La UE y la Casa Blanca se reúnen sin acordar grandes cambios en los aranceles

WashingtonLa reunión entre el jefe comercial de la Unión Europea, Maros Sefcovic, y sus homólogos estadounidenses en Washington ha concluido sin grandes cambios sobre los aranceles que Donald Trump quiere aplicar a los productos europeos. Sefcovic había viajado este martes a la capital de EEUU para intentar reconducir los aranceles recíprocos que el presidente republicano quiere poner en marcha el próximo 2 de abril, la próxima semana. El diplomático comunitario calificó de "sustancial" la conversación que mantuvo con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y otros miembros de la administración estadounidense. Aún así, no ha avanzado más detalles.

"La prioridad de la UE es un acuerdo justo y equilibrado en lugar de aranceles injustificados. Compartimos el objetivo de la fortaleza industrial de ambas partes", ha escrito en una publicación en X este martes Sefcovic. El representante de los 27 había viajado a Washington con el objetivo de reconducir la imposición de unos aranceles que se espera que tengan un fuerte impacto en los mercados europeos. Por su parte, la Casa Blanca no ha hecho ningún tipo de comunicado sobre el encuentro.

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Las dos discusiones previas con funcionarios de Trump aún no habían alterado los planes del presidente de EEUU de aumentar los aranceles de importación estadounidenses para igualar las tasas cobradas por los principales socios comerciales y contrarrestar sus barreras comerciales no arancelarias. Sefcovic ya visitó Washington el pasado mes de febrero y no obtuvo ningún avance en los intentos de frenar o aplazar la entrada en vigor de los aranceles.

Impacto en el sector del automóvil

El sector automovilístico podría ser uno de los más damnificados por la política de aranceles recíprocos que Trump anunció la pasada semana. Mientras Estados Unidos aplica un arancel del 2,5% a las importaciones de coches tipo sedán y SUV europeos, la UE graba con un 10% los vehículos importados desde EEUU.

En el memorando que el presidente estadounidense firmó se ordenaba dar respuesta a todos los aranceles sobre productos estadounidenses, incluidos los impuestos que sean "injustos, discriminatorios o extraterritoriales" -categoría en la que incluye el IVA europeo-, así como los costes sobre negocios, trabajadores y consumidores se desvíen de su valor de mercado". El presidente estadounidense puso en el punto de mira el IVA y quiere sumarle a sus cálculos arancelarios: esto implicaría las tasas sobre los vehículos europeos pasen de ser del 2,5% al ​​30%.