La recuperación poscovid

La industria y las exportaciones frenarán el ritmo de crecimiento en Catalunya, según el BBVA

La entidad espera que el consumo y la inversión hagan aumentar la economía un 4,2%, menos de lo previsto hace seis meses

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Una imagen del puerto de Barcelona.

BarcelonaEl BBVA ha reducido sus perspectivas de crecimiento para la economía catalana para este año y el 2023. El servicio de investigación de la entidad considera que este año el retraso de los mercados internacionales puede afectar negativamente a la industria, que en Catalunya tiene más peso que en el resto de la España, debido a la guerra en Ucrania y el alargamiento de los problemas logísticos a las cadenas productivas. A pesar de esto, el consumo y la inversión se mantendrán a un buen ritmo y el turismo será uno de los motores de la actividad.

BBVA Research ha presentado este miércoles su informe semestral sobre coyuntura económica para Catalunya. En la última edición del estudio, publicada en noviembre, se situaba la tasa de crecimiento del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica de un territorio) catalán en el 5,6%, una décima más que la media estatal. No obstante, la entidad revisa ahora a la baja este dato hasta el 4,2%, una décima menos que en el conjunto de España "por el peso mayor de la industria", ha explicado el economista en jefe de la entidad, Miguel Cardoso. Además, añade un 3,5% para el 2023.

El BBVA se suma así a un elevado número de instituciones públicas y privadas que han revisado a la baja sus pronósticos sobre la evolución de la economía, tanto a nivel catalán como español. Las principales causas son las derivadas de la invasión rusa de Ucrania, que este año afectarán especialmente a la industria catalana por varias razones.

En primer lugar, el encarecimiento de la energía provoca directamente un aumento de los costes productivos de todas las empresas, pero especialmente de las industriales, que acostumbran a tener un consumo muy intensivo de electricidad y gas. En segundo lugar, este encarecimiento energético ha provocado una inflación generalizada de muchos productos que impacta especialmente en bienes intermedios industriales y materias primeras, así como un frenazo del crecimiento en todas las grandes economías del planeta. Por lo tanto, la exportación de manufacturas, uno de los impulsores tradicionales de la economía catalana, se verá retrasado durante el 2022.

Además, desde 2020 la industria sufre problemas logísticos y desabastecimientos a nivel global a raíz de la reanudación de la actividad una vez superada la fase más intensa de la pandemia. Los recientes cierres de la actividad en la China, además, han alargado el caos logístico en todo el mundo. A pesar de esto, Cardoso espera que a medida que avance este año y sobre todo durante el 2023 se vayan "reduciendo la incertidumbre y los cuellos de botella".

Buen ritmo de consumo e inversión

Pese a la reducción de las perspectivas de crecimiento, la economía catalana continuará creciendo gracias al consumo privado, la compra de vivienda, el turismo y los fondos Next Generation de la UE, según Cardoso. Justamente la llegada de los fondos europeos creará un clima "favorable" a la inversión pública –sobre todo en infraestructuras– que podría ser un "factor tractor" de la inversión privada en sectores como las energías renovables o para fomentar la digitalización de la industria catalana.

Todos estos motores de crecimiento impulsarán la creación de empleo, y el BBVA espera para el 2023 un 8,5% de paro, que ahora se encuentra por encima del 10%.

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