Macroeconomía

El Banco de España revisa al alza el crecimiento de 2024

El organismo supervisor eleva tres décimas el rebote PIB, hasta el 1,9%, sólo una décima por debajo de la previsión del Ejecutivo central

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Una mujer pagando en una parada de fruta y verdura en el mercado de Sant Antoni de Barcelona

MADRIDEl Banco de España (BdE) vuelve a andar en sintonía con el gobierno español. Este martes, el organismo que preside Pablo Hernández de Cos ha revisado al alza el crecimiento del producto interior bruto (PIB, el indicador que mide el tamaño de una economía) de España en 2024 y lo sitúa en el 1,9%, sólo una décima por debajo de la previsión del ejecutivo central, que estima que la economía crecerá un 2% este año. Así se desprende del informe de proyecciones macroeconómicas correspondiente al primer trimestre de 2024, y publicado este martes, en el que el Banco de España se muestra más optimista en comparación con el escenario que dibujó en diciembre del año pasado. Entonces, el organismo supervisor anunciaba una revisión a la baja del crecimiento económico y apuntaba a un rebote del PIB español de un 1,6% en 2024. En cuanto a las proyecciones de 2025 y 2026, el BdE las mantiene sin cambios: un crecimiento del PIB de un 1,9% y un 1,7% respectivamente.

El Estado, pues, aguanta el pulso en un momento en que a pesar del reactivamiento en la zona euro, la economía europea aún arrastra la resaca de la crisis energética y de precios y sigue frenada por el endurecimiento de la política monetaria: el Banco Central Europeo mantiene desde octubre sus tipos de interés en el 4,5%. Mantener el ritmo de crecimiento de la economía española del año 2023 (el PIB rebotó un 2,5%) es casi una quimera, pero teniendo en cuenta los mensajes de alerta de los últimos meses, rozar un crecimiento de un 2% es un dato bastante bueno.

Descenso de los precios energéticos

Tras esta revisión al alza se encuentran los datos que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE) en enero, que anticipó (hay que confirmar) un rebote del PIB de un 0,6% en los últimos tres meses del año. "Fue inesperado", reconocen desde el Banco de España. También un descenso de los precios energéticos, así como la extensión de algunas medidas del gobierno español para aliviar el impacto de la crisis de precios. Se suman elementos como el dinamismo del mercado laboral y un "avance" de las rentas reales, es decir, de los salarios, pero también una "disipación paulatina" del impacto negativo de la subida de tipos. Sin embargo, el organismo supervisor sitúa en el punto de mira la inversión, sobre todo privada, puesto que muestra signos de "debilitamiento"; las tensiones geopolíticas y el agotamiento de la buena marcha de la economía del 2023, es decir, los "vientos de cola". A modo de ejemplo, el Banco de España prevé que el PIB en el primer trimestre de 2024 crezca un 0,4%. A ojos del organismo supervisor, este crecimiento seguirá apoyándose sobre todo en la demanda interna, en particular en el consumo privado de las familias.

Son esos mismos factores, en particular la caída de los precios energéticos, los que explican la revisión a la baja de la tasa de inflación que también ha realizado el Banco de España. Para 2024, sitúa la inflación general en el 2,7% (una caída de más de medio punto respecto a la previsión de diciembre), mientras que la derriba por debajo del 2% a partir de 2025, cuando se situaría al 1,9%. En 2026, la inflación caería al 1,7%. Sin embargo, esta revisión a la baja no es una anomalía. De hecho, en diciembre fue aún más abrupta: el BdE recortó sus propias proyecciones de inflación para este 2024 en más de un punto porcentual. Sin embargo, si los precios todavía están tensados es porque el Banco de España detecta una persistencia de la inflación subyacente, así como una "sorpresa al alza" a finales de 2023 de los precios de los alimentos.

Pesimismo con el déficit

Pero no todo es echar cohetes. El horizonte del Banco de España en lo que se refiere a las cuentas públicas del gobierno español, en concreto en cuanto al déficit, no es tan positivo como el del ejecutivo español. El organismo supervisor ve difícil que España cumpla con las reglas fiscales en 2024 y sitúa el déficit en un 3,5% del PIB, aunque mejora el de 2023 (3,8%). Si bien se espera que los ingresos públicos sigan creciendo, sobre todo por el dinamismo de la actividad, el Banco de España detecta un "considerable gasto público", no sólo fruto de las remuneraciones de los sueldos públicos y las compras de la administración, sino sobre todo por el gasto en pensiones. De hecho, se prevé que este gasto crezca en los próximos años en paralelo a la retirada del mercado laboral de la generación del baby boom. "Si no se implementan o anuncian medidas adicionales, el déficit se mantendrá elevado", reiteran desde el Banco de España.

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