Industria

Hispasat, de gran desconocido a caramelo para inversores

El operador de satélites español bajo control de Red Eléctrica atrae interés extranjero en un momento de concentración en el sector

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Hispasat ha lanzado su satélite Amazonas Nexus.

MADRIDHace 35 años que en el universo, aparte de estrellas, también se encuentra la huella de Hispasat, la compañía española por excelencia del sector espacial y, en particular, del negocio satelitario. Pese a su extensa trayectoria, como todo lo que rodea a este mundo, la compañía ha destacado por pasar desapercibida, al menos para el común de los mortales. Ahora, sin embargo, las cosas parece que han cambiado, o podrían empezar a cambiar. Desde hace un tiempo, Hispasat ocupa las conversaciones informales de compañías extranjeras del sector que han puesto sus ojos. "¿Tú crees que si este sector no tuviera futuro a alguien como Elon Musk estaría invirtiendo en él [con el satélite Starlink]?", se pregunta un alto directivo español estrechamente vinculado a la actividad.

De entrada, hay que tener en cuenta que hoy Hispasat es una de las joyas estratégicas del Estado. La compañía nació en manos del Estado y después se privatizó, hasta que entró Redeia, antigua Red Eléctrica, y compró el 89% del capital. El accionariado cuenta también con la SEPI, el brazo inversor del gobierno español, que tiene un 7,4% del capital, y el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial o CDTI (2,9% del capital), una entidad pública que depende del ministerio de Economía.

Precisamente, quien hace unos meses levantó el dedo confirmando que estaba interesada en entrar en Hispasat es la empresa española de defensa Indra, que en un momento de rearme europeo y en el marco del nuevo plan estratégico ha creado una filial aeroespacial bajo el nombre de Indra Espai, a través de la cual tiene intención de abordar una posible compra de Hispasat. Pero la compañía que preside el catalán Marc Murtra no es la única. "Está muy bien que la gente quiera comprar acciones de Hispasat [...], y de hecho no son los únicos", contestaba el actual presidente de Hispasat, Pedro Duque, la semana pasada desde Santander cuando se le preguntaba por las intenciones de Indra. Duque confirmaba que se trataba de intereses extranjeros. Sin embargo, evitaba rápidamente entrar en detalles: "Los gestores de Hispasat no somos quienes deben pronunciarse. En el momento en que haya conversaciones formales se hará público", dijo.

Fuentes cercanas al operador de satélites apuntan a que, por ahora, Indra parece no saber cómo asaltar a Hispasat. "Son operaciones muy complicadas", dice la misma voz, que apunta a que hoy Hispasat vale mucho más que cuando Red Eléctrica absorbió en el 2019 el 89% del capital por 1.000 millones de euros.

¿Qué tiene Hispasat que no tengan otros operadores?

El negocio tradicional de Hispasat es el de hacer de operador de satélites. Lo hace en España, pero también en lugares como Groenlandia, además de tener una fuerte presencia en Latinoamérica, lo que "le añade un interés particular", aseguran fuentes del sector. Ser un operador de satélites significa, básicamente, tener capacidad para lanzar un satélite al espacio para poder transportar una señal, como internet o televisión, de manera estable a zonas donde las comunicaciones no son constantes , seguras o incluso en zonas incomunicadas. Esta capacidad se vende a teleoperadores y es la fuente de ingresos del negocio.

"Ahora no sólo puedes vender conectividad, sino que debes ofrecer valor añadido", añaden fuentes del sector. Aquí entra en juego el ir más allá de ser un simple operador de satélites y pasar a ocupar más espacio en la cadena de valor, hasta el usuario final, algo que Hispasat ha explotado en los últimos años. Uno de los ejemplos más recientes y cercanos de esto es el concurso del gobierno español que Hispasat ha ganado por llevar internet a zonas rurales de España. Pero también el sistema de protección integral contra incendios que ha desplegado en Portugal y que funciona a través de sensores y cámaras conectadas a los satélites, así como los proyectos vinculados a la telemedicina que ha desplegado en países como Brasil.

A todo ello se añade que Hispasat también procesa a través de sus satélites información y comunicaciones vinculadas a la seguridad de los países. De hecho, su filial Hisdesat está especializada en la observación de la tierra y el transporte de las comunicaciones gubernamentales por canales seguros.

Momento de concentración

Pero el interés extranjero no llega en un momento cualquiera: "Todos los operadores de satélites estamos viendo opciones de aliarnos de una forma u otra para tener más músculo", añadía Duque. "[La concentración en el sector] está empezando a pasar y los operadores están tratando de unirse y disminuir el número de competidores", reiteraba.

Una de las claves para entender esto es el contexto geopolítico actual y el incremento de las tensiones, sobre todo fruto de la guerra en Ucrania. Hace tiempo que los gobiernos, en particular los europeos, han asumido la importancia de tener un control sobre las compañías que salpican a los sectores estratégicos. O, al menos, confiar en el accionariado. "Lo mejor es tener la empresa propia", reflexionaba Duque.

Pero también la irrupción de Elon Musk en el sector. "Con inversiones sin fin como la de Elon Musk se está poniendo el foco en la soberanía estratégica del espacio", reconoce una voz del sector, que reflexiona que "lo que no puede ser es que el ejército de Ucrania dependa de Musk". De hecho, la fusión entre dos de los principales operadores satelitales europeos, Intelsat y SES, nace para hacer frente al crecimiento de Starlink.

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