¿Puede la industria española de la automoción hacerse un agujero en el sector de la defensa?
Ante la lluvia de millones, empresas vinculadas a la cadena de producción del automóvil exploran nuevas salidas
Madrid"La industria del automóvil puede ayudar a otros sectores en los que Europa tiene previsto invertir mucho en los próximos años". La frase la pronunció el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, durante la presentación del plan de choque en respuesta a los aranceles de Donald Trump a principios de abril. Entonces, el jefe del ejecutivo español no concretó a qué sectores se refería; con los días, sin embargo, el sector de la defensa se ha situado en la diana y el anuncio del gobierno español de cumplir con el 2% del PIB en defensa en 2025, con 10.471 millones de euros, refuerza aún más el posible vínculo. Ahora bien, ¿puede la industria española de la automoción hacerse un agujero en la defensa?
De entrada, hay que tener en cuenta que esta colaboración entre automoción y defensa ya suena en países como Alemania, donde la industria del automóvil reza para salir de la crisis latente que arrastra desde hace tiempo. Sin ir más lejos, Oliver Blume, consejero delegado de Volkswagen, apuntaba a Telegraph la necesidad de "reorientar" las fábricas de coches a este negocio. En el caso español, por ahora la mirada no se ha puesto sobre las grandes firmas del sector de la automoción ni sus fábricas, pero sí sobre industrias auxiliares como la fabricación de componentes. En particular, el foco se ha puesto ya sobre nombres como Grupo Antolín.
Esta empresa originaria de Burgos está especializada en la fabricación de componentes para los interiores de los coches, desde puertas hasta techos, entre otros, y ha iniciado una ronda de contactos con el gobierno español, pero también con empresas del ámbito de la defensa, para estudiar su colaboración como proveedor de este sector, tal y como avanzó Expansión y ha podido confirmar el ARA de fuentes del sector. En concreto, Grupo Antolín explora participar en el ensamblaje de piezas para vehículos blindados o militares.
Desde el ministerio de Industria declinan hacer comentarios sobre una información que afecta al sector privado, aunque fuentes del sector de la defensa aseguran al ARA que han transmitido avenencias como ésta a la cartera que pilota Jordi Hereu. En cualquier caso, para las mismas fuentes Grupo Antolín no es el único en quien se piensa cuando se pregunta sobre otras empresas de componentes vinculadas a la automoción que podrían ser protagonistas de una diversificación como ésta. CIE Automotive, Ficosa o Gestamp son otros ejemplos, explica un directivo de una compañía del sector de la defensa. "Todas ellas tendrían capacidad para colaborar", reitera.
En el caso de CIE o Gestamp, al igual que Grupo Antolín, la compatibilidad está vinculada a la mecanización o ensamblaje de piezas, a la estampación ya los engranajes. En el caso de la catalana Ficosa, el foco se pone en los sistemas de visión artificial. De hecho, la misma fuente recuerda que no es la primera vez que Ficosa abre la puerta a participar en el sector de la defensa.
Ahora bien, una cosa es que la automoción tenga la capacidad y la otra que se pueda adaptar a la defensa y sus exigencias. Este segundo sector se caracteriza por su complejidad y especificidad en las piezas. Así, aunque la esencia del proceso de fabricación de una puerta, por ejemplo, es la misma en el caso de un coche y en el de un vehículo blindado, el material a utilizar y las aleaciones (combinaciones de metales) pueden ser completamente diferentes. Además, la defensa es mucho más exigente en cuanto a la obtención de certificados, así como a la producción: "En el caso de la automoción debes hacer doscientas mil piezas; defiende muchas menos y de más alto valor añadido".
¿Qué pasa con las fábricas?
En cuanto a las fábricas, fuentes del sector del automóvil consultadas por el ARA enfrían que el escenario español sea comparable al alemán. La explicación que hay detrás es la capacidad, o más bien sobrecapacidad, en el caso alemán. En Alemania, la necesidad de diversificar el sector de la automoción es, en parte, por la plantilla que puede verse sin trabajo en un contexto de transición del vehículo de combustión al vehículo eléctrico. "Puedes utilizar la mano de obra para una posible fabricación en defensa", explica una fuente del sector, que también destaca que Alemania cuenta con matrices y firmas propias, a diferencia de España, donde no hay marcas españolas: "Si el gobierno alemán necesitara su ayuda, sería más fácil".
El sello de la españolidad
"Gran parte del dinero que vamos a movilizar se va a quedar en España", ha asegurado Sánchez este martes, y ha apuntado directamente a empresas españolas. Fuentes del sector de la defensa y del del automóvil coinciden en remarcar la importancia del capital español en caso de tejer relaciones entre ambos sectores. "La defensa y la seguridad son cuestiones demasiado sensibles para que entre capital extranjero", apunta una fuente de la defensa, que añade que esto se acentúa cuando se trata de la fabricación de material.
A modo de ejemplo, la llegada de los saudíes a Telefónica (empresa estratégica con vínculos con defensa) supuso la entrada del Estado en el capital social para blindar un núcleo duro español en el accionariado. "El objetivo es convertir esta crisis de seguridad en un estímulo para la reindustrialización [...] el plan está diseñado para ayudar a las empresas españolas y que puedan desarrollar capacidades productivas propias en el medio plazo [de componentes] que hoy no se producen en Europa", ha reiterado Sánchez.