hacer algo no será vía ICF".
Por otro lado, Òliva también ha valorado los avales presentados ante el Tribunal de Cuentas de 5,4 millones de euros. Recordemos que se habían exigido a una treintena de ex altos cargos de la Generalitat por su actividad en los años del Procés. El actual responsable del ICF, que sustituyó a Víctor Guardiola hace unos meses, ha considerado que "las formas no fueron las más apropiadas" a la hora de aprobar estos avales. Aun así, sí que ha recalcado que con el tiempo se ha demostrado que la "finalidad" y el "fondo" de estos avales eran correctos.
Òliva, que en el pasado fue director de negocios institucionales de CaixaBank, también ha remarcado que el problema apareció porque "los seguros que tradicionalmente cubrían estos avales dejaron de hacerlo hacia el 2017". De hecho, este tema provocó importantes divisiones en el consejo de administración de la ICF. El mismo Víctor Guardiola se abstuvo en la votación, hecho que provocó el malestar del mismo gobierno.
El ICF también ha presentado los resultados del primer semestre del año. La entidad ha prestado entre enero y junio un total de 180 millones de euros a 234 deudores, una cifra ligeramente inferior a la del año pasado (186 millones). Ahora bien, a pesar de que el nivel de créditos sea un poco menor, el número de empresas financiadas ha pasado de 760 a 234, es decir, que el importe medio ha crecido. El responsable del ICF ha explicado que esto es debido al final de los fondos covid. Esta bajada ha provocado que el importe medio por operación se disparara este año un 174%, y pasara de 213.000 a 584.000 euros.
En capital riesgo, la entidad ha comprometido un total de 19 millones de euros en gestoras de terceros (15 millones al fondo de Suma Capital y 4 millones a Bonsai Partners). Además, de forma directa se han invertido 4,5 millones mediante la compra de acciones de diferentes empresas. Por otro lado, Òliva ha explicado que su ratio de morosidad (7,2%) es más elevada que la de las entidades privadas y lo ha justificado diciendo que "su función es ayudar quienes no quedan cubiertos por estas entidades". Con estos datos, el consejero delegado ha querido remarcar que "el ICF va bien" y ha asegurado, entre risas, que "no le costamos dinero al Govern".