Energía

Magreb, la clave para romper con el gas ruso

Barcelona aspira a posicionarse como puntal del ‘hub’ energético del sur de Europa

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La plataforma flotante "Saipem 7000", atracada al puerto almeriense

Barcelona“Desde que empezó la guerra, le hemos dado 35.000 millones de euros a Putin”. Son palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. Los pagos son consecuencia de la gran dependencia energética –especialmente del gas– que Europa tiene de Moscú. Ahora la Unión Europea, deprisa y corriendo, está buscando otros lugares donde abastecerse de esta energía para no tener que depender de Vladímir Putin. La clave, indican algunos expertos, está en la orilla sur del Mediterráneo y especialmente en Magreb.

“Esta zona puede ser el almacén energético de todo Europa”, asegura en conversación con el ARA Octavi Quintana, director de la Fundación Prima, una entidad promovida por 19 países de la Mediterránea, fundada en 2017 y con un presupuesto de 494 millones de euros, de los cuales 274 los aportan los países miembros y 220 millones la Unión Europea.

No es el único que lo piensa. El director general de la Agencia Internacional de las Energías Renovables, Francesco La Camera, cree que “sin duda” Europa tiene que invertir en energías renovables en los países del norte de África. Eso sí, no solo habrá que invertir en la generación, sino también en las infraestructuras de transporte, sobre todo las interconexiones, tanto eléctricas como de gas, que en un futuro podrán servir para el hidrógeno verde.

El director de la Fundación Prima destaca dos aspectos importantes a tener en cuenta. En el norte del África hay mucho recurso para las renovables, tanto de sol como de viento, con lo cual es una zona especialmente dotada para generar energía fotovoltaica y eólica. Pero, además, hay un país, Argelia, hacia donde todo el mundo mira ahora, que tiene unas importantes reservas de gas natural, la energía considerada de transición que es la que ahora provoca la principal dependencia de Rusia. El problema es que Argelia no tiene más capacidad para extraer gas y se tendría que invertir. Pero la idea está clara: “Europa tendría que mirar más hacia el sur por su propio interés”, sentencia Octavi Quintana. Además, indica, la pirámide de población puede ayudar. Los países de la orilla sur del Mediterráneo tienen una población joven mucho más fácil de digitalizar e introducir en las nuevas tecnologías, que son claves para las renovables.

Quintana se muestra seguro de que la guerra en Ucrania precipitará un aumento de inversión europea en el norte del África. Pero también destaca que estos países pueden sufrir mucho los efectos de la guerra, porque son grandes importadores de cereales rusos y ucranianos. Octavi Quintana cree mucho en la fuerza de la “diplomacia científica” para impulsar los programas de cooperación en unos países donde las relaciones políticas no son fáciles, como se demuestra con el cierre de uno de los gasoductos en España por las malas relaciones entre Argelia y Marruecos o con el impacto que puede tener el cambio de postura de España respecto al Sáhara Occidental.

Dentro de este nuevo panorama energético, Barcelona podría desempeñar un papel clave. Francesco La Camera ve necesario impulsar las inversiones en interconexiones entre la península Ibérica y el resto de Europa. Para Quintana, Barcelona tendría que ser el referente de tecnologías contra el cambio climático.

La importancia del MidCat

De hecho, el puerto de Barcelona dispone de la principal planta regasificadora de Europa. Sin embargo, el problema es llevar el gas que llega a la capital catalana al resto del continente. Para Antoni Llardén, presidente de Enagás, la planta de Barcelona de la compañía es una herramienta clave “para dar seguridad" al suministro de gas en Europa. Según Llardén, este papel se puede hacer tanto con el transporte de gas vía marítima como, en un futuro, a través del MidCat, el gasoducto a medias entre Catalunya y Francia.

Llardén visitó la planta del puerto esta misma semana acompañando al president de la Generalitat, Pere Aragonès, que incidió de nuevo en la necesidad de acabar el MidCat, infraestructura que se considera clave para romper con la dependencia alemana del gas ruso. Una investigación del Instituto Alemán de Estudios Económicos indica que Berlín podría dejar de depender del gas ruso el próximo invierno aprovechando al máximo las plantas de regasificación de otros países europeos y, en un futuro, el MidCat. “Si se recurre al máximo al potencial de ahorro de energía y se aumenta hasta donde sea técnicamente posible la compra de gas a otros países, el suministro en Alemania el invierno 2022-2023 estaría garantizado sin importaciones rusas”, dice este estudio.

Baja un 33% la compra de gas en Argelia

El primer trimestre del año, España ha importado 7.629 GWh de gas natural procedente de Rusia, lo que supone un 32% menos que el mismo periodo del año pasado, confirmando así la reducción en el consumo de gas natural del país desde el estallido de la guerra. Aun así, después de la invasión de Ucrania, en marzo ha seguido llegando a España gas natural procedente del país gobernado por Vladímir Putin. El primer trimestre del año las importaciones de gas natural procedentes de Estados Unidos se han multiplicado casi por seis (+459,9%) en relación con el mismo periodo del ejercicio anterior, al pasar de 7.472 GWh los tres primeros meses de 2021 a 41.839 GWh entre enero y marzo de este año. Por su parte, las compras de gas en Argelia, históricamente el primer suministrador de España, durante el primer trimestre de 2022 se han reducido un 32,9% a pesar de que sigue siendo un proveedor destacado que cubre el 26,1% del consumo total del Estado.

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